Las mafias italianas se reinventan en la pandemia infiltrándose en la economía legal

Valentina Saini ROMA / E. LA VOZ

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Detención del capo siciliano Domenico Raccuglia, en una imagen de archivo
Detención del capo siciliano Domenico Raccuglia, en una imagen de archivo MARCELLO PATERNOSTRO | AFP

Camorra, Cosa Nostra y 'Ndrangheta ponen los ojos en los fondos de la UE

21 mar 2021 . Actualizado a las 10:16 h.

En Italia se suele decir que si el crimen organizado fuera un negocio legal, sería la multinacional más importante del país. Es imposible conocer el volumen de negocio de las tres principales mafias italianas: Cosa Nostra en Sicilia, Camorra en Nápoles y la ‘Ndrangheta, originaria de Calabria. Los clanes de la ‘Ndrangheta facturaron 53.000 millones de euros en el 2013, casi el PIB de Galicia ese mismo año.

Debido a la pandemia del covid-19, el poder económico de las mafias ha crecido aún más. Así lo explica el último informe semestral de la Dirección de Investigación Antimafia (DIA), la agencia italiana especializada en la investigación del crimen organizado. El año del coronavirus representó un gran negocio para las mafias en Italia, que ahora tienen los ojos puestos en la lluvia de miles de millones del fondo de recuperación europeo.

«Una de las principales características de las mafias es su capacidad para entrar en la economía legal. Esta capacidad ha aumentado en el 2020 porque las empresas tienen más dificultades para acceder a los préstamos, y por tanto existe el riesgo de que los empresarios recurran al dinero de la usura. Y las que gestionan el dinero de la usura en los territorios tradicionalmente mafiosos, son precisamente las mafias», afirma Federico Varese, profesor de criminología de la Universidad de Oxford. «Y del préstamo de dinero en usura al control de la empresa, el salto es muy corto», añade.

Varese señala también que «Italia tiene una economía sumergida de entre el 15 y el 17 %, y quienes operan en ella no pueden acceder a las ayudas previstas para las empresas legales en crisis por la pandemia».

Por su parte, Vincenzo Musacchio, profesor de Derecho Penal y asociado del Rutgers Institute on Anti-Corruption Studies en Newark (EE.UU.) advierte de que el Banco de Italia «en su informe sobre el blanqueo de capitales hizo referencia de hasta 113.187 operaciones sospechosas durante el 2020». Además de la construcción y la hostelería, las mafias miran con avidez el mundo de la contratación del sector público, de las subvenciones a la sanidad pública y privada, así como el mercado farmacéutico, el de las vacunas y el de la asistencia sanitaria.

Según Musacchio, «la agilización de los procedimientos de adjudicación de contrataciones es uno de los factores que facilitará la infiltración de la mafia en la economía legal y, en particular, en el sector médico-sanitario y en las infraestructuras». Desgraciadamente, en este tipo de acciones delictivas, el crimen organizado puede contar con funcionarios y políticos cómplices. «Las mafias ahora saben cómo actuar para obtener las ayudas económicas europeas, y saben que su poder de corrupción es enorme. Por eso es muy difícil resistirse a ellas». 

«Trabajadores de cuello blanco»

Si en su día las mafias recurrieron a una violencia extrema, hoy prefieren los sobornos, gracias a los numerosos «trabajadores de cuello blanco» a su servicio, que saben bien qué engranajes engrasar. Musacchio apunta: «La corrupción es un nuevo instrumento de acción de las mafias, un arma silenciosa que suscita menos alarma en la sociedad y atrae menos la atención». Esta nueva mafia «invisible», que sustituye «la violencia por el acuerdo, la intimidación por el soborno» no es menos peligrosa que la del pasado. La diferencia es que su peligrosidad se percibe menos.

Giulio, un jubilado siciliano que recuerda bien los años en los que la mafia mataba sin piedad a periodistas, magistrados, políticos y empresarios en Sicilia, comenta: «La mafia es lista, si no dispara casi nadie se interesa por lo que hace».

Hoy en día, las mafias italianas son resistentes, tienen espíritu empresarial y son educadas. Tienen dinero, y cada vez son más fuertes, no solo en Italia. Según Antonio Nicaso, experto en mafias, estas buscan «cualquier oportunidad en el extranjero». Por ejemplo, durante la primera cuarentena, las mafias se apoyaron en los puertos holandeses y españoles para el tráfico de drogas.