Lukashenko promete ceder la mayor parte de su poder al Parlamento bielorruso

La Voz REDACCIÓN

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Lukashenko, durante una visita a una fábrica de quesos
Lukashenko, durante una visita a una fábrica de quesos Maxim Guchek

«No es necesario romper la Constitución», afirma el cuestionado presidente

16 nov 2020 . Actualizado a las 12:22 h.

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, afirmó este lunes que está dispuesto a ceder una parte considerable de su poder al Parlamento y otras instituciones sin cambiar la Constitución, con el fin de solucionar la crisis política que atraviesa el país. «Recientemente acordamos con el Parlamento que no es necesario romper la Constitución para entregar entre el 70 y el 80 % del poder del presidente al Parlamento, al Gobierno, a otras instituciones», declaró, citado por la agencia Belta.

El mandatario señaló que «el pueblo, la sociedad, quieren cambios» y muchos cuestionan el modelo presidencialista del país, por lo que una posible salida sería un cambio considerable de la Constitución, algo que no considera adecuado. «No es necesario romper la Constitución», recalcó.

Según Lukashenko, el proceso de entrega de poder sería paulatino.«Mientras más tiempo pase, será más: le prometo a la Asamblea Popular de Bielorrusia distribuir de un modo honesto y justo el poder, sin eludir responsabilidades», añadió.

Bielorrusia enfrenta una crisis política desde las elecciones presidenciales de agosto pasado, en las que Lukashenko, quien lleva 26 años en el poder, fue declarado ganador con un 81 % de los votos, algo que rechazaron la oposición y Occidente, al calificar los comicios de fraudulentos. En vistas a las continuadas protestas, Lukashenko propuso en un inicio reformar la Constitución, aunque advirtió que apenas reducirá las facultades del presidente. 

Por su parte, la oposición expresó su desconfianza ante estas declaraciones, ya que estima que solo se trata de una estrategia de las autoridades para prolongar su poder. Los opositores mantienen invariables sus demandas de que haya nuevas elecciones presidenciales, un castigo para los altos cargos policiales implicados en la represión de las manifestaciones pacíficas y la liberación de todos los detenidos y presos políticos.