Biden dispondrá de 6 millones para una transición sin colaboración de Trump

esperanza balaguer NUEVA YORK / E. LA VOZ

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HANNAH MCKAY | Reuters

Prohíben a los empleados de la Casa Blanca hablar con el equipo demócrata

25 nov 2020 . Actualizado a las 10:39 h.

El primer signo del comienzo oficial del traspaso de poderes de Donald Trump a Joe Biden fue el traslado de la web del equipo de transición del demócrata a un servidor gubernamental. El sitio «buildbackbetter.com» sustituyó la extensión de su dominio al público «.gov». Este cambio solo fue posible después de que la Administración de Servicios Generales (GSA, por sus siglas en inglés) diera luz verde el lunes por la tarde al inicio del traspaso de poderes entre Trump y el ganador de las elecciones.

Tras veinte días de la parálisis impuesta por la Administración Trump, la responsable de la GSA, Emily Murphy, firmó la carta que despejó el camino para la llegada de Biden a la Casa Blanca, a pesar de que el presidente continúa negándose a reconocer su victoria. El aumento de las presiones por parte del Partido Republicano, de los grandes empresarios y la certificación de los resultados en Míchigan en favor de Biden acabaron por doblegar la resistencia de Trump.

La apertura del proceso otorga al equipo de transición de Biden un presupuesto de 6,3 millones de dólares (5,32 millones de euros) de fondos gubernamentales para financiar la transición. Así como el acceso a la información sobre seguridad nacional y a los planes para la distribución de la vacuna contra el covid-19. Esas son las dos prioridades de Biden para su mudanza a Washington el próximo 20 de enero, fecha de la toma de posesión.

Nada más conocer la decisión de Murphy, los asesores del demócrata contactaron con varias agencias federales, entre ellas el Departamento de Defensa. «Comenzaremos a implementar de inmediato nuestro plan para brindar apoyo de acuerdo con el estatuto, la política y el memorando de acuerdo entre la Casa Blanca y el equipo de Biden-Harris», confirmó Sue Gough, portavoz del Pentágono.

A pesar de la buena disposición de los altos funcionarios del Gobierno, Trump no está dispuesto a ponerle las cosas fáciles a su rival. «El personal no puede hablar directamente con un miembro del equipo de transición de Biden o con el coordinador federal de transición a menos que se autorice específicamente», escribió el jefe de gabinete del presidente Trump, Mark Medow, en un memorando enviado a los empleados de la Oficina Ejecutiva del Presidente, al que tuvo acceso The New York Times.

Información clasificada

No está claro aún si Trump dará acceso a Biden al informe de información clasificada que recibe cada día con las amenazas potenciales y la dinámica internacional. Una tradición rota por el republicano, quien tampoco tiene previsto concederle la victoria ni invitarle al Despacho Oval como ha sucedido con todos los presidentes anteriores. «Estoy trabajando duro para limpiar el engaño de las elecciones», insistió en Twitter. El presidente parece vivir ajeno a la realidad del rechazo de los jueces a sus demandas contra los recuentos y a la evidencia de los siete millones de votos más del tándem Biden-Harris.

Como si la transición no fuera con él, el presidente hizo ayer una inesperada intervención en la sala de prensa de Casa Blanca para hablar del récord registrado por el índice Dow Jones y los avances en la vacuna contra el covid, sin mencionar el proceso de transición. Trump cerró su charla de menos de dos minutos con un efusivo: «Y lo más importante, quiero felicitar a la gente de nuestro país, porque no hay gente como ustedes. Muchas gracias a todo el mundo, gracias», que sonó a despedida.

El «establishment» demócrata vuelve a Washington

El presidente electo de EE.UU., Joe Biden, formalizó un día después del inicio de la transición la composición del equipo que conformará su Gabinete. «Estados Unidos está de vuelta, listo para liderar el mundo», proclamó el demócrata en la presentación del equipo de seguridad nacional y de exteriores en Wilmington (Delaware), donde reside.

Los nombres de los elegidos, desvelados el lunes, muestran el cambio de tono de la futura administración con la que Biden quiere dejar atrás los cuatros años de Donald Trump. Si el republicano se rodeó de su familia, colaboradores fieles ajenos a las instituciones públicas y parte del Partido Republicano, el demócrata rescatará a veteranos diplomáticos y a profesionales de amplia experiencia en las Administraciones de Bill Clinton y Barack Obama para liderar el país. Las mayoría de ellos tienen, además, un pasado común. Pasaron por alguna de las ocho universidades más prestigiosas de EE.UU., conocidas como la Ivy League, caldo de cultivo de las élites mundiales.

El próximo secretario de Estado, Antony Blinken, estudió en Harvard como los presidentes Obama, John Fitzgerald Kennedy o Theodore Roosevelt. El futuro asesor de Seguridad, Jake Sullivan, fue a Yale como el matrimonio Clinton y el exsecretario de Seguridad John Kerry, así como la elegida por Biden para ser la primera mujer secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Biden, por su parte, será el primer presidente desde Ronald Reagan en no poseer un título de uno de estos centros educativos.

Esto supone una vuelta del establishment demócrata a Washington, que Trump prometió eliminar en su primera campaña electoral bajo el lema de «limpiar el pantano». Pero lo que busca Biden es combinar esa tradición con diversidad para dejar atrás la retórica agresiva del republicano. Su gabinete tendrá a Avril Haines como la primera mujer al frente de la comunidad de Inteligencia, a Alejandro Mayorkas, como el primer latino e inmigrante en dirigir el Departamento de Seguridad Nacional, y a la afroamericana Linda Thomas-Greenfield, como embajadora ante la ONU. Ninguno de ellos pasó por las universidades de élite, pero consiguieron llegar a lo más alto dentro de las pasadas Administraciones demócratas.

«Estados Unidos está de vuelta. Listo para liderar el mundo, no para retirarse de él. Listo para enfrentar a nuestros adversarios, no para rechazar a nuestros aliados. Y listo para defender nuestros valores», sentenció Biden con la vista puesta en el próximo 20 de enero.