Marlaska borra el plan González y acerca a los etarras al País Vasco

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Ballesteros | EFE

Una decena de los 68 reclusos trasladados tienen delitos de sangre, según denuncian las asociaciones de víctimas

26 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La política puesta en marcha por Felipe González a finales de los años ochenta con la dispersión de presos etarras parece tener los días contados. Y el encargado de acabar con ella es el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien a su vez siendo juez en la Audiencia Nacional fue el responsable de encarcelar a muchos de los miembros de la banda terrorista ETA, que también planeó atentar contra él. La oposición atribuye esta política a la negociación de los presupuestos para lograr el apoyo del PNV y de Bildu

¿Por qué González adoptó la política de la dispersión de presos etarras?

Desde 1987, el Gobierno de Felipe González no solo dispersó a los reclusos para que no tuvieran contacto entre ellos, sino que los alejó a cientos de kilómetros de sus hogares. Según los familiares, la condena los abarcó también a ellos, al verse obligados a realizar largos trayectos para cortas visitas. El padre de la idea fue el después ministro Antoni Asunción. El objetivo, argumentó, era «romper la cohesión interna» de los etarras. 

¿Qué postura tuvo y tiene ahora el PNV?

En 1988, Felipe González hizo una crisis de Gobierno y situó a dos vascos en Interior (sustituye a José Barrionuevo por José Luis Corcuera) y en Justicia (a Fernando Ledesma por Enrique Múgica). Este último reveló que «el PNV colaboró» con la medida de alejar del País Vasco a los etarras. Entonces, en la comunidad gobernaban los nacionalistas en coalición con los socialistas, como ahora. Actualmente, el partido de Andoni Ortúzar reclama el fin de la dispersión. El otro paralelismo es que el actual ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, es de Bilbao. PSOE y PNV apuestan ahora por una política penitenciaria de reinserción que favorezca el acercamiento de presos etarras. 

¿Cuántos presos fueron acercados por Marlaska?

Desde que es ministro Grande-Marlaska, un total de 68 presos etarras de los alrededor de 200 que quedan en reclusión, según la Asociación de Víctimas del Terrorismo, han sido acercados a cárceles próximas al País Vasco o a prisiones vascas, once de ellos con delitos de sangre, lo que rompería con la promesa a los colectivos de víctimas. 

¿Cómo actuaron los Gobiernos anteriores?

Todos los presidentes del Gobierno han llevado a cabo acercamientos de presos al País Vasco. Entre 1996 y el 2000, período en el que ETA declaró una tregua de 13 meses, José María Aznar acercó a 135. Rodríguez Zapatero trasladó a la cárcel de Zaballa (Álava) a 23 que decidieron abandonar la disciplina del autodenominado Colectivo de Presos Políticos Vascos y se acogieron de forma individual a los beneficios penitenciarios que recoge la ley, a través de la vía Nanclares.

Mariano Rajoy en el 2018 trató con Iñigo Urkullu, coincidiendo con las negociaciones para la aprobación de los presupuestos, el acercamiento de 40. Y el propio Pedro Sánchez aseguró que acercará a cárceles vascas a los presos mayores de setenta años y a aquellos que sufran enfermedades graves. 

¿Son acercados al País Vasco o llevados a prisiones vascas?

Unos fueron trasladados desde las cárceles que estaban a otras más próximas al País Vasco y otros fueron llevados a centros penitenciarios de esa comunidad. Es el caso de Igor González Sola, ingresado en San Sebastián. Se trata del primer recluso etarra llevado al País Vasco durante el mandato de Pedro Sánchez. El pasado día 4, apareció muerto en su celda de Martutene. 

¿Qué opinan las asociaciones de víctimas del terrorismo?

La presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Maite Araluce, asegura que el colectivo asiste con «absoluta estupefacción» a los acercamientos de presos de ETA y opina que «los derroteros que toma el Gobierno son muy preocupantes».

La AVT reclama cambios en la legislación para poder recurrir la semilibertad que se les está dando y subir el listón para la concesión de acercamientos. Y denuncia que «Marlaska deroga de facto la política de dispersión» utilizada como herramienta de la lucha antiterrorista al aprobar el tercer grado y el traslado de etarras al País Vasco.

Desde el Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Covite, Consuelo Ordóñez, remarca que nunca ha criticado los planes de reinserción de los etarras presos -ni la vía Nanclares del Gobierno de Zapatero ni el plan de reinserción individualizada del Gobierno de Rajoy- porque, con distintas fórmulas, todos establecían un requisito que el colectivo considera fundamental para que los etarras fueran trasladados a cárceles vascas: el rechazo a ETA y a la violencia. 

¿Qué sostiene el PP?

El portavoz parlamentario del Grupo Popular en el Senado, Javier Maroto, considera que detrás del acercamiento de presos de ETA está «el pago» que Pedro Sánchez realiza a sus socios por los apoyos que recibe. En su momento, por la investidura, y ahora por las negociaciones de los presupuestos para obtener el apoyo de Bildu. «El Gobierno de Sánchez no deja de pagar y pagar los apoyos que recibe de todos sus socios», asegura. Además, el País Vasco está pendiente de recibir la competencia de Prisiones, por lo que, aseguran los conservadores, después será el Gobierno vasco el que otorgue los beneficios penitenciarios y los ponga en la calle. 

¿Qué dice Instituciones Penitenciarias?

El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, niega que exista un plan diseñado para acercar presos ni presiones políticas que respondan a pactos de investidura o de presupuestos. Explica que son decisiones de las juntas de tratamiento de las prisiones las que adoptan las decisiones de acercamiento de reclusos o de progresión al tercer grado o régimen de semilibertad de los miembros de la banda, que anunció el cese definitivo de su actividad armada en octubre del 2011.