Bruselas decidirá a finales del 2021 si elimina las monedas de uno y dos céntimos

S. C. REDACCIÓN / AGENCIA

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Teme que su decisión desencadene una reacción negativa por parte de la ciudadanía ante posibles aumentos de precio

29 sep 2020 . Actualizado a las 08:32 h.

Acuñar una moneda de un céntimo cuesta, nada más y nada menos, que 1,65 céntimos. Fabricar una de dos supone un desembolso de 1,94 céntimos de euro. Un derroche con el que quiere acabar Bruselas. La Comisión Europea declaró la guerra hace ya algunos años a la chatarra que llena sin remedio las carteras de los ciudadanos del Viejo Continente.

No ceja en su empeño y volverá a intentarlo una vez más. Por eso inició ayer una consulta para tratar de recabar información sobre el uso de las monedas de uno y dos céntimos de euro. El objetivo es evaluar su impacto y decidir si finalmente da el paso definitivo hacia su supresión apostando por armonizar el redondeo en la eurozona.

En la actualidad, cada Estado miembro sigue un procedimiento diferente para ajustar los precios. Países como Irlanda, Finlandia o Dinamarca decidieron hace unos años retirar la calderilla de sus economías. Eso sí, cada uno de ellos aplicó sus propias normas para redondear las facturas en tiendas.

La Comisión lleva ya un tiempo librando su particular batalla contra las monedas más pequeñas. Pero el paso se antoja polémico. En los despachos de Bruselas existe el temor a que se desencadene una reacción negativa por parte de la ciudadanía ante posibles aumentos de precios. Ahora lo vuelve a intentar. La consulta, que se prolongará durante las próximas 15 semanas, tiene como objetivo involucrar a una amplia gama de partes interesadas, entre las que se encuentran instituciones, autoridades nacionales relevantes, consumidores y sociedad civil. Una vez sondeada la opinión pública, a finales del 2021 se decidirá si se justifica la creación de una propuesta legislativa sobre la introducción de reglas uniformes para el redondeo y la retirada de las monedas de 1 y 2 céntimos de euro.

El Ejecutivo comunitario, no obstante, quiere enviar un mensaje de tranquilidad a los consumidores. Tras realizar una evaluación preliminar -y con el caso de otros países como guía para el resto de los miembros del club de la eurozona- Bruselas asegura que el redondeo no debería afectar de forma significativa a la estabilidad de los precios.