La UE endurece la exportación de vacunas para hacer frente a los engaños de las farmacéuticas

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

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El presidente del Consejo, Charles Michel, en la cumbre telemática con los jefes de Gobierno de los Veintisiete
El presidente del Consejo, Charles Michel, en la cumbre telemática con los jefes de Gobierno de los Veintisiete YVES HERMANPOOL

El presidente del Parlamento Europeo insta a los líderes del continente a dejar de ser «ingenuos»

26 mar 2021 . Actualizado a las 23:04 h.

Los líderes de la Unión Europea se reunieron ayer desde la una de la tarde en una cumbre telemática que tenía por objetivo principal salir del embrollo en el que se han metido los Veintisiete con la campaña de vacunación contra el covid-19 a cuenta del déficit de producción y los conflictos abiertos con las farmacéuticas, particularmente con AstraZeneca, por el retraso en los envíos. Unas carencias que esperan corregir con un mayor control de las exportaciones.

Sobre la mesa estaba el veto a la exportación de dosis hacia a aquellos países, particularmente Reino Unido, que también son productores y que, en cambio, no han permitido la salida de un solo vial con destino a la UE. Pero también los recelos relativos a que una medida de este tipo pudiese frenar la llegada de los componentes necesarios para la producción de las dosis y, por tanto, lograr el efecto contrario. Además, por el camino también salieron a la luz las propias tensiones internas, encarnadas por el canciller austríaco, como voz más destacada entre los países que apostaron el grueso de su campaña a AstraZeneca, lo que permitió que otros países acceder a más dosis de Pfizer, y que ahora piden un reparto más justo.

«La Unión Europea ha exportado hasta ahora más de 70 millones de dosis a los cuatro puntos cardinales pero no ha recibido ni una sola de otras partes del mundo», se quejó Sebastian Kurz, quien también incidió en que, a nivel interno, «se ha creado un desequilibrio por el que en la primera mitad del año Malta recibió tres veces más vacunas que Bulgaria».

Bastante más claro ha sido el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, que le ha pedido a los líderes europeos no ser «ingenuos» y actuar con determinación para proteger el abastecimiento de vacunas en la UE, bloqueando incluso las exportaciones de vacunas producidas por laboratorios que cumplen sus contratos con los Veintisiete si las partidas tienen por destino un país tercero que no permite el flujo de vacunas o componentes en la ruta inversa.

Y eso es lo que más o menos se ha sacado en claro de lo poco que ha trascendido de la cumbre. Un compromiso común para acelerar la producción, distribución y administración de las vacunas, mediante un nuevo límite en el mecanismo de exportación, el de la «reciprocidad» y la proporcionalidad», lo que traducido significa que no saldrán vacunas hacia aquellos países que también las fabrican y no permiten que se envíen a la UE.

«Los ciudadanos europeos sienten que han sido engañados»

«Los ciudadanos europeos sienten que han sido engañados por algunas compañías farmacéuticas», afirmó el primer ministro italiano, Mario Draghi, que apoyó la medida e incidió en la «necesidad de no permanecer indefensos ante compromisos no cumplidos».

Londres alardea de su contrato de exclusividad

Después de que el primer ministro del Reino Unido, atribuyese al «capitalismo» y la «avaricia» el éxito del proceso de vacunación británico, su ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, presumió ayer de que, aún en caso de un litigio, Reino Unido tiene todas las de ganar frente a la Unión Europea, puesto que ha firmado con AstraZeneca un contrato de «exclusividad» para las dosis que produzca en las plantas de su país, mientras que el de la UE solo habla de el «mejor esfuerzo razonable» por parte de la compañía para cumplir sus compromisos. Aunque fuentes comunitarias entienden esas palabras como un «estándar objetivo», Hancock dice que la Unión «se ha ceñido a su posición geopolítica», lo cual «es difícil en cualquier negocio».