Italia empieza a relajar sus restricciones

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Clientes desayunando en el interior de un bar en Milán
Clientes desayunando en el interior de un bar en Milán Matteo Corner | efe

No queda ninguna región en el nivel rojo: cinco permanecen en el naranja, el segundo más estricto, y el resto en amarillo, donde aún hay toque de queda y los bares deben cerrar a las seis de la tarde

01 feb 2021 . Actualizado a las 18:41 h.

La mayor parte de los italianos ha podido tomarse este lunes, sentados y sin prisas, un capuchino en un bar y almorzar tranquilamente en un restaurante al haberse aligerado las restricciones de movilidad por la mejoría de los datos epidemiológicos, aunque las aglomeraciones del fin de semana han llevado a las autoridades a pedir que no se baje la guardia, o se perderá «el control de la pandemia».

A tenor, entre otros, de los parámetros de incidencia de la infección y el estado de los hospitales, todas las regiones se encuentran en zona amarilla, la de menores limitaciones, excepto Apulia, Cerdeña, Sicilia, Umbría y la provincia Autónoma de Bolzano, que permanecerán como zonas naranjas, el segundo nivel de los tres de riesgo establecidos por el Gobierno italiano. Y no queda ya ninguna región en zona roja, el máximo nivel de riesgo y donde se mantenían las restricciones más estrictas en cierres y movilidad.

Toque de queda, pero museos abiertos

Son pocos los cambios en la vida social de los italianos en la zona amarilla, pues aún no podrán desplazarse a otra región y queda vigente el toque de queda desde las 22:00 a las 5:00 horas, mientras los bares y restaurantes seguirán cerrando a las 18.00 horas. Sin embargo, aunque con aforo reducido, se abren los museos y exposiciones de lunes a viernes, excepto festivos. Un respiro en la cultura para un país donde cines, teatros y museos permanecen cerrados desde octubre. Aunque sea de forma simbólica, pues no se espera una gran afluencia, abren algunos lugares arqueológicos de Roma como el Coliseo y también los Museos Vaticanos.

Las multitudes congregadas este fin de semana en las zonas de ocio y comerciales han llevado a las autoridades a advertir de que las «zonas amarillas» no significa que se pueda «hacer lo que uno quiera». «Si volvemos a fingir que no ha pasado nada y presenciamos las escenas de aglomeraciones que hemos visto, perderemos nuevamente el control de la epidemia», dijo el comisionado nombrado por el Gobierno para la emergencia, Domenico Arcuri, quien subrayó que el «el virus sigue circulando».

Esta advertencia también llegó desde el Ministerio de Sanidad. Su titular, Roberto Speranza, fue quien recordó que la zona amarilla no significa que no haya peligro. «Necesitamos aún mantener la máxima cautela si no queremos retroceder respecto a los avances realizados en las últimas semanas».

El descenso por debajo del 1 % del índice de contagio RT es el principal indicador que ha permitido esta apertura. El domingo se registró la cifra de fallecidos más baja en los últimos tres meses (237), aunque Italia se mantiene desde hace varias semanas en los 12.000 y 15.000 contagios diarios. Tampoco han aumentado por el momento y en los últimos días las cifras de los pacientes ingresados (22.311) ni los de cuidados intensivos (2.215), pero tampoco descienden considerablemente, de ahí el temor de las autoridades.

A esto se suma que, según un informe de los servicios secretos italianos remitido al Gobierno, las infecciones por coronavirus en Italia son en torno a un 50 % más que las detectadas y comunicadas diariamente. Asimismo, hasta hace algunas semanas solo se contaban en los boletines diarios los test moleculares, pero luego el Ministerio de Sanidad incluyó también las demás pruebas rápidas, por lo que el índice de contagio descendió considerablemente, pero solamente debido a los nuevos cálculos.

A esto hay que sumarle que la campaña de vacunación no termina de progresar en el país debido a los retrasos y a los problemas de organización. A día de hoy, han recibido la primera dosis casi dos millones de personas (1.962.967) y la segunda, que garantiza la protección total, 621.579, muy lejos de lo que se esperaba y sin que aún se haya comenzado con la vacunación masiva de los mayores de 80 años.