Biden prepara su primera batalla contra los republicanos en el Senado

Esperanza Balaguer NUEVA YORK / E. LA VOZ

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Joe Biden, este miércoles, en Wilmington (Delaware)
Joe Biden, este miércoles, en Wilmington (Delaware) TOM BRENNER

La ratificación de su Gobierno en la Cámara Alta lastra el inicio del mandato

19 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Joe Biden, avanza con cautela en la formación de su futuro Gobierno. Los problemas para el demócrata podrían llegar antes de lo esperado. La más que probable mayoría republicana en el Senado convertirá la confirmación del nuevo Gabinete en la primera batalla política de la Administración Biden.

Por eso, el demócrata no ha desvelado todavía ninguno de los nombres de los destinados a ocupar los 15 departamentos ejecutivos, entre los que se encuentran carteras tan importantes como las de Justicia, Defensa o Comercio. Por el momento, se ha centrado en definir a su equipo de asesores más cercanos en la Casa Blanca.

El verdadero árbitro

El futuro control de la Cámara Alta del Congreso, el verdadero árbitro de la política estadounidense, depende de que los republicanos se hagan con uno de los dos escaños que se decidirán en las elecciones de segunda vuelta que se celebran el próximo 5 de enero en Georgia. El miedo de los republicanos a perder la mayoría del Senado es lo que todavía les mantiene del lado de Donald Trump. Entre ellos, a su líder, Mitch McConnell, quien ha dado el paso de admitir que Biden tendrá una transición pacífica, pero continúa sin rechazar las infundadas afirmaciones del presidente sobre fraude electoral.

Si mantienen el control del órgano legislativo, cuando Biden llegue al despacho oval el próximo 20 de enero, los votos de confirmación de su gabinete serán la primera prueba de su capacidad para maniobrar con McConnell y de hasta dónde serán capaces de llegar los republicanos.

Nombramientos

Para hacer frente a esta coyuntura, Biden ha elegido ya a Jen Psaki, antigua jefa de comunicación de Barack Obama, para dirigir el equipo que supervisará el proceso de nombramiento y confirmación de los cargos, según informa el diario Político, y a Olivia Dalton, antigua asesora de Biden en la Cámara Baja, para lidiar con los senadores de los diferentes estados. El equipo de transición del demócrata ha avisado de las dificultades que se avecinan. Saben que el Senado estará sometido a una gran presión, lo que podría afectar a la toma de medidas económicas y sanitarias, tan necesarias en pleno repunte de la pandemia del coronavirus, e impedir la reconstrucción de las agencias federales con funcionarios capaces de afrontar la situación.

Trump desembolsa tres millones de dólares para hacer un recuento en dos condados de Wisconsin

La campaña del presidente Donald Trump ha pagado tres millones de dólares para llevar a cabo un recuento de votos en dos condados de Wisconsin, donde el demócrata Joe Biden ganó con amplia mayoría.

A pesar de no aportar pruebas y con la opinión en contra de los funcionarios electorales, los abogados del presidente consideran que allí se produjeron las «peores irregularidades» en la presunta alteración del voto por correo y en la identificación de los electores.

El presidente renuncia así a desembolsar los ocho millones de dólares que le iba a costar el recuento en todo el estado, donde perdió por una diferencia de 20.608 votos. Se limitará al escrutinio de los votos de los condados de Milwaukee y Dana, donde Biden se impuso por 755.455 votos frente a 213.157.

Una vez aprobado por el presidente de la comisión electoral de Wisconsin, el recuento comenzará entre este jueves y el sábado, y deberá estar terminado antes del 1 de diciembre. Será, junto con Georgia, el segundo estado en aceptar un proceso similar.

El presidente sigue con la purga y despide por Twitter al jefe de ciberseguridad por no respaldar su teoría del fraude

Donald Trump continúa la purga de altos funcionarios que se atreven a desafiar sus teorías sobre el fraude electoral. Atrincherado en la Casa Blanca, sin apariciones públicas en su agenda y con Twitter como única vía de comunicación, el presidente está dispuesto a dinamitar su Administración antes del traspaso de poderes del próximo 20 de enero. La última víctima de su furia ha sido Christopher Krebs, director de la Agencia de Ciberseguridad y responsable de garantizar el buen funcionamiento de las elecciones presidenciales.

Trump anunció su despido el martes por la noche a través de la red social, como hizo hace una semana con el secretario de Defensa, Mark Esper. El detonante fueron sus propias declaraciones contra las supuestas irregularidades, así como el comunicado emitido la pasada semana por el comité de supervisión de las elecciones, que concluyó que las elecciones fueron «las más seguras de las historia». La venganza del mandatario era cuestión de tiempo, después de que el propio Krebs comentara entre sus compañeros que esperaba su destitución.

División de opiniones entre los republicanos

Su prestigio, sin embargo, no hizo más que aumentar. Los agradecimientos por su servicio se multiplicaron. Incluso desde las filas republicanas, cuyos senadores siguen apoyando a Trump, temerosos de la segunda vuelta de las elecciones para designar dos escaños del Senado en Georgia de los que dependerá el control de la Cámara Alta. «Ha realizado un notable trabajo en tiempos de desafío», declaró el republicano Richard Burr, presidente del Comité de Inteligencia del Senado. «Ha sido despedido por decir la verdad», defendió en un comunicado el equipo de campaña del vencedor de las elecciones, Joe Biden.

Krebs, exejecutivo de Microsoft de 43 años, ha pasado los dos últimos años preparando a los estados para afrontar los desafíos de la votación del pasado 3 de noviembre. Impuso controles para bloquear la posible interferencia rusa y estableció una plataforma web de «control de rumores» para blindar el proceso frente a la desinformación. La injerencia extranjera que tantos temían por la experiencia del 2016 no llegó a materializarse. En cambio, las noticias falsas y los ataques a la legitimidad de los comicios llegaron desde la propia Casa Blanca. «Honrado por haber servido. Lo hicimos bien. Defender hoy, asegurar mañana», tuiteó Krebs tras su despido.