La Justicia de Brasil pone en jaque el caso Lava Jato al declarar parcial al juez Moro

héctor estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

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ADRIANO MACHADO | Reuters

El Supremo considera que no actuó con imparcialidad en el jucio contra Lula da Silva

25 mar 2021 . Actualizado a las 10:14 h.

Duro golpe al caso Lava Jato en Brasil. La sala segunda del Supremo Tribunal Federal (STF) determinó que el exjuez Sergio Moro, instructor principal del proceso, no fue imparcial a la hora de juzgar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que pasó 580 días en prisión, tras ser condenado por corrupción en el 2018. «Demostramos que Moro nunca actuó como un juez, sino como un adversario personal y político del expresidente Lula», declararon Cristiano Zanin y Valeska Martins, abogados del exmandatario, tras conocer el martes la decisión del Supremo.

Los letrados habían denunciado hace tres años la parcialidad de Moro, que, con sus condenas, impidió la participación de Lula en las elecciones de ese año, en las que lideraba las encuestas, y más tarde se convirtió en ministro de Justicia del actual presidente, Jair Bolsonaro.

El fallo fue tomado por tres votos a dos, tras el cambio de parecer de la magistrada Carmen Lúcia Antunes. «En este caso lo que se discute es algo que para mí es clave: todos tienen derecho a un juicio justo, al debido proceso legal, y a la imparcialidad del juez», dijo la jueza del Supremo. Cambió su voto debido a la existencia de evidencias novedosas, como unas conversaciones publicadas por el portal The Intercept, en las que aparentemente Moro se coordina con los fiscales de Lava Jato para condenar al exmandatario por lavado de dinero.

La decisión, por un lado, lanza aún más a Lula a la campaña de cara a las presidenciales del 2022. Hace unos días, el también juez del Supremo Edson Fachin suspendió los procesos judiciales en su contra, iniciados por Moro, al considerar que debían haber sido juzgados por un tribunal federal en Brasilia y no por la oficina del exmagistrado en Curitiba.

Aunque los casos pueden ser relanzados ahora en la capital brasileña, a buen seguro no avanzarán lo suficientemente rápido como para evitar la postulación de Lula. Además, las pruebas recogidas han quedado ahora comprometidas por la decisión del Supremo contra Moro.

Pero la determinación es también un brutal golpe para todo el proceso de Lava Jato, iniciado por Moro, que supuso el estallido de un majestuoso escándalo, primero a nivel nacional, y después a nivel latinoamericano, en torno al pago de centenares de millones de euros a políticos a cambio de concesión de contratos públicos.

Más de 1.400 personas han sido detenidas, a lo largo de siete años, y al menos 174 han sido condenadas solo en Brasil, convirtiendo a Moro en un héroe para parte de la población, y en un villano para la otra. Entre los condenados se encuentran importantes empresarios y políticos.

Posible cascada de recursos

Lo que podría suceder ahora en Brasil es que decenas de condenados en el marco de la investigación Lava Jato puedan iniciar una cascada de recursos argumentando que Moro fue también parcial en sus casos, lo que podría acabar en su liberación. El proceso ya había sido golpeado en febrero, cuando el procurador general de la república, Augusto Aras, designado por Bolsonaro, cerró el grupo de fiscales de Curitiba, algo visto con buenos ojos por el actual presidente, a tenor de sus declaraciones públicas.

Mientras tanto, las acusaciones contra políticos por supuestas irregularidades en su gestión siguen latentes en el Congreso. De hecho, el nuevo presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, apoyado por Bolsonaro, tiene pendiente un caso de corrupción. Lira pertenece al partido Progresistas, una de las formaciones del centro político, señaladas por negociar apoyos a cambios de cargos.

El fallo del Supremo también acaba, presumiblemente, con una posible postulación presidencial de Moro, que sonaba como candidato a liderar el centroderecha.