Sánchez pide «calma» a Iglesias en una reunión para encauzar el relevo de Illa

Miguel Ángel Alfonso MADRID / COLPISA

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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, durante la moción de censura de Vox
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, durante la moción de censura de Vox E. Parra

Yolanda Díaz se suma a las peticiones de que el ministro deje ya Sanidad

06 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, nunca ha escondido que le parece inoportuno centrar el foco político sobre la monarquía en un momento en el que el país atraviesa una crisis sanitaria y otra económica derivadas de la pandemia. El pasado 28 de diciembre rechazó frontalmente la propuesta de Unidas Podemos de presentar una ley de la Corona en el Congreso, y así se lo trasladó a su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, en el encuentro que ambos mantuvieron en Moncloa el lunes pasado, donde también le pidió calma, según explican fuentes cercanas a la cita. Ambos mantienen semanalmente reuniones informales y en esta última, la primera del año, aprovecharon para encauzar políticamente el 2021 y mantener engrasada la coalición tras las divergencias sufridas en las últimas semanas.

Iglesias y Sánchez mantienen una relación «fluida y cordial» y han ido sustituyendo la anquilosada comisión para el seguimiento del pacto de coalición —la herramienta con la que ambas formaciones se dotaron paran limar asperezas— por estos encuentros rutinarios entre el presidente y el vicepresidente segundo. Los dos tienen claro que las discrepancias «forman parte del funcionamiento normal de una coalición» y comparten el objetivo de llevar a buen puerto su pacto, al menos, hasta que finalice la presente legislatura.

Pero las informaciones que señalan los posibles casos de corrupción del emérito desde hace año y medio y su marcha a Abu Dabi en agosto acabaron por dinamitar la intención de «tragar sapos» con la que los de Iglesias pisaron su primer Consejo de Ministros. En la cuestión de la Corona, Unidas Podemos actúa como partido de oposición que busca abrir el debate sobre el modelo de la jefatura de Estado, mientras que el PSOE, al contrario, apuesta por reforzar la imagen de Felipe VI y distanciarla de los escándalos de su padre. Para Sánchez la cuestión de los cambios en la institución está ligada a que el rey dé el primer paso, como ya sucedió tras su coronación en el 2014, cuando introdujo reformas encauzadas a aumentar la transparencia en Zarzuela.

La candidatura de Illa

En la reunión también tuvo protagonismo la súbita irrupción del ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la campaña de las elecciones catalanas como candidato del PSC. Un movimiento que ha brindado una oportunidad a Pedro Sánchez para emprender una reestructuración en el Consejo de Ministros.

El actual titular de Sanidad ya ha confirmado que cederá su cartera «cuando empiece la campaña electoral», es decir, el 29 de enero. La fecha no es definitiva y sirve a Illa para cubrir sus espaldas, ya que la celebración de los comicios, fijados para el 14 de febrero, aún dependen de la decisión que se determine el día 15 de este mes. La situación actual de la pandemia pone en riesgo su celebración ya que la llegada de la tercera ola, después de que se notificaran este martes 23.700 nuevos contagios, complica toda la logística (miembros de mesa, apoderados, colas en los colegios...). Y aún es pronto para que se hagan visibles los verdaderos estragos causados por las reuniones sociales estas Navidades. Pero si las elecciones, y la dimisión de Illa, siguen adelante, la Moncloa ya tiene previstos cambios en el Gobierno que hasta ahora solo conoce un grupo reducido de personas cercanas a Sánchez. Unidas Podemos confía en que mantendrá su cuota de poder después de la reestructuración, algo que el propio Sánchez trasladó a Iglesias el lunes pasado. En la formación morada están convencidos de que cuando arranque la campaña catalana seguirán teniendo cinco asientos en el Consejo de Ministros y consideran que la marcha del ministro de Sanidad «es un asunto de los socialistas».

Precisamente, la desconexión entre las dos alas de la coalición sobre este asunto es tal que este martes la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se sumó a las voces que piden la salida de Illa de Sanidad al considerar que no es compatible con su cargo de candidato a la Generalitat. «La pandemia requiere de toda la concentración, el ánimo, la inteligencia y la entrega. Lo que me gustaría es que se tomase una decisión con prontitud», señaló en una entrevista en la web Huffington Post. Ya solo los socialistas respaldan que el ministro permanezca en su puesto.

Quinielas para la crisis de gobierno

Mientras llega el cambio en el ministerio encargado de gestionar la pandemia, hay quinielas de nombres. Si Sánchez opta por una remodelación blanda, es decir, si solo se produce un cambio de cromos, la mejor situada para cubrir la baja de Illa es la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, que ha estado presente en todas las comisiones interterritoriales del ramo y también en las reuniones para solucionar la crisis surgida entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno.

Su puesto lo podría ocupar el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, la cuota socialista catalana que deja libre el actual titular de Sanidad. Pero el propio Iceta reconoció este martes desconocer la intención de la Moncloa y señaló que le parece «prematuro» especular con esta cuestión. Habla por experiencia. En el 2019, Sánchez intentó que fuera elegido presidente del Senado, pero el veto de ERC a que ocupara el cargo de senador autonómico cortó esas aspiraciones.

Si, en cambio, el presidente opta por abrir la primera crisis de Gobierno total de la coalición, el resultado sería más incierto. Sánchez podría tener la oportunidad de adecuar la estructura de su gabinete al plan de recuperación económica basado en los fondos europeos pactados hasta el 2023. Una estrategia centrada en políticas palanca y que lleva aparejada una serie de reformas estructurales comprometidas con la Unión Europea. Pero esta vía seguramente afectaría también a los ministerios de Podemos.

El PSOE y Podemos mantienen el pulso en el gabinete sobre medidas sociales y económicas

El 2020 se cerró con el acuerdo entre ambos socios de gobierno para aprobar el decreto antidesahucios para evitar lanzamientos hasta el final del estado de alarma y la recuperación de la prohibición de cortes de suministros básicos, una vez superadas las tensiones generadas al respecto en el seno de la coalición.

No obstante, existen importantes discrepancias entre el PSOE y Unidas Podemos sobre cuestiones cruciales en materia económica y social, según recoge Europa Press.

Salario mínimo

Disputa sobre el incremento. Uno de los puntos que ha generado últimamente mayores fricciones es la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), que se mantiene congelado en el inicio del nuevo año. Así, algunos ministros socialistas vinculan un eventual incremento del SMI al acuerdo con los agentes sociales, mientras que la formación morada demanda que se suba, como mínimo, en la misma proporción que las pensiones o la mejora de la retribución de los funcionarios.

pensiones

Desacuerdo sobre el período de cálculo. La propuesta del Ministerio de Seguridad Social de aumentar de 25 a 35 años el período de cálculo para computar las pensiones ha motivado también discrepancias, dado que Unidas Podemos se opone a este planteamiento.

reforma laboral

Iglesias insiste en su derogación. Durante su intervención telemática en el Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, Iglesias defendió que iban a ser «muy cabezones» para que se cumplan acuerdos del programa de gobierno como la derogación de la reforma laboral del PP.

jefatura del estado

Debate sobre la monarquía. Desde Podemos han reabierto el debate sobre la regulación de la monarquía y han demandado la creación de una comisión de investigación sobre el rey emérito, que rechaza el PSOE.

oTRAS LEYES

Impulso social. También hay fricciones entre los socios, en este caso técnicas, por la propuesta de UP de la ampliación de derechos de las personas trans, la aprobación de la Ley de Libertades Sexuales o la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana.