Cómo sobrevivir en Venezuela con un dólar al mes

Pedro garcía otero CARACAS / CORRESPONSAL

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Pintada en una calle de Caracas
Pintada en una calle de Caracas CARLOS GARCIA RAWLINS | Reuters

El país está al borde de la hambruna por una crisis económica agravada por el covid

05 oct 2020 . Actualizado a las 08:49 h.

En estos días, Ginebra, en Suiza, está en las conversaciones de los venezolanos. La misma ciudad en la que el régimen de Nicolás Maduro es acusado en la ONU por violaciones de derechos humanos acaba de aprobar un salario mínimo mensual de 4.500 euros, mientras el salario mínimo de los venezolanos ya está por debajo de un euro mensual.

La constante devaluación del bolívar ha hecho que desde mayo, el salario perdiera casi el 90 % de su valor. El salario mínimo, que rige para buena parte de los funcionarios de la hipertrofiada Administración pública y para los pensionistas, es una parte infinitesimal del ingreso mínimo de subsistencia calculado por la ONU, que es de 2 dólares diarios. No alcanza para un cartón de 30 huevos o para un kilo de arroz.

Por ello Venezuela es en este momento uno de los cuatro países del mundo en los que hay una emergencia alimentaria, y el único que la padece por razones políticas y no climáticas, señaló Susana Raffalli, experta en alimentación que trabaja para la fundación Cáritas y que ganó el premio franco-alemán de derechos humanos en el 2018.

Tras la debacle que ha sufrido Venezuela en los últimos años, en los que ha visto desplomarse su industria petrolera (a causa, según Nicolás Maduro, de las sanciones; y, según la oposición, de la ineptitud y corrupción del régimen chavista), hay rostros. Y hay cifras. Cinco millones de venezolanos han salido del país desde el 2017, casi todos en edad productiva. En la inmensa mayoría de los casos, para ganar dinero para los familiares que dejaban atrás en Venezuela: sobre todo, mayores y niños, los más vulnerables.

Consecuencias de la pandemia

Esas remesas, que alcanzaron 1.000 millones de dólares el año pasado, contribuían a paliar el hambre, pero este año se han desplomado como consecuencia de la pandemia de coronavirus, que ha golpeado duramente las economías latinoamericanas a las que los venezolanos emigraron mayoritariamente, las de Colombia, Chile, Perú y Ecuador.

«En Venezuela es más probable que los ancianos muramos de hambre que de covid-19. Estoy sobreviviendo gracias a lo que me mandan mis familiares del exterior», señalaba Aída Contreras, de 74 años, en una de las frecuentes manifestaciones de pensionistas en Caracas. El régimen suele jactarse de que tiene «100 % de cobertura de pensiones», pero en 1999, cuando Hugo Chávez llegó al poder, la pensión de vejez era de 170 dólares al mes.

El recrudecimiento de la crisis por el coronavirus (se estima que la economía venezolana caerá por séptimo año consecutivo, en el 2020 más de un 15 %, según el FMI) ha disparado algunas otras estadísticas alarmantes. Entre ellas, la del suicidio de ancianos, según señala Luis Cabezas, de Convite, una oenegé de derechos humanos de los adultos mayores, y autor del estudio Pensiones de vejez en emergencia, publicado hace dos meses.

Pese al duro panorama, este año se han producido algunas mejoras, pues Maduro, después de una década y media de controles que arruinaron la economía, ha iniciado un tímido experimento de apertura que ha llevado el salario mínimo a unos 50 dólares mensuales, lo que paga el sector privado por contratar a personal no calificado.

Economía «burbuja»

Este salario, sin embargo, según indican algunos economistas, es completamente informal y no sometido a ninguna de las reglas de la Ley del Trabajo, que en Venezuela la hiperinflación ha convertido en letra muerta. Esa economía «burbuja» mueve unos 3.000 millones de dólares, según la firma Econométrica, en un país que llegó a tener un PIB de más de 300.000 millones.

En el sector público, en tanto, los bonos llevan el salario mensual a unos 10 dólares. Pero la falta de recursos del régimen de Maduro, que esta semana afirmó haber perdido 90 % de sus ingresos en divisas, alimenta la hiperinflación y el empobrecimiento.

La policía política de Maduro impide viajar a Madrid a un expreso del régimen chavista

Está libre, pero no tanto. Al exsecretario de la Asamblea Nacional venezolana, Roberto Marrero, el régimen de Nicolás Maduro lo bajó de un vuelo especial de la aerolínea Plus Ultra con destino a Madrid el sábado por la noche. Marrero pasó más de un año y medio preso en los calabozos del Sebin, la policía política venezolana, solo por su cercanía con Juan Guaidó, presidente del Parlamento.

Fue uno de los «indultados» por Maduro el 2 de septiembre, cuando el régimen venezolano liberó a 110 presos y perseguidos políticos. Legalmente, nada le impedía salir del país. Marrero viajaba a España a reunirse con su familia, que se refugió en Madrid cuando él fue detenido.

Al menos Marrero fue dejado en libertad, según las redes sociales, cuando, literalmente, lo bajaron del avión. Varios políticos opositores manifestaron su solidaridad e ironizaron sobre cuan «plenas» son las libertades que da Maduro mediante sus indultos.