El rey jordano sofoca un golpe de Estado palaciego

R.P. REDACCIÓN

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El rey jordano, en una intervención en el Parlamento Europeo en enero del 2020
El rey jordano, en una intervención en el Parlamento Europeo en enero del 2020 VINCENT KESSLER | Reuters

Entre los involucrados están su hermanastro y ex príncipe heredero, así como otro miembro de la familia real y un exasesor del monarca

04 abr 2021 . Actualizado a las 22:51 h.

Los jordanos se despertaron ayer incrédulos y con incertidumbre ante una intentona golpista en el entorno palaciego sofocada por el rey Abdalá II, en un país clave en el equilibrio de fuerzas de Oriente Medio. A última hora del sábado se conoció el arresto domiciliario del príncipe Hamzah bin Huseín, exheredero y hermanastro del monarca, y la detención de una veintena de altos cargos «por razones de seguridad» tras una alerta de la inteligencia militar. Ayer, el Gobierno jordano aclaró las acusaciones contra los detenidos: cooperar con agentes extranjeros en un complot para desestabilizar el reino hachemí.

En rueda de prensa, el viceprimer ministro jordano, Ayman Safadi, explicó que los servicios de seguridad registraron «contactos con partes externas» —que no identificó— para elegir el «momento más apropiado para desestabilizar la seguridad del país, en lo que llamó un intento de «sedición», evitando hablar de golpe de Estado. También apuntó que en ese complot el príncipe ha tenido un papel importante.

La investigación desveló contactos de los implicados con miembros de la oposición jordana en el extranjero y que se llegó a ofrecer a la esposa del príncipe Hamzah un avión para que la pareja saliera de Jordania.

Safadi desmintió cualquier ruido de sables en el Ejército: «No hay arrestos de líderes militares jordanos y la institución militar forma parte de las investigaciones». Entre los detenidos están Basem Awadalá, confidente de Abdalá II cuando era jefe de la corte y antiguo ministro de Finanzas; Sharif Hasán bin Zaid, perteneciente a la familia real, y miembros de la influyente tribu Majali, con destacados en el Gobierno y el Ejército.

El príncipe Hamza bin Huseín
El príncipe Hamza bin Huseín REUTERS PHOTOGRAPHER

La noticia saltó a última hora del sábado cuando Hamzah bin Huseín, hijo del fallecido rey Huseín y la reina Noor, remitió a través de su abogado un vídeo a la BBC en el que anunciaba que no se le permitía salir de su casa ni comunicarse con el exterior por «haber criticado al Gobierno y al rey en las reuniones en las que estuvo presente». Aunque negaba formar parte de «ninguna conspiración ni de ninguna agenda externa», a la vez cargaba contra «la corrupción y la incompetencia del Gobierno en los últimos 15 a 20 años».

El rey habría intentado solucionar el problema en familia y hablar directamente con Hamzah, pero este se negó. Tampoco aceptó la petición del jefe del Estado Mayor jordano, el general Yusef al Huneiti, para que se distanciará de los planes de Awadalá.

Apoyo del Parlamento

Los líderes de las dos cámaras del Parlamento jordano manifestaron ayer su apoyo a Abdalá II. El jefe del Parlamento, Faysal al Fayez, señaló que «el rey es una línea roja» y que el país se opondría a «cualquier mano traidora que socave la seguridad y la estabilidad».

Pero con el complot sofocado, el rey Abdalá se arriesga al enfrentarse a un príncipe muy popular y a la reina Noor, nacida en EE.UU., que defendió a su hijo y calificó de «calumnia infame» las acusaciones contra él, según The Washington Post.

El intento de desestabilización en Jordania ha provocado una oleada de apoyo internacional, en la que quedó claro la importancia de que prosiga la paz en este país clave en Oriente Medio. A la ola de solidaridad de todos los dirigentes de los países árabes se sumaron Israel, Turquía e Irán. El primer apoyo vino de Estados Unidos, que considera a Jordania un aliado fundamental.