Trump puede estar agotando a los votantes

Teli Stokols / Noah Bierman Los Angeles Times

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maria pedreda

Existe una creciente evidencia de cansancio que puede costarle votos cruciales

25 oct 2020 . Actualizado a las 09:53 h.

En la agonía final de una campaña cada vez más desalentadora, el presidente Donald Trump ha acelerado su programa de declaraciones e incitado a sus partidarios con un frenesí de indignación incesante, el mismo que lo ayudó a convertirse en la figura política más polarizante de su tiempo. Sugirió que la gobernadora de Míchigan, objetivo de un supuesto complot de secuestro, debería ser encarcelada. Expresó indiferencia ante el tiroteo a una excongresista de Arizona. Calificó al principal epidemiólogo del país, Anthony Fauci, como «un desastre». Sin fundamento, llamó «criminal» al exvicepresidente Joe Biden e instó a su fiscal general a que lo investigara.

Para Trump, subir el volumen a 11 es instintivo y casi una garantía de que será el centro de atención. Pero para el resto del país, en particular los votantes que necesita para cerrar la brecha de diez puntos porcentuales que lo separan de Biden en las encuestas, existe una creciente evidencia de agotamiento que puede costarle votos cruciales. «Dejó de hacer gracia hace un año o dos», expresó Josh Peterson, un fabricante de tablas de surf de 24 años de Carolina del Norte que se abstuvo en las últimas elecciones y que ahora planea votar por Biden, en un estado indeciso que podría determinar la presidencia. La diversión inicial por la elección de Trump hace cuatro años, afirmó, desapareció tras la ola de caos, controversia y comportamiento caricaturesco. «La gracia se desvaneció cuando se volvió más real, y piensas: ‘Esto es lo que somos para el mundo exterior’», afirma.

Trabajadora social jubilada de Clayton, Judy Jones, se ofreció como voluntaria en la campaña de Biden a través del Partido Demócrata local, impulsada en parte por su fatiga con Trump. «Te despiertas por la mañana pensando: ‘¿Qué habrá hecho hoy?’», expresó. «Solo queremos despertar y decir: ‘Está bien, hay alguien decente y con integridad dirigiendo este país’».

Según una encuesta de Pew Research publicada el lunes, el interés general en las elecciones ha aumentado, con el 75 % de los estadounidenses siguiéndolas «muy de cerca». Pero el 61 % dice que está agotado por toda la cobertura. «La gente está simplemente agotada», indicó Cornell Belcher, un encuestador demócrata. «Están cansados de ser bombardeados por la política y de tener que hablar siempre de lo mismo», explicó. El cansancio de los votantes con Trump comenzó a verse en los grupos de debate solo un año después de su llegada a la presidencia, aseguró Joe Trippi, un consultor demócrata. «Las mujeres de los suburbios en aquel momento se preguntaban: ‘¿Cómo puedo hacer desaparecer este caos?’», afirmó Trippi, que trabaja en la campaña de reelección del senador por Alabama Doug Jones. Con la esperanza de aprovechar el factor de agotamiento de Trump, un anuncio de Biden en agosto comenzaba preguntando simplemente: «¿Recuerdas cuando no tenías que pensar en el presidente todos los días?». 

Antídoto contra el teatralismo

En un año que ha visto al país convulsionado por una pandemia, por la recesión, por luchas raciales y desastres climáticos, Biden ha presentado su candidatura en gran medida como un antídoto contra el interminable teatralismo y partidismo de Trump. Se ha comprometido, además, a buscar el consenso y las soluciones bipartidistas, presentó a varios republicanos prominentes en su convención de nominación, y continúa haciéndolo en sus anuncios televisivos de otoño, incluida Cindy McCain, viuda del exsenador de Arizona John McCain, candidato presidencial republicano en el 2008.

Las encuestas sugieren que el insulto preferido de Trump para Biden es «Sleepy Joe», una expresión que podría ser contraproducente dada la consternación de muchos votantes por los últimos cuatro años de caos en la Casa Blanca.

«Ve su presidencia como un programa de televisión»

Después de que Trump y Biden celebraran sus respectivos encuentros con votantes, que fueron retransmitidos en diferentes cadenas, un asistente de campaña de Trump se burló de la actuación tranquilizadora de Biden, que incluso llegó a comparar con un episodio de la serie infantil estadounidense El vecindario del Señor Rogers. Pero fueron más los espectadores que vieron a Biden responder tranquilamente en la cadena ABC, que quienes sintonizaron la actuación más hiperactiva y combativa de Trump, a pesar de que se transmitió en directo en dos canales. A diferencia del 2016, cuando las cadenas de noticias solían retransmitir los mítines de Trump en directo y en su totalidad, los que ha realizado durante este otoño han sido ignorados a menudo por las tres cadenas principales de televisión. Fox News todavía los retransmite a veces, dejando a la red OAN, más servil y menos conocida, junto con un puñado de canales de YouTube como las únicas emisoras que dan cobertura regular a las actuaciones casi nocturnas del presidente.

Sin duda el presidente más consciente de las cámaras de la historia ha utilizado todas las parafernalias de la presidencia, incluido el despacho oval y el Air Force One, como telón de fondo de sus monólogos, agitando constantemente la actualidad y reaccionando a la cobertura televisiva en un ciclón de controversia, tan efímera como consecuente, que se perpetúa a sí mismo. «Ve su presidencia como un programa de televisión. Es el fanático número uno de su presidencia», indicó Miranda Banks, profesora asociada de la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad Loyola Marymount.

La pregunta ahora es si el show de Trump se ha desgastado. A medida que las crisis reales se han apoderado del país, el presidente parece, cada vez más, como si hubiera perdido la trama. La indignación de Trump «lo convirtió en un candidato potencialmente convincente» en el 2016 y los votantes «no sabían exactamente qué pasaría», como en cualquier buen programa televisivo, señaló Banks. «Ahora lo sabemos y hemos visto lo que está en juego y el pueblo estadounidense ya no está de acuerdo», agregó.

Por ahora, las ruidosas multitudes en los mítines de Trump parecen ansiosas por desempeñar un papel con el que ya están familiarizados, gritando «¡Arréstala!» y «¡CNN apesta!», algo que le sirve para reafirmarse de que su actuación sigue siendo un éxito. «Me gusta porque no es un político. Sé que a veces es un poco loco, con las cosas que dice. Me gusta eso», afirmó David Davenport, propietario de un negocio de piscinas en Southern Shores. Del mismo modo, Pam Strickland, una empleada de hardware de Lowe, observa las manifestaciones de Trump cada vez que puede. «Me gusta su mensaje. Me gusta su estilo. Me gustan las cosas que ha logrado», afirmó, por no mencionar «su comedia».

© 2020 Los Angeles Times. Distribuido por Tribune Content Agency. Traducción, Lorena Maya.