Las disidencias en el apoyo a Draghi abren una brecha en el Movimiento 5 Estrellas

valentina saini VENECIA / E. LA VOZ

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Protesta en las calles de Roma contra el Gobierno de Mario Draghi
Protesta en las calles de Roma contra el Gobierno de Mario Draghi

La formación ha anunciado que expulsará a quienes negaron el voto al exbanquero

19 feb 2021 . Actualizado a las 09:00 h.

El Movimiento 5 Estrellas (M5E), el partido con más escaños en el Parlamento italiano, se agrieta. La decisión de la formación -en su día muy crítica con la UE- de apoyar al Gobierno del expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi no ha sido aceptada por todos. El miércoles, 15 senadores votaron no y 6 se ausentaron. Se vivieron tensiones también en la votación de este jueves, en la Cámara, donde hasta el último momento hubo dudas sobre la unidad de los diputados del M5E en su apoyo al Ejecutivo de Draghi. El jefe de la formación, Vito Crimi, anunció que los disidentes serán expulsados, aunque esto supondrá perder caras populares entre los votantes, como Nicola Morra y la exministra Barbara Lezzi.

Pero, según fuentes del movimiento, los 15 disidentes no son más que la punta del iceberg. «He hablado con varios compañeros en el Parlamento. Hay un gran descontento, algunos han votado al exbanquero Draghi solo porque así lo quiere Beppe [Grillo, fundador del M5E], y temen que la alternativa sean unas nuevas elecciones», explicó a La Voz un directivo del M5E en el norte de Italia bajo condición anonimato.

La decisión de apoyar a Draghi -fomentada por Grillo, por el ministro de Exteriores Luigi Di Maio y por Crimi, y aprobada por más del 59 % de los militantes a través del voto telemático- representa una nueva fase en la evolución de una fuerza política que en pocos años ha sufrido una profunda metamorfosis.

De anticasta a actor político relevante

De un partido que arremetía contra la «casta» de los políticos italianos, contra el euro y contra las alianzas con otros partidos, el M5E se ha convertido en un actor político, que no solo vota a favor de un Gobierno liderado por un expresidente del BCE, sino que acaba de crear un intergrupo parlamentario con el partido de centro-izquierda Partido Demócrata (PD) y con los progresistas de Libres e Iguales (LEU): confirmación definitiva de su ubicación en la izquierda, tras el efímero, aunque traumático para muchos, Gobierno con Matteo Salvini, el líder de la ultraderechista Liga.

«Apoyar a Draghi ha sido una decisión que ha dividido al M5E: está claro que hay una minoría importante de militantes y parlamentarios que no creen que sea la mejor solución», dice Andrea Ceron, profesor asociado de Ciencias Políticas de la Universidad de Milán. «La cuestión es que apoyar a un Gobierno con un primer ministro técnico es lo más alejado del M5E, que siempre ha sido partidario de la democracia directa».

Según Umberto Curi, profesor emérito de Historia de la Filosofía en la Universidad de Padua, «en el M5E existe un conflicto permanente entre dos identidades que han coexistido en su corta historia, pero que nunca se han enfrentado. Desde sus orígenes, la suerte del M5E ha sido determinada por la decadencia del sistema político italiano». Pero cuando el M5E pasó de ser una fuerza de oposición y denuncia pura y dura a tener responsabilidades de gobierno, era inevitable que surgieran contradicciones, apunta el académico.

El enfrentamiento entre pragmáticos y populistas en el M5E podría acabar en escisión. Italia podría entonces tener otro partido progresista, muy arraigado en el sur y entre los jóvenes, y sinceramente proeuropeo. Pero la ruptura podría generar un nuevo y pequeño partido populista que, junto a otras pequeñas fuerzas (como Italexit, del periodista Gianluigi Paragone), podría convertirse en un actor no tan marginal dentro de unos años. En todo caso, una división debilitaría al M5E, que sufre una importante pérdida de popularidad.