Conte allana el camino para que Draghi forme Gobierno en Italia

darío menor ROMA / COLPISA, EFE

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REMO CASILLI | Reuters

Se compromete a no obstaculizar a su sucesor y facilita el apoyo del M5E

05 feb 2021 . Actualizado a las 08:58 h.

Mario Draghi empezó ayer con buen pie su ronda de consultas con los partidos políticos de cara a la formación de Gobierno en Italia, como le encargó el miércoles el jefe del Estado, Sergio Mattarella. El expresidente del Banco Central Europeo (BCE) parece que no tendrá problemas para lograr el apoyo parlamentario, pues incluso el Movimiento 5 Estrellas (M5E), mayoritario en ambas Cámaras y que en principio era reticente a sostenerle, empieza a cambiar de postura.

Ese giro político se debe en buena parte a la toma de posición que hicieron tanto el primer ministro saliente, Giuseppe Conte, como Luigi di Maio, uno de los pesos pesados del M5E y titular en funciones de la cartera de Exteriores. «Alguno me describe como un obstáculo a la formación de un nuevo Gobierno. Evidentemente no me conoce o habla con mala fe. Los saboteadores hay que buscarlos en otros sitios. Yo siempre he trabajado y seguiré haciéndolo por el bien del país», comentó Conte. 

CINCO ESTRELLAS (M5E)

Cambio de postura. El principal partido del país estaba enrocado en su apoyo a Conte y a un Gobierno «político» y no «técnico», pero ayer Di Maio pidió «madurez» a sus correligionarios y abrió la puerta a un eventual apoyo: «A mi parecer, el M5E tiene el deber de participar en las consultas, escuchar y tomar una decisión». La formación antisistema, víctima frecuente del transfuguismo, trata de mantenerse firme en esta postura aunque el debate interno es intenso.

LA LIGA

A las urnas. El partido ultraderechista de Matteo Salvini ha exigido la convocatoria de elecciones cuanto antes, consciente del ascenso que vaticinan todas las encuestas. Pero se muestra cauto y espera a reunirse con Draghi para determinar la postura definitiva de su grupo parlamentario. En las últimas horas viene avanzando que podría apoyar al primer ministro encargado solo si fija una fecha de elecciones anticipadas y renuncia a concluir la legislatura en su período natural, en el 2023.

«Draghi es un fuera de serie como Cristiano Ronaldo. Alguien como él no puede estar en el banquillo», dijo, por su parte, Giancarlo Giorgetti, número dos de esta formación derechista.

PARTIDO DEMÓCRATA (PD)

Apoyo claro. El principal partido de centroizquierda del país ha aceptado enseguida a Draghi como sucesor de Conte, aunque se ha esforzado también por mantener la alianza con el M5E tras ver caer la coalición de Gobierno que les ha unido desde septiembre del 2019. El PD ha intentado convencer a sus antiguos socios para que apoyen a Draghi.

FORZA ITALIA (FI)

Sí de Berlusconi. El partido de Silvio Berlusconi ha confirmado su apoyo al expresidente del BCE, tal y como venía dejando ver. Ahora se propone convencer a sus aliados ultraderechistas, que piden elecciones.

HERMANOS DE ITALIA

Elecciones a toda costa. La formación ultra de Giorgia Meloni, la que más crece en todas las encuestas electorales, exige la celebración de elecciones a toda costa. Su líder no descarta una abstención para permitir la investidura y, al mismo tiempo, mantener unida la coalición con Salvini y Berlusconi, con posturas ligeramente diversas.

LIBRES E IGUALES

Recelosos. La tercera pata del Gobierno dimisionario de Conte, y la más izquierdista, ve con recelo la designación del banquero. En cualquier caso cree que lo mejor es decidir un eventual respaldo junto a sus aliados del Cinco Estrellas y los demócratas.

ITALIA VIVA (IV)

Sí sin ambages. La formación de Matteo Renzi, quien provocó la crisis del Gobierno de Conte al retirarle su apoyo clave, respalda sin ambages a Draghi como solución a la crisis de Gobierno.

EL GRUPO MIXTO

Diversas posturas. Este heterogéneo conjunto de cincuenta diputados y veintidós senadores mantiene posturas contrastadas. A favor: los europeístas de Azione, los de Centro Democrático, los del partido de la comunidad italiana en el extranjero MAIE, los de las minorías lingüísticas y los centristas Noi con l’Italia.

El «hasta pronto» a ras de suelo de Giuseppe Conte

El ex primer ministro italiano compareció en plena calle y negó que vaya a ser un obstáculo para la formación de un nuevo gobierno

gonzalo sánchez

Giuseppe Conte había acostumbrado a Italia a hablar desde las alturas del poder. Este jueves, en cambio, diez días después de dimitir como primer ministro, rompió su silencio en plena calle para despedirse del Gobierno, aunque dejando entrever que no dejará la política. El abogado al que el Movimiento Cinco Estrellas metió en política habló por fin, quizá atosigado por los rumores.

«Algunos me describen como un obstáculo para la formación de un nuevo Gobierno, evidentemente no me conocen o hablan con mala fe», sostuvo en una breve declaración sin preguntas.

El lugar desde el que escenificó su regreso no dejaba de tener su interés, por contrastar con sus apariciones institucionales y barrocas a lo largo de todos estos difíciles meses de pandemia.

En esta ocasión el protocolo pomposo de la política italiana quedó reducido a una sencilla mesa a las puertas del romano palacio Chigi, sede de la jefatura del Gobierno, siempre fuera de plano de las cámaras, al no ser el suyo un mensaje institucional.

El primer ministro habló desde este improvisado atril repleto de micrófonos, quizá más serio de lo habitual, pero con ese aire solemne, de dandi, que le ha hecho famoso.

Conte aprovechó para dejar entrever que su intención no es volver a las lecciones en la Universidad como se venía especulando, sino que pretende seguir en política, una plaza en la que ha aprendido a capear a la fuerza. Para ello se dirigió a los «amigos» del Cinco Estrellas, carentes de un liderazgo desde hace un año: «Os digo que estoy y estaré».

El «abogado del pueblo», como se autoproclamó hace dos años y medio en su debut, habló de «alianza» y futuro a sus leales socios de Gobierno, el Partido Demócrata y Libres e Iguales, de izquierdas. Y se permitió opinar sobre Draghi al abogar por la necesidad de formar un gobierno político y no tecnócrata.

El suyo en definitiva no es un «adiós», una palabra que de hecho no usó en ningún momento. Es más, se despidió hablando en primera persona del plural de la necesidad de «seguir» modernizando el país. Mientras lo hacía, el jurista podía ver ante sí a una legión de periodistas agolpados como si la distancia de seguridad contra el virus no fuera con ellos, y a espaldas de estos la céntrica Vía del Corso, donde la vida transcurría con normalidad y mascarilla.

A su mano derecha en cambio se alzaba la imponente columna dedicada a Marco Aurelio, el quinto y último de los conocidos como «Emperadores buenos» de Roma. Quién sabe, cualquiera podría pensar en un augurio para este primer ministro caído en batalla.

A pocos metros, en el Palacio de Montecitorio, Draghi empezaba las negociaciones para tomar las riendas.