Los hospitales europeos están al límite y aún les esperan las peores semanas

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado REDACCIÓN / LA VOZ

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Un paciente de covid-19 en un hospital en la localidad francesa de Bagnolet, cerca de París.
Un paciente de covid-19 en un hospital en la localidad francesa de Bagnolet, cerca de París. Julien de Rosa | EFE

Países como Francia, Polonia o Bélgica amplían contra reloj camas y ucis

10 nov 2020 . Actualizado a las 09:28 h.

Profesionales sanitarios exhaustos, reconversión de quirófanos en salas de reanimación, hospitales de campaña en pabellones de deportes... La funesta música del covid-19 en Europa vuelve a sonar con los mismos compases del mes de abril. La tasa de mortalidad lleva prácticamente dos meses en aumento y, según el último informe del ECDC, el centro europeo de referencia para el control de la pandemia del coronavirus, en estos momentos -con los datos de 16 países ya que no todos los facilitan- los pacientes de covid suponen una ocupación de unidades de cuidados intensivos equivalente al 66 % de los peores momentos de esta crisis sanitaria. Y eso teniendo en cuenta que todos los países, sin excepción, han hecho un esfuerzo más que notable por ampliar sus dotaciones para la atención de pacientes críticos.

Incluso las camas convencionales empiezan ya a notar una presión más que notable ya que una de cada cuatro del continente, de media, está siendo utilizada por un enfermo con esta patología con ejemplos muy preocupantes como el de Chequia o Bélgica por encima del 50 %. De hecho, en este último país -aunque parece que las medidas funcionan porque en los últimos días han caído drásticamente los nuevos contagios- estaban ocupadas ayer 1.469 de las aproximadamente 2.000 camas de cuidados intensivos de las que disponen. De ahí que el Gobierno este trabajando a contrarreloj para dotar al sistema sanitario de otras 800 plazas adicionales.

En el conjunto del continente a mediados de octubre ya se habían duplicado la ocupación de las ucis del mes anterior y Gran Bretaña dobló sus ingresos por coronavirus en tan solo dos semanas. De ahí que la situación se esté volviendo crítica en prácticamente todos los países, incluso en los más grandes, entre ellos Alemania, que demostró mucha más capacidad de control en la primera ola y que aún ahora no llega a la mitad de la incidencia acumulada de casos por 100.000 habitantes en 14 días que tiene España. Aún así ya tiene 2.904 pacientes ingresados en unidades de críticos que son unos 150 más que los 2.749 de Italia, donde regiones como Calabria, Lombardía o Piamonte ya se han visto obligadas a decretar el cierre de todas las actividades no esenciales como mínimo hasta el próximo 3 de diciembre porque el riesgo de colapso hospitalario es más que evidente, según los especiales.

Algunas proyecciones realizadas por los analistas situaban hace ya unas semanas el punto de colapso de la hospitalización en Francia y Suiza este mismo mes de noviembre, el de Alemania para el próximo diciembre y el de Bélgica incluso antes, en cuestión de semanas. Y es que lo peor para los servicios sanitarios ni siquiera es la situación actual, sino que el crecimiento de las cifras de nuevos contagios es aún muy llamativo en la mayoría de los países del continente. Por tanto, como ya le enseñó la primera oleada del covid a los intensivistas, los ingresos, los casos graves y, en último término los fallecimientos vienen detrás. Esperan que no con la misma intensidad, porque ahora se están detectando muchos más casos leves y asintomáticos, pero es evidente que tal volumen de positivos va a tener una traslación en la necesidad de asistencia, como se está viendo. De hecho, Francia incrementó ayer en 118 su ocupación de camas uci y tiene 4.539 ingresados para las 5.000 plazas disponibles, con lo que ya ha activado un plan para ampliarlas de inmediato a 6.000 con el objetivo de llegar a las 7.500 y la posibilidad de contar con 10.000 en un breve período de tiempo si fuese necesario.

En Polonia, también uno de los países de la UE con más población y más castigados por la pandemia ha tenido que adoptar medidas llamativas, como la habilitación de una parte del Estadio Nacional de Varsovia para la instalación de 500 camas para pacientes covid.

Incluso países muy pequeños y ricos que llevan a gala la capacidad de sus recursos, como Suiza, están recibiendo un impacto brutal, con incremento promedio próximo al 5 % en la última semana y una incidencia acumulada por encima de 1.200 casos, por lo que la Academia Suiza de Ciencias Médicas, según el diario La Stampa ya elaboró hace varias semanas un protocolo interno para regular la clasificación de enfermos críticos en el que se dice que no se ingresarán ancianos en las ucis si, como parece, se acerca el colapso hospitalario.

Las ucis españolas de momento aguantan algo por encima del 30 %, en niveles parecidos a los de Italia, aunque hay comunidades como La Rioja o Aragón por encima del 50 %, con lo que eso supone en la atención de otras patologías.

Los médicos de Italia exigen un confinamiento duro a Conte para evitar el colapso

El temido colapso sanitario ya es una realidad en varias regiones de Italia, cuyos hospitales no tienen camas libres por culpa del covid-19, por lo que se han visto obligados a retrasar las operaciones y consultas para pacientes de otras patologías. Hace unos días unas 60 ambulancias hacían cola a la espera de que pudieran ser ingresados los pacientes que llevaban a bordo frente a la unidad de urgencias del policlínico San Camillo de Roma. Hasta 12 horas le tocó esperar a algún enfermo.

Ante este panorama, los médicos italianos le pidieron ayer al Gobierno de Giuseppe Conte que establezca de inmediato un nuevo confinamiento en todo el territorio nacional. Creen que, si no se consigue un cambio de tendencia en la curva epidemiológica, el sistema «no será capaz de aguantar». La primera alarma la lanzó el domingo Filippo Anelli, presidente de la Federación Nacional de los Colegios de Médicos, y no tardaron en unírsele responsables sanitarios de todo el país.

Johnson: «Los médicos podrían verse obligados a decidir quién vive y quién muere»

La semana pasada el primer ministro británicos, Boris Johnson, fue tajante a la hora de dirigirse a los parlamentarios de la Cámara de los Comunes la semana pasada. Sin un confinamientos «los médicos y enfermeras podrían verse obligados a elegir qué pacientes tratar, quiénes vivirían y quiénes morirían». Ponía esa situación siempre más que delicada de ejemplo porque los datos le indican que «el virus se está duplicando más rápido de lo que concebiblemente se puede asumir».

De ahí que, aunque ayer valorase positivamente el anuncio de la vacuna de Pfizer, llamase a la máxima cautela porque «el mayor error que podríamos cometer ahora sería relajar nuestra determinación», en el combate de la pandemia. Por tanto, Johnson ya deja claro que las estrictas medidas impuestas en el país se van a prolongar al menos hasta principios del mes de diciembre.