Puigdemont fulmina a uno de sus abogados por poner en duda el plan de desobediencia

Cristian Reino MADRID / COLPISA

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El diputado de Junts (JxCat) Jaime Alonso-Cuevillas, fue uno de los abogados del expresidente catalán Carles Puigdemont
El diputado de Junts (JxCat) Jaime Alonso-Cuevillas, fue uno de los abogados del expresidente catalán Carles Puigdemont Eduardo Parra | Europa Press

Alonso-Cuevillas sale de la Mesa de la Cámara por criticar la confrontación con el Estado

05 abr 2021 . Actualizado a las 20:29 h.

Jaume Alonso-Cuevillas, abogado de Carles Puigdemont, fue fulminado este lunes como representante de Junts en la Mesa de la Cámara catalana y a partir de ahora pasará a desempeñar labores de diputado raso. La causa que provocó su cese fueron unas declaraciones en las que cuestionó la estrategia de confrontación del partido. «¿Debemos dejar que nos inhabiliten sin pena ni gloria por una tontería?», afirmó, en referencia a algunas de las propuestas de resolución que aprueba el Parlamento contra la monarquía y a favor de la autodeterminación, que no tienen recorrido jurídico y que ponen en riesgo penal a los miembros de la Mesa.

Esta es la tesis que defiende Esquerra, puesta en marcha en la pasada legislatura por Roger Torrent al frente de la Cámara y que Junts tantas veces criticó. La purga a Cuevillas, dirigente de la máxima confianza de Puigdemont, llega además por el malestar que causó en el partido su posición en la primera votación delicada de la legislatura. Cuevillas se desmarcó de la decisión de la Mesa de permitir el voto delegado a Lluís Puig, diputado huido en Waterloo, y se abstuvo, a diferencia del resto de miembros independentistas de ese órgano (hay dos de Junts, dos de ERC, uno de la CUP y dos del PSC). En la oposición enseguida destacaron que sus conocimientos de Derecho le habían llevado a ponerse de perfil para evitar consecuencias legales. Y ahora apuntan que el puñetazo en la mesa de Laura Borràs, con el aval de Puigdemont y Jordi Sànchez, hace que suenen «tambores de desobediencia», como en el 2017.

Está por ver, porque JxCat es una jaula de grillos. El partido está aún a medio hacer (carece por ejemplo de consejo nacional para la toma de decisiones de calado) y el cese de Cuevillas escenifica que hay diferentes estrategias para la investidura de Pere Aragonès. Los de Puigdemont tumbaron los dos primeros intentos del de Esquerra y ahora manejan varias alternativas. Están los que apuestan por ir a elecciones, los que prefieren pactar la entrada en el Gobierno y los que apuestan por facilitar la investidura, pero pasar a la oposición.

En cualquiera de los casos, el cese de Cuevillas corta el debate interno sobre la confrontación con el Estado. Borràs quiere convertir el Parlamento en el ariete, por eso el partido le pidió a Cuevillas que se retractara, pero este se negó. A Cuevillas lo sustituirá Aurora Madaula, del sector más radical.

Jaume Alonso-Cuevillas, un independentista de corazón y un jurista de cabeza

mercedes lodeiro

El catedrático de Derecho Procesal en la Universidad de Barcelona Jaume Alonso-Cuevillas tiene un extenso currículo como jurista: exdecano del Colegio de Abogados de Barcelona, expresidente del Consejo de la Abogacía Catalana y de la Federación Europea de la Asociación de Abogados, además de abundante bibliografía. En el 2017 se dio a conocer como abogado de Carles Puigdemont y por la defensa de los políticos presos del 1-O. Fue entonces cuando empezó su periplo político. Primero, en el 2019, como diputado por Gerona en el Congreso, y el pasado febrero, como parlamentario autonómico por Junts per Catalunya. Tomó posesión el 12 de marzo en la sesión constitutiva del Parlamento catalán, en la que fue elegido secretario segundo de la Mesa. Sin embargo, cometió dos errores y Junts no lo perdonó. El primero fue cuando la Mesa tuvo que pronunciarse si avalaba el voto delegado del diputado de JxCat Lluís Puig, huido en Bélgica. Fue el único independentista que se abstuvo, pues los letrados ya habían emitido en la legislatura pasada un informe contrario a ese voto. Él argumentó que había representado a Puig y podía existir un «conflicto de intereses». Su abstención irritó a ERC y desconcertó a JxCat, pero su caída llegó por calificar de «tontería» las iniciativas de confrontación con el Estado y que podrían llevar a la inhabilitación de los miembros de la Mesa, él incluido. Su parte de jurista pesó más que corazón de independentista.