EE.UU. se prepara para un recuento largo tras un récord de participación

Héctor Estepa WASHINGTON / E. LA VOZ

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MARK LYONS

Trump asegura que no ha elaborado ningún discurso poselectoral: «Ya sabéis, ganar es fácil. Perder nunca lo es. Para mí no».

03 nov 2020 . Actualizado a las 22:26 h.

Estados Unidos se lanzó este martes a la calle para votar en unas elecciones que prometen sellar un récord de participación. Más de 102 millones de personas ya habían ejercido su derecho al sufragio, de hecho, antes incluso de la apertura de las urnas en la jornada electoral, mediante las modalidades de voto anticipado y voto por correo. Esto supone el 72,8 % de la participación total del 2016, que fue de 137 millones de electores. Algunos estados como Hawái, Washington, Montana o Texas habían ya superado el número de votos de hace cuatro años a media tarde.

Eso sí, el Servicio Postal reconoce retrasos en la entrega a tiempo del voto por correo, según la cadena CNN. En estados claves como Míchigan, Wisconsin o Georgia la situación es especialmente grave, porque, según las leyes estatales, los votos que lleguen después del 3 de noviembre no serán contabilizados. Otros estados sí permiten su recepción y recuento, siempre y cuando el matasellos del sobre haya sido estampado el día delas elecciones o en días anteriores. Está por ver cuál es el efecto de esos retrasos.

«Vamos a tener una gran noche», auguró el presidente Donald Trump, en una visita a la sede de su campaña de reelección en Arlington (Virginia). También aseguró que aún no tenía preparado ningún discurso poselectoral: «Ya sabéis, ganar es fácil. Perder nunca lo es. Para mí no».

Sin discurso

En una entrevista telefónica an su programa amigo Fox&Friends, Trump se mostró confiado en poder darle la vuelta a las encuestas e insistió en que no se declarará vencedor antes de tiempo, como augura la prensa.

«Hay un tremendo amor en este país. Y hay realmente una tremenda unidad», dijo el presidente, que optó por el voto anticipado hace unas semanas en Florida. La primera dama, Melania Trump, votó a primera hora en Palm Beach, en el estado clave de Florida, causando polémica por presentarse sin mascarilla en el centro de votación.

El candidato demócrata, Joe Biden, aprovechó el día para pedir el voto en Pensilvania, para luego regresar a su casa de Wilmington (Delaware) a esperar los resultados de las elecciones. Comenzó la jornada acudiendo a un servicio religioso en Delaware y visitó el cementerio en el que están enterrados su primera esposa y dos de sus hijos. Posteriormente se trasladó a Scranton (Pensilvania), su ciudad natal, donde apareció con sus nietas y se reunió con un grupo de seguidores, antes de visitar su hogar natal.

«Sentimos que está claro que estamos ganando», dijo a los medios Jen O'Malley, el mánager de campaña de Biden. «Todos los datos que estamos estudiando subrayan cuántos caminos creemos que tenemos hacia la victoria», añadió.

La jornada electoral se desarrollaba sin incidentes y solo se habían registrado problemas menores, como fallos en las máquinas electrónicas de votos en lugares como Columbus o Filadelfia.

En algunos lugares, como Nueva York, o la misma Filadelfia, se registraron grandes filas de votantes, mientras en otros, como Georgia o Florida, donde la mayor parte de votantes habían ejercido su derecho al sufragio de manera anticipada, las filas fueron menores y, en lugares determinados, ni siquiera llegaron a formarse aglomeraciones.

Las dos primeras localidades en escrutar sus votos se dividen entre Trump y Biden

Como dicta la tradición desde hace 56 años, los primeros en desvelar los resultados de las elecciones presidenciales fueron Dixville Notch y Millsfield, dos pequeñas localidades de Nuevo Hampshire situadas cerca de la frontera con Canadá.

Joe Biden es el vencedor en la pequeña comunidad turística de Dixville Notch, al recibir cinco sufragios, el cien por cien de los votos válidos. Repite así la victoria que obtuvo hace cuatro años Hillary Clinton. En la cercana Millsfield, Donald Trump también repitió el triunfo de hace cuatro años, y con los mismos votos: 16 frente a los cinco logrados por el que fuera vicepresidente con Barack Obama.

Las urnas se abren en ambas localidades a medianoche, en una tradición a la que habitualmente se sumaba Hart, que en esta ocasión sin embargo ha optado por autorizar el voto durante todo el día para evitar que sus 48 potenciales votantes se aglomerasen y evitar así contagios de coronavirus. En el 2016, la ganadora en esta localidad fue Hillary Clinton.

Según la ley de este estado, las poblaciones con menos de cien votantes pueden abrir las urnas a medianoche y cerrarlas en cuanto sus votantes depositen las papeletas. En Nuevo Hampshire están en juego cuatro votos para el Colegio Electoral que a la postre elegirá al presidente de Estados Unidos. El estado ha sido desde 1992 un bastión del Partido Demócrata, con la única excepción del año 2000, cuando se impuso George H. W. Bush. 

Washington, Nueva York y las grandes ciudades se blindan ante la posibilidad de disturbios en torno a las elecciones

La Casa Blanca estaba este martes blindada, rodeada de una alta valla con tecnología antiescalada. Parte de los comercios de las calles aledañas fueron sellados con grandes paneles de madera, en previsión de disturbios durante la noche electoral. La situación se repitió en las grandes ciudades estadounidenses, incluida Nueva York.

La polarización que vive el país, y la tensión generada por las recientes protestas, pusieron en alerta a la ciudadanía y las autoridades.

El presidente Donald Trump sembró durante toda la campaña dudas sobre el voto por correo, sugiriendo un posible fraude, y el lunes desató una nueva polémica al referirse a la posible violencia en la noche electoral.

«El fallo del Tribunal Supremo sobre la votación en Pensilvania es muy peligroso. Permitirá trampas y minará nuestro sistema de leyes por completo. También inducirá a la violencia en las calles ¡Tenemos que hacer algo!», escribió el presidente en Twitter, red social que etiquetó el mensaje como potencialmente equívoco.

El Supremo autorizó que Pensilvania contase los votos por correo que llegasen a las oficinas electorales hasta tres días después de las elecciones, siempre que tuviesen matasellos anterior al 3 de noviembre.

Parte de los analistas estadounidenses vieron el mensaje de Trump como una incitación a la violencia. Al cierre de esta edición no se habían producido incidentes en Pensilvania.

Alrededor de 1.000 oficiales de la Guardia Nacional habían sido movilizados el lunes en Filadelfia, la mayor ciudad del estado norteño, en previsión de disturbios, pero se retiraron durante la mañana del martes al comprobar que la situación era estable.