Madrid mira al cielo para que la lluvia limpie el hielo, la nieve y la polución

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

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El alcalde confía en poder retirar la basura antes del pluvioso miércoles

18 ene 2021 . Actualizado a las 09:52 h.

Diez días después de la gran nevada que hizo colapsar Madrid, bloqueando incluso el principal aeropuerto del país, seis de cada diez calles de la capital española continúan anegadas por la nieve y el hielo. De manera especialmente afectada están las vías más estrechas, por las que no puede acceder la maquinaria, y las más sombrías, por las que el tenue sol del mediodía no logra penetrar.

Las bajas temperaturas no contribuyen a que se derrita la nieve y el hielo, que prosiguen su cambio de color, del blanco impoluto de la pasada semana hacia un tono entre el marrón y el negro, fruto de la suciedad que se va adhiriendo en los compactos bloques helados. Las autoridades aguardan que la vía pública se despeje de forma definitiva el miércoles, cuando la lluvia suavizará el termómetro y ayudará a limpiar de una vez las calles. Para entonces, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, confía en que los servicios de recogida de basura puedan acabar de retirar las montañas de restos que permanecen amontonados en la calle. Cibeles estima que desde que el pasado 8 de enero, cuando se suspendió el servicio por el temporal, hasta su reanudación el día 12, se acumularon 9.000 toneladas de residuos.

En principio, las clases en la Comunidad de Madrid también se retomarán este miércoles, una vez concluyan las labores de acondicionamiento de las aulas. Lo que continúa sin una fecha prevista para su reapertura son los dos principales parques de Madrid. Según comentó ayer el regidor, Retiro y Casa de Campo permanecerán cerrados de forma indefinida debido al peligro de caídas de ramas y árboles dañados por la acumulación de peso.

Almeida garantizó que desde Cibeles se está haciendo «todo lo posible» por restablecer la normalidad cuanto antes, y aprovechó para ensalzar «la paciencia» de los vecinos durante todos estos días. El dirigente popular pidió reducir los movimientos en vehículos particulares a la mínima expresión para facilitar las labores de limpieza. Para ello, desde este lunes hasta el miércoles incluido el servicio de autobuses de la capital será gratuito.

Por otra parte, este domingo se activó el escenario uno del protocolo de actuación para episodios de contaminación por elevados niveles de contaminación, rebajando el nivel de velocidad máxima en la M-30 a los 70 km/h. Las restricciones continuarán activas el martes. Los madrileños nunca desearon con tantas ganas que llueva sobre la capital, ya que además de limpiar las placas de nieve, hielo y suciedad, también contribuirán a limpiar la polución de la atmósfera.

«Filtraciones» desde Moncloa

Almeida volvió a solicitar ayer al Gobierno central la declaración de Madrid como zona catastrófica a consecuencia de los daños causados por Filomena, que en un primer balance estimó solo para la capital en 1.400 millones de euros. Almeida criticó la actitud de Moncloa, acusando al Ejecutivo de haber realizado «filtraciones» interesadas a la prensa en algún apartado de la solicitud presentada con ánimo de proyectar la sensación de que se reclamaban asuntos descabellados: «Hubiera sido mejor que se sentaran con nosotros y lo hablaran», lamentó. Según el regidor, la aprobación de un paquete de ayudas «es urgente, los madrileños no pueden esperar más», dijo, e invitó al Ejecutivo de Sánchez a proceder de la misma forma que lo hizo con el paso del temporal Dana, cuando el Gobierno declaró la Comunidad Valenciana y Baleares como zonas catastróficas «cinco días después de que dejara de llover».

Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, volvió a reiterar su intención de solicitar al Ejecutivo central la declaración de los municipios más afectados por el temporal como zona catastrófica.

Por otro lado, Moncloa informó este domingo que el servicio de la red ferroviaria se encuentra restablecido, aunque advirtió de la posibilidad de retrasos por las condiciones adversas en algunos territorios. En el tráfico aéreo, unas 1.500 personas continúan trabajando en Barajas para que el aeropuerto pueda operar con plena normalidad. La recuperación es gradual, dicen en una nota, debido a las «temperaturas históricamente bajas que se registran por las noches».