El rey afirma que «los principios morales y éticos» están por encima de «consideraciones familiares y personales»

La Voz REDACCIÓN

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Felipe VI pide vencer el desánimo ante la crisis y soslaya el caso de su padre

25 dic 2020 . Actualizado a las 13:59 h.

Felipe VI ha hecho un llamamiento a los españoles a emprender un «gran esfuerzo nacional» con el fin de vencer «el desánimo y la desconfianza» generadas por la pandemia y remontar de la crisis económica, en un discurso navideño en el que dejó a un lado el asunto del rey Juan Carlos.

En medio de la expectación generada por su mensaje televisado por lo que pudiera decir de su padre, el rey centró el grueso de la alocución desde el Palacio de la Zarzuela en insuflar esperanza a la ciudadanía para afrontar la recuperación con «esfuerzo, unión y solidaridad, con todos y para todos».

«Ni el virus, ni la crisis económica nos van a doblegar», ha proclamado el monarca, quien ha añadido: «No somos un pueblo que se rinda o que se resigne en los malos tiempos».

A pesar de admitir que la situación es «grave», que las circunstancias son «verdaderamente excepcionales» y que «no va a ser nada fácil» la reconstrucción, se ha mostrado «convencido» de que España saldrá adelante porque ya fue capaz de superar situaciones similares en las últimas décadas.

El año que ahora acaba ha sido «muy duro y difícil», según Felipe VI, por lo que ha estimado comprensible que «el desánimo o la desconfianza» estén muy presentes en muchos hogares, en especial, donde hay «un vacío imposible» por los fallecidos por el covid-19, unos 50.000, según el Ministerio de Sanidad. Sin embargo, recoge Efe, ha sostenido que la salida «no puede venir de la mano de más desánimo o de más desconfianza». «Tenemos que afrontar el futuro con determinación y seguridad en nosotros mismos, en lo que somos capaces de hacer unidos, con ánimo y esperanza, con confianza en nuestro país y en nuestro modelo de convivencia. Tenemos motivos para ello», ha destacado don Felipe.

Frente a los retos «enormes, pero no insalvables», que enfrenta el país, ha marcado como meta emprender «un gran esfuerzo nacional y colectivo» que «a todos debe unir», apoyado en que España cuenta con «una sociedad fuerte y un Estado sólido».

La llegada de la vacuna representa una «gran esperanza», pero el jefe del Estado ha demandado a los ciudadanos mantenerse «prevenidos y no bajar la guardia» al ser «imprescindible» la responsabilidad individual.

Para que la crisis económica no derive en otra social, el rey ha defendido poner en el centro a las personas y las familias, en particular, a los jóvenes, puesto que «España no puede permitirse una generación perdida». Ha emplazado también a respaldar a las empresas, a los autónomos y a los comerciantes, los sectores más castigados, para consolidar las bases que definan un horizonte de «estabilidad y confianza económica».

A la situación de su padre, el rey emérito Juan Carlos I, se ha referido solo de forma indirecta, al hacer referencia a los principios morales y éticos de la corona. El monarca ha remarcado que «los principios morales y éticos» que la ciudadanía exige en la conducta de sus representantes públicos «obligan a todos sin excepciones» y están «por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares».

«Así lo he entendido siempre, en teoría con mis convicciones, con la forma de entender mis responsabilidades como jefe del Estado y con el espíritu renovador que inspira mi reinado desde el primer día», ha completado don Felipe para diferenciar su etapa de la de su padre.

El rey ha querido despedirise reivindicándose como un rey para todos. «Vamos a salir adelante, con esfuerzo. Con todos y para todos. Y como rey, estaré con todos y para todos. Porque es mi convicción y mi deber. No será dificil que el 2021 mejore a este año». 

Juan Carlos I pasa la Navidad en Abu Dabi

Felipe VI no había hecho referencia al asunto de su padre en ninguna de sus intervenciones desde que informó, a través de un comunicado, el pasado 15 de marzo que renunciaba a su herencia y le retiraba la asignación del Estado -cerca de 200.000 euros-.

Aquel paso lo dio después de conocer que don Juan Carlos le había puesto como beneficiario de las fundaciones con las que supuestamente manejó dinero en el extranjero a espaldas de Hacienda. Ante el goteo de informaciones que se sucedieron en las semanas posteriores, el siguiente paso fue la salida de España del rey emérito el 3 de agosto rumbo a Abu Dabi, donde se encuentra desde entonces tras renunciar a regresar a España en Navidad.

A pesar de que, según había trascendido, el deseo del monarca emérito es volver a España, la semana pasada trasladó a sus allegados un mensaje asegurando que no lo haría en Navidad, porque prefería la estabilidad del lugar y para no asumir riesgos hasta que la situación sanitaria mejore.

Juan Carlos I se encuentra en los Emiratos Árabes desde principios de agosto. Tomó la decisión de marcharse empujado por la presión mediática después de saberse que la Fiscalía del Supremo le investigaba por recibir presuntas comisiones del AVE a La Meca.

A día de hoy, a esa investigación, el ministerio público del Alto Tribunal suma otras dos. La primera, sobre el uso de tarjetas opacas y por la que Juan Carlos I ingresó a principios de diciembre más de 678.000 euros en un intento de regularizar la situación. La Fiscalía examina la «espontaneidad, veracidad y completitud» de esa regularización para ver si pone fin a esa causa. La tercera, incoada tras un informe del Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (Sepblac) y que aún está en estado embrionario, estudia la aparición de una cuenta a su nombre en un paraíso fiscal.