Los culpables de quebrar Pescanova emprenden una batería de alegaciones

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

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Manuel Fernández de Sousa, en una imagen del 2013
Manuel Fernández de Sousa, en una imagen del 2013 JUAN LAZARO

Los recursos anunciados ya al juez deben formalizarse antes del 8 de febrero

31 ene 2021 . Actualizado a las 09:43 h.

La Justicia tiene sus tiempos, que no son precisamente cortos. El pasado 6 de octubre la Audiencia Nacional dictó sentencia para los responsables de la quiebra de Pescanova, siete años después de su hundimiento. Ahora, el próximo 8 de febrero, cuatro meses después de hacerse públicas las condenas a la veintena de acusados que se sentaron en el banquillo, finaliza el plazo para que los culpables en distinto grado recurran el fallo judicial. La práctica totalidad lo van a hacer, según consta en la relación de alegaciones comunicadas ya en el tribunal, aunque esperarán a agotar el plazo legal máximo, que es lo habitual en estos casos, según explican representantes legales consultados. El paso siguiente a la presentación del recurso será que el juez lo admita a trámite, y eso también llevará su tiempo, ya que, según estas mismas fuentes, las alegaciones son documentos muy extensos, de amplia argumentación, a lo que se suma la complejidad de una sentencia con múltiples culpables y responsabilidades penales y civiles, añaden.

Entre los recursos anunciados está el de Manuel Fernández de Sousa, expresidente del grupo pesquero y principal responsable de la quiebra, según la sentencia, que lo condenó a 8 años de prisión. Cabe recordar que la Fiscalía Anticorrupción pedía para Fernández de Sousa una pena de hasta 28 años de cárcel por la comisión de ocho delitos, entre ellos el de estafa y los de falseamiento continuado de cuentas anuales y de información económica y financiera, además de insolvencia punible y alzamiento de bienes. Una petición que la defensa de De Sousa logró rebajar, a pesar de que la del gigante pesquero supuso la mayor quiebra no inmobiliaria de la historia de España, ya que las cuentas de la cotizada (sujeta al control de la CNMV) pasaron de recoger 36 millones de beneficios y registrar poco más de 1.000 millones de pasivo en el 2012, a aflorar unas pérdidas de casi 800 y 3.600 millones de deuda en el ejercicio siguiente, cuando se destapó el fraude. A día de hoy, Nueva Pescanova, la empresa resultante tras la quiebra, refundada por la banca acreedora, sigue arrastrando un lastre de más de 600 millones de euros de deuda concursal, la mayor parte de la cual será saneada por Abanca (máximo acreedor), según anunció esta semana, capitalizando 540 millones de euros. Esto demuestra cómo la gestión juzgada y condenada sigue coleando con consecuencias para la viabilidad del grupo pesquero siete años después.

Otro de los recursos anunciados es el de BDO Auditores, condenada como autora responsable de un delito de falseamiento de información económica y financiera, y con Santiago Sañé como autor responsable de un concurso medial de los delitos de falseamiento de cuentas anuales y falseamiento de información económica y financiera, sentenciado a una pena de 3 años y 6 meses de prisión. Entre otras alegaciones presentadas consta ya la formulada por los abogados de Alfonso Paz Andrade, a pesar de que la Audiencia Nacional le redujo pena impuesta en un primer momento al que fue consejero de Pescanova hasta el año 2007. El poder judicial corrigió la sentencia que imponía un año de prisión y multa de 6 meses, y la reduce a 8 meses de prisión y multa de 4 meses y 50 euros por día, por el delito de falseamiento de cuentas anuales. En el auto Paz Andrade fue absuelto de los posibles delitos de falseamiento de información económica y financiera, estafa e insolvencia punible.

La vieja matriz, con Fernández de Sousa liderando el accionariado, aún colea en bolsa

La quebrada Pescanova, antigua matriz de lo que ahora es Nueva Pescanova, sigue existiendo, aunque resulta difícil saber a ciencia cierta de quién es. Los restos de la era Fernández de Sousa fluctúan sin control en el mercado bursátil desde hace cuatro años (volvió a cotizar en el 2017 tras la quiebra del 2013), víctimas de los especuladores y de la confusión de quienes todavía hoy creen estar comprando acciones del grupo pesquero rescatado por los bancos, es decir, de Nueva Pescanova, que no cotiza en bolsa. El peso de Pescanova SA en el capital de la nueva corporación es de apenas un 1,6 %; y, a falta de más datos por parte de la CNMV, y aunque tiene las acciones embargadas por orden judicial, a día de hoy Manuel Fernández de Sousa, el expresidente de Pescanova y principal investigado por la quiebra del grupo, es el primer accionista de esta sociedad de cartera, con su 7,515 %. ¿Cuánto vale hoy la vieja matriz? La realidad es que más bien poco. La sociedad, que en marzo del 2013, cuando entró en concurso de acreedores, se quedó congelada en Bolsa con un valor de 170 millones de euros, al precio de 5 euros por acción, ronda a día de hoy los 16 millones de euros, con uno depreciación de los títulos hasta los 0,5 euros (al cierre de la última sesión). La firma, que fue uno de los socios que impugnó la ampliación de capital de Nueva Pescanova, presentaba al cierre del primer semestre del 2020 un patrimonio neto de 1,771 millones de euros. En ese período iba perdiendo 44.000 euros.