Alemania prohíbe un grupo neonazi que rinde homenaje a un jefe de las SS

Pablo L. Barbero BERLÍN / E. LA VOZ

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El ministro alemán del Interior, Horst Seehofer
El ministro alemán del Interior, Horst Seehofer DPA vía Europa Press

Según el Gobierno, la organización «cultiva el odio» y aspira a la «reimplantación de un estado nacionalsocialista»

02 dic 2020 . Actualizado a las 08:53 h.

Las autoridades alemanas ilegalizaron este martes la organización de extrema derecha Sturmbrigade 44 o Brigada de Asalto 44. La decisión se produjo después de que la policía registrara los domicilios de once miembros de esta agrupación extremista también conocida como Wolfbrigade o Brigada del Lobo. En ellos los agentes incautaron armas, cuchillos, símbolos nazis y demás propaganda radical. El ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, aseguró a través de un comunicado que esta organización de extrema derecha «cultiva el odio» y aspira a la «reimplantación de un estado nacionalsocialista». «Estas formaciones no tienen cabida en el estado de Derecho alemán», añadió.

Los miembros del grupo admiraban y reconocían abiertamente a Adolf Hitler, según el ministro, quien añadió que se caracterizaban por su «apariencia militar», un «pronunciado racismo» y una «ideología inhumana». En julio del 2019, la policía había registrado varios apartamentos que pertenecían a la asociación, fundada en 2016, en el estado de Sajonia-Anhalt,. Hace menos de un mes, fiscales federales encausaron a 12 personas del mismo entorno acusadas de conspirar para cometer «ataques terroristas» contra políticos, solicitantes de asilo y musulmanes.

En el código nazi, la cifra 44 simboliza la cuarta letra del alfabeto y la abreviatura DD hace referencia a la División Dirlewanger, una unidad especial de las SS en homenaje a Oskar Dirlewanger, un criminal de guerra acusado de ordenar masacres contra civiles en Bielorrusia en la década de 1940 y que antes fue miembro de la Legión Cóndor, con la que combatió en la Guerra Civil española.

Alemania lleva un registro de las víctimas de la violencia de extrema derecha desde la reunificación, en 1990. Las autoridades cuentan 94 muertos, mientras otras fuentes, en cambio, hablan de al menos 198 asesinatos. Expertos acusan a las autoridades de clasificar erróneamente como venganza personal muchos casos que en realidad tratan de violencia política.

El último ataque de estas características tuvo lugar en Hanau, una ciudad del centro de Alemania, cuando un ultraderechista disparó a nueve personas, en su mayoría de origen extranjero, en un local de pipas de agua o shishas. Apenas cuatro meses antes un extremista nazi intentó un ataque terrorista contra una sinagoga en Halle. Al no funcionar su artefacto explosivo casero, disparó a varias personas matando a dos de ellas, En una carta abierta, el perpetrador expresó su odio a los judíos y extranjeros.

Son solo dos ejemplos recientes de un problema que arrastra Alemania desde hace décadas y al que las autoridades aún no han conseguido poner coto. Ya sea por incapacidad o, como muchos critican, dejación de funciones de las autoridades, lo cierto es que el tema ha ganado presencia y relevancia en los últimos meses.

El propio Seehofer marcó un antes y un después en la lucha contra las organizaciones de extrema derecha cuando hace casi un año declaró que es «la mayor amenaza» para la seguridad en Alemania. «La cifra de delitos, el número de personas pertenecientes a estos círculos ultraderechistas y el número de los extremistas de derechas que están dispuestos a emplear la violencia ha crecido», alertó el ministro conservador en la presentación del informe de los servicios de inteligencia domésticos para el 2019.