El FMI anticipa el mayor desplome de España en medio siglo: caerá un 12,8 %

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

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Eduardo Sanz

Cuestiona la subida del IVA, las pensiones y los salarios de los funcionarios

14 nov 2020 . Actualizado a las 13:39 h.

Las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) no dejan lugar a dudas: España ha sufrido la mayor contracción entre las economías más avanzadas y encajará el mayor desplome del último medio siglo: el PIB caerá un 12,8 % en el 2020, por encima del 11,2 % previsto por el Gobierno. No obstante, el organismo no ha tenido en cuenta el PIB favorable del tercer trimestre.

Cree que el país despedirá el año con una deuda más abultada de lo previsto (123 % del PIB) por la necesidad de seguir bombeando oxígeno al tejido productivo en estos meses de actividad intermitente. El PIB en el 2021 progresará un 7,2 %, una recuperación que, en todo caso, será parcial y no llegará para cubrir las ingentes pérdidas de la crisis del covid 19: «Probablemente lleve varios años alcanzar los niveles previos a la pandemia», asegura el informe de la jefa de misión para España, Andrea Schaechter, quien urge a preparar un plan de ajuste fiscal a medio plazo para garantizar la sostenibilidad de la deuda.

¿Por qué España sale peor parada que otras economías? Por su enorme dependencia del turismo —el sector más golpeado—, por el tamaño de sus empresas (más del 90 % son pymes) y por la alta temporalidad en el mercado laboral (26 %). Los problemas se exacerbaron porque el país no hizo los deberes. Se adentró en la pandemia con un déficit estructural del 3 % del PIB y una deuda del 96 %, a pesar de que la economía creció de forma ininterrumpida en los últimos seis años. La relajación en la senda de ajuste impidió a España contar con un colchón mayor para hacer frente a la crisis.

Aunque el rebote de la economía en los meses de verano (16,7 % entre julio y septiembre) es significativo, el FMI alerta de que el broche al 2020 podría ser más doloroso de lo previsto: «La gravedad de la segunda ola de infecciones es preocupante», señala. Preocupa, y mucho, que los meses de asfixia financiera en el 2020 se conviertan en problemas de solvencia en el 2021, por eso urge al Gobierno a priorizar las ayudas a las empresas que sean viables. No solo porque no hay dinero para todas, también por los riesgos para los balances de los bancos que las siguen financiando. El desempleo podría alcanzar el 16,8 % este año, a medida que el estrés de las empresas aumente.

Morosidad

Los problemas para devolver los créditos bancarios podrían causar una peligrosa ola de morosidad. «Probablemente crecerá de forma desproporcionada entre las empresas cuando expiren las medidas de apoyo al préstamo. Comparado con otros socios de la UE, el impacto de la crisis en los bancos españoles podría amplificarse», asegura el FMI.

Reforma laboral

Una de las grandes debilidades a las que apunta el organismo es el mercado de trabajo. Schaechter reconoce que la reforma laboral del 2012, apadrinada por el Gobierno de Mariano Rajoy, contribuyó a la recuperación de los puestos de trabajo y a hacer la economía española más competitiva, pero imprimió una «gran precariedad» y un descenso de las horas trabajadas, que ahora contribuye a la volatilidad de los empleos, por eso insta al Ejecutivo a estudiar «cualquier abuso causado por la flexibilidad laboral» y a preparar con cautela reformas de calado que pongan fin a la enorme segmentación del mercado para reducir la desigualdad.

Impuestos y pensiones

Otro de los asuntos que ha levantado más ampollas tiene que ver con la subida fiscal recogida en los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, aquí el FMI coincide con el Gobierno y aplaude la progresividad de las subidas: sí a aumentar los impuestos a las rentas más altas y a las empresas que se han beneficiado de la pandemia «como las tecnológicas». No obstante, Schaechter recomienda aplazar otras subidas impositivas porque pueden ralentizar la recuperación a corto plazo y afectar a las rentas bajas, como el IVA o el impuesto al diésel: «No es el momento de añadir más presión», sostiene. Aunque cree que España debería revisar sus tramos de IVA, demasiado benévolos con algunos productos y servicios, cree que sería recomendable una vez que el país encare la recuperación y ahonde en las reformas estructurales que deberá acometer para hacer las cuentas sostenibles.

Un ejercicio en el que no caben medidas como la subida de las pensiones o el salario de los funcionarios por encima del IPC. El FMI insta a actuar con «cautela» por el efecto a largo plazo que puede tener sobre la solvencia del sistema si crecen persistentemente por encima de la capacidad adquisitiva.