El Coliseo de Roma recuperará su arena

Darío Menor ROMA

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GONZALO BARRAL

Italia comenzará este año las obras para que el suelo del anfiteatro vuelva a lucir madera, como cuando se construyó hace dos milenios

11 ene 2021 . Actualizado a las 08:39 h.

Antes de finales de este año comenzarán las obras para que el Coliseo de Roma vuelva a lucir una arena como la que tenía cuando se construyó, hace dos milenios, para albergar las luchas de gladiadores y otros espectáculos que allí se celebraban. La propuesta de que el emblemático monumento recupere su suelo de madera, desaparecido a finales del siglo XIX, lleva debatiéndose al menos desde el 2014, pero no fue hasta el pasado diciembre cuando el ministro de Cultura, Dario Franceschini, anunció el concurso para la licitación de las obras, que cuentan con un presupuesto inicial de 18,5 millones. «Se tratará de una estructura de alta tecnología, pero reversible y no invasiva: una gran intervención tecnológica, que ofrecerá al visitante la oportunidad no solo de ver, como hoy, el subsuelo, sino de contemplar la belleza del Coliseo», explicó el ministro.

La idea de Franceschini, que sigue una propuesta del arqueólogo Daniele Manacorda, es que el anfiteatro Flavio (verdadero nombre del Coliseo) ofrezca una imagen más cercana a la que tenía cuando se inauguró en el 80 después de Cristo tras solo ocho años de trabajos, iniciados por orden del emperador Vespasiano.

La joya del edificio era su suelo, una plataforma de madera cubierta de arena que medía 76 metros por 44 y que contó con hasta 60 montacargas para que entraran a escena de forma simultánea decenas de bestias feroces. «Permitirá que el público comprenda plenamente el uso y la función de este icono del mundo antiguo», añadió el ministro de Cultura.

Sistema de protección

La convocatoria para la licitación de las obras prevé que la nueva arena pueda abrirse y cerrarse varias veces al día para que sea así posible tanto proteger como contemplar el interior del anfiteatro.

Alfonsina Russo, directora del parque arqueológico del Coliseo, consideró que se establecerá así un «diálogo» entre la arena y los mecanismos existentes bajo el suelo, que resultaban imprescindibles para los espectáculos romanos.

El subsuelo del edificio estaba organizado en quince pasillos, de los que ocho se abrían de manera paralela a una gran galería central, donde se guardaban las armas y herramientas necesarias para las luchas, así como las jaulas de los animales.

En la época del emperador Domiciano, cuando eran 28 los montacargas, hacían falta 224 personas para accionarlos.

La reconstrucción tratará de recuperar el aspecto en aquel momento. Dotar de un nuevo suelo de madera al Coliseo, que, aunque ahora está cerrado por la pandemia como todos los museos y áreas arqueológicas italianos, recibe a unos cinco millones de turistas al año, permitiría que acoja habitualmente eventos y conciertos, algo que ahora solo ocurre en ocasiones muy puntuales. Tiene una capacidad para 50.000 espectadores y ha sido ya utilizado en varias ocasiones para eventos y conciertos en la capital italiana.

Críticas de historiadores

La reconstrucción de la arena ha sido criticada por algunos historiadores del arte que se preguntan por los límites en las rehabilitaciones. «¿Por qué solo la arena?, ¿Por qué no volver a colocar las estatuas, por qué no pintarlo como era antes?, ¿Dónde hay que parar?», cuestionan.