Las milicias y los supremacistas pierden a su símbolo

M. P. MADRID / COLPISA

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Un manifestante armado con un rifle de asalto protesta contra el recuento frente a un centro de votación de Phoenix (Arizona)
Un manifestante armado con un rifle de asalto protesta contra el recuento frente a un centro de votación de Phoenix (Arizona) JIM URQUHART

Grupos de manifestantes, muchos de ellos con pistolas y armas largas, mantienen en la calle el apoyo al gobernante que les dio su respaldo desde la Casa Blanca

10 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Siempre es duro perder los símbolos y este fin de semana la América profunda del supremacismo blanco ha visto apagarse el suyo. Donald Trump se marcha. Después de cuatro años de defensa de «la ley y el orden» al más puro estilo republicano y de haber enardecido a las milicias durante los disturbios antirracistas de estos últimos meses, los hombres y mujeres de las camionetas y los rifles se quedan sin el gobernante que refrendaba de alguna manera sus paseos intimidantes por las calles de Míchigan o Texas. La noche del domingo al lunes (madrugada en España) quisieron hacer una demostración más de su poder, pero quedó empequeñecida al lado de las concentraciones de los ciudadanos que festejaban la victoria del demócrata Joe Biden. También su declaración de «odio» a este fue ensordecida por los mensajes de felicitación al veterano de 77 años que dirigirá el país a finales de enero y que ha querido sellar las heridas abiertas entre demócratas y republicanos con un mensaje patriótico.

¿Cómo han respondido los grupos de ultraderecha a ese discurso patriótico? Con manifestaciones desperdigadas que han reunido a unos cuantos miles de personas en ciudades de Arizona o Texas, por poner dos ejemplos. En Phoenix, los supremacistas salieron a la calle con consignas como «Detened el robo», «Lucharemos hasta el final» o «Trump volverá a la Casa Blanca». Muchos de estos manifestantes llevaban armas, incluso semiautomáticas y rifles de asalto.

Periodistas increpados y escoltados

Hubo lugares donde los periodistas tuvieron que ser escoltados tras ser increpados por manifestantes con pistolas al cinto. No hay que olvidar que desde el comienzo de la pandemia hasta la campaña electoral, los estadounidenses han comprado el doble de armas respecto al año anterior: 19 millones de unidades. Si la enemistad de las milicias de extrema derecha es de largo recorrido, en esta legislatura se ha visto acentuada por los continuos discursos de Trump que vinculan a Biden con el «socialismo» y el «comunismo». Por fortuna, parece que las encuestas que vaticinaban una especie de guerracivilismo tras los comicios empiezan a ser pólvora mojada