Los grandes propietarios ganan el pulso de la ley de la vivienda

laura ramos MADRID / EFE

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Inmobiliaria MARCOS MÍGUEZ

La sucesión de acontecimientos apunta a que Pablo Iglesias saldrá del Ejecutivo sin pinchar la burbuja del alquiler

22 mar 2021 . Actualizado a las 12:12 h.

La negociación de la ley de vivienda ha llegado a su punto más crítico y los grandes propietarios parecen haber doblado el brazo a Unidas Podemos, con la colaboración necesaria de un PSOE que ha ido modulando su discurso en uno de los asuntos que mayor tensión genera entre los socios de Gobierno. Un año después de que la regulación de los alquileres entrara a formar parte del programa de Gobierno de coalición, la sucesión de acontecimientos apunta a que Pablo Iglesias saldrá del Ejecutivo sin pinchar la burbuja.

En febrero del 2020, el ministro José Luis Ábalos, anunció en el Congreso que el Ejecutivo permitiría por ley a comunidades y ayuntamientos limitar los precios máximos del alquiler en las llamadas zonas tensionadas.Ese era el acuerdo al que el PSOE había llegado con su socio de Gobierno («poner techo a las subidas abusivas»), aunque por entonces no estaba claro si se haría a través de una modificación de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) o de la futura ley de vivienda. La irrupción en marzo del 2020 de la pandemia dejó el asunto en suspenso. En septiembre Unidas Podemos preparó una ofensiva que culminó con un nuevo compromiso por escrito del PSOE de incluir la regulación de los alquileres en la futura normativa, a cambio de que los de Iglesias apoyaran los Presupuestos para el 2021.

Ahora, el documento que los socialistas presentaron el paso miércoles a Unidas Podemos parte de la consideración de que en España la titularidad de vivienda en alquiler corresponde mayoritariamente a pequeños propietarios, en su mayoría particulares, para los que el arrendamiento no es una actividad económica principal.Por eso su propuesta se basa en desgravaciones del IRPF y solo menciona a los grandes tenedores para señalar que estos «deberán colaborar y prestar información para asegurar el uso efectivo de sus inmuebles». Los sindicatos de inquilinos, que impulsan el movimiento de vivienda del que se nutre Podemos, convocaron manifestaciones ayer en 15 ciudades españolas y culpan del desaguisado a Ábalos y a la vicepresidenta Calviño, que tacha de «ridícula» la acusación de haber cedido a las presiones de los grandes fondos. Desde que los socios de Gobierno empezaron a negociar, los de Iglesias plantearon la ley de vivienda como un pulso a las grandes inmobiliarias y fondos y, a pocas semanas de que este salga del Gobierno, ya se ve quién gana.