El Tribunal de Cuentas de la UE dice que España escatima en la protección marina

La Voz REDACCIÓN

ACTUALIDAD

CARMELA QUEIJEIRO

Sugiere en un informe que la UE debería imponer más límites a la pesca

27 nov 2020 . Actualizado a las 09:27 h.

Importante el tirón de orejas que el Tribunal de Cuentas de la UE ha dado a los Estados miembros al poner la lupa sobre el resultado de las políticas medioambiental y de pesca. La Unión ha fracasado prácticamente en todo, a juicio de los auditores. Su acción ni ha conducido a la recuperación de ecosistemas y hábitats marinos significativos, ni ha profundizado en la conservación de las especies y ni siquiera en las zonas marinas protegidas se ha podido evitar que persista la sobreexplotación pesquera, como es el caso del Mediterráneo. Por si fueran pocos reproches, el Tribunal de Cuentas también deja en evidencia la cicatería de España, Francia, Italia y Portugal -los cuatro Estados miembros auditados- en los presupuestos dedicados a este fin: 6.000 millones de euros del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) entre el 2014 y el 2020. Así, les recriminan que solo han empleado «el 6 % de la financiación en medidas directamente relacionadas con la conservación, y otro 8 % en acciones más indirectas». Y, apenas 2.000 millones euros se han utilizado para limitar el impacto de la pesca sobre el medio marino.

Todos esos reproches vienen recogidos en un informe especial del Tribunal cuyo título lo resume todo: Medio marino: la protección de la UE es extensa pero poco profunda. Porque, eso sí, las zonas marinas protegidas, «probablemente las medidas de conservación más emblemáticas» superan las 3.000. Sin embargo, «a pesar de ser una extensa red de protección», es «poco profunda», algo en lo que coinciden con la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) que concluye que menos del 1 % de esas áreas preservadas de Europa «gozan de plena protección». Para que esas reservas fueran eficaces, esas zonas deberían ser garantía de cobertura para las especies marinas más vulnerables de la UE y para sus hábitats, «así como introducir restricciones a la pesca cuando fuera necesario», además de «estar gestionadas adecuadamente», algo que «dista mucho de la realidad».

El Tribunal de Cuentas es de la opinión de que «la pesca tiene un impacto considerable en el entorno marino». Y aunque admite que la política pesquera común ha conseguido avances en la recuperación de las poblaciones de peces del Atlántico, reprocha que en el Mediterráneo no haya habido avances significativos, hasta el punto de que, según la AEMA, apenas el 6 % de los stocks evaluados cumplen los criterios del rendimiento máximo sostenible (RMS).

«Un tesoro»

«Por su importancia económica, social y medioambiental, los mares son un tesoro. Sin embargo, hasta la fecha, la acción de la UE no ha podido restituir los mares de Europa a un buen estado medioambiental, ni ha conseguido que la pesca vuelva a niveles sostenibles», señala João Figueiredo, miembro del Tribunal de Cuentas Europeo responsable del informe. «Nuestra auditoría constituye una señal clara de alarma en cuanto a la protección de los mares europeos», añadió en una nota de prensa de la institución.

El documento ofrece varias recomendaciones. Empezando por la de aumentar las partidas del FEMP dedicadas a conservación marina, siguiendo por elevar la protección del Mediterráneo actuando sobre la «sobrecapacidad de la flota» y terminando por ajustar más las poblaciones del Atlántico a la sostenibilidad rebajando las capturas de determinadas especies.

El tirón de orejas sorprende a Planas presentando la nueva reserva de Dragonera

Caprichos del destino o no, la reprimenda del tribunal de cuentas a los cuatro países auditados coincidió con la visita del ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas a Andratx (Mallorca), para presentar la recién creada reserva marina de interés pesquero de Dragonera, que hace la duodécima de las que dependen del Estado y la segunda de la comunidad autónoma de Baleares, con 457 hectáreas de extensión.

Planas señaló que estas áreas «son todo un ejemplo de gestión que permiten conciliar la actividad pesquera tradicional y la conservación medioambiental». El ministro subrayó que no quiere que estos espacios sean solo figuras sobre el papel, como viene a reprochar el Tribunal de Cuentas, y reseñó que deben servir para armonizar la actividad pesquera y conservacionista, «para informar y concienciar a la sociedad sobre la necesidad de respetar el mar, conocer sus valores y reconocer el acervo pesquero».

Pero de esa compatibilidad no parecen estar tan seguros los auditores comunitarios, que se aferran al informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas, que asegura que «la pesca fue la actividad con mayor impacto sobre los ecosistemas marinos», y a lo que aseguran que dice la FAO sobre los arrastreros, que «tienen efectos dramáticos en el ecosistema» y en los descartes, y a que a pesar de que los stocks ibéricos muestran un «aumento considerable de la biomasa», las cuotas se siguen fijando por encima de las recomendaciones científicas.