La ONU reprueba el plan británico de enviar a Gibraltar a los solicitantes de asilo

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Boris Johnson, a su salida el miércoles de Downing Street.
Boris Johnson, a su salida el miércoles de Downing Street. NEIL HALL

La reforma migratoria de Boris Johnson endurece la acogida de refugiados

25 mar 2021 . Actualizado a las 10:14 h.

La propuesta del Gobierno británico de enviar a Gibraltar, y a otras territorios de ultramar, a los solicitantes de asilo llegados al Reino Unido mientras revisan sus casos y de denegar automáticamente dicha protección a aquellos que lleguen ilegalmente no es bien vista en las Naciones Unidas. Desde la ONU advirtieron que las ideas, contenidas en la dura reforma al sistema de asilo, que la ministra del Interior, Priti Patel, presentó ayer al Parlamento, colisionan con lo dispuesto en los tratados de derechos humanos firmados por Londres.

«Cualquiera que busque asilo debería poder solicitarlo en su destino previsto o en otro país seguro (...) Algunos demandantes tienen razones muy legítimas para buscar protección en países específicos, incluyendo el recuento con familiares u otros vínculos», afirmó un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur).

La Convención sobre los Refugiados de 1951, en su artículo 31, prohíbe la imposición de sanciones a los demandantes de asilo por «causa de su entrada o presencia ilegal». También ordena a los Estados no imponer más restricciones que las «necesarias» a los movimientos de los peticionarios. Por su parte, el artículo 32 solo autoriza la expulsión de los solicitantes de asilo por «razones de seguridad o de orden público» y tras un proceso administrativo o judicial.

A las críticas de la ONU se ha sumado la Cruz Roja británica. «Estamos de acuerdo que el sistema necesita una reforma, pero estos anuncios lejos de representar un avance suponen un retroceso», afirmó el director ejecutivo de la organización, Mike Adamson, quien en declaraciones a The Guardian tachó la propuesta de «inhumana». 

Contra las mafias

En cambio, la ministra Patel calificó de «firme» y «justa» la reforma migratoria, de la que dijo permitirá lograr tres objetivos: apoyar a quienes de verdad necesitan protección, disuadir a los que entren ilegalmente y romper el modelo de negocio de las redes criminales. Por último expulsar más fácilmente a quienes no tengan derecho a estar en el país.

Para conseguir las metas trazadas, Patel quiere que la Cámara de los Comunes apruebe unas reformas que distingan entre los solicitantes de refugio que llegan legalmente y los que no. Estos últimos, aunque probaran que su vida corre peligro en sus países de origen, solo obtendrán una protección temporal y enfrentarán la posibilidad de ser expulsados. Asimismo, el intento de traer a su familia al Reino Unido será mucho más complicada que en la actualidad. «Quienes llegan desde Francia no buscan refugio de un peligro inminente, sino que eligen el Reino Unido como destino favorito», dijo Patel para justificar sus planteamientos.

Esta iniciativa, junto al sistema de migración por puntos que entró en vigencia el 1 de enero, una vez que el país dejó definitivamente la Unión Europea, revela que el Gobierno de Boris Johnson no bromeaba cuando anunció sus intenciones de blindar las fronteras británicas.