Un político de espíritu minero para unir a un partido dividido

Pablo L. Barbero BERLÍN / E. LA VOZ

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El sucesor de Merkel al frente de la CDU es padre de tres hijos, católico y abogado

16 ene 2021 . Actualizado a las 21:48 h.

Abogado de 59 años, de origen minero y de expresión afable y tono conciliador. Así es el nuevo líder del principal partido conservador de Alemania, la CDU de Angela Merkel. Armin Laschet (Aquisgrán, 1961) representa como pocos el origen humilde de muchos de los habitantes de Renania?del?Norte-Westfalia, donde nació y donde ha hecho gran parte de su carrera política. 

 Hijo de un minero de Aquisgrán, creció en una familia de fuertes raíces católicas. Con 18 años ingresó en la CDU y  en 1994 entró en el Parlamento federal. Aunque no fue un buen estudiante, terminó la carrera de Derecho y se estableció como abogado. También ejerció el periodismo. En 1999 se convirtió en eurodiputado y a partir del  2005 volvió al ámbito regional como ministro regional de Familia. Desde el 2017 es presidente de esta región, de 18 millones de habitantes, al frente de una coalición de gobierno con el Partido Liberal (FDP) como socio.?

 La victoria que le sitúa al frente de la CDU le otorga un necesario impulso político, pues este no ha sido su mejor año al frente de la región más poblada de Alemania. Su falta de determinación en la primera ola de la pandemia le valió múltiples críticas. Laschet rechazó al principio un confinamiento duro para no dañar la economía local, aunque luego cambió de parecer tras detectarse un gran foco de contagios en un matadero. También tuvo que disculparse después de decir que los trabajadores del Este de Europa fueron los que trajeron el virus a la región.  

 Algo que desentona con su ánimo integrador en cuanto a la inmigración. En el 2015, fue de los pocos líderes de la CDU que brindaron su apoyo total a la canciller Angela Merkel cuando esta decidió abrir las fronteras a cientos de miles de refugiados provenientes de Afganistán, Irak y Siria. Sus convicciones cristianas al respecto son conocidas. «La diversidad étnica no es una amenaza sino un reto y una oportunidad», declaró entonces.  

Laschet comulga con la forma y el fondo de la política de Angela Merkel, pues además de ser un defensor de las políticas de acogida e integración, también es un europeísta convencido. Su cualidad de conciliador es muy valorada por muchos, pero a menudo muestra una imagen de de político «indeciso», que actúa a veces «sin reflexionar», destaca sobre él el diario Süddeutsche Zeitung 

 Su fuerte arraigo a la región de Renania del Norte resulta simpática entre la población local pero podría restarle popularidad en el resto del país. Según un sondeo de la televisión alemana ZDF, solo el 28 por ciento de los encuestados ven en Laschet talla de canciller federal. Tiene mucho trabajo en los próximos meses para ponerse a la altura que requiere ser candidato de la principal fuerza política del país.  

 Y deberá empezar por unificar una formación profundamente dividida entre el ala derechista y la centrista. Los partidarios de su rival Friedrich Merz deberán encontrar incentivos bajo el paraguas de Laschet para no migrar hacia posiciones más nacionalistas. Por otro lado, la presidencia de Laschet garantiza entendimiento con el partido de los Verdes, una formación en pleno auge que representa la opción más realista de cara a una posible coalición que resulte tras las elecciones del próximo 26 de septiembre. Los socialdemócratas, inmersos en una profunda crisis existencial, ya han asegurado que no están dispuestos a reeditar la gran coalición que actualmente gobierna Alemania.