El instructor de la Policía de EE.UU. dice que la forma en la que se inmovilizó a Floyd no está autorizada

La Voz REDACCIÓN | EUROPA PRESS

ACTUALIDAD

Juicio por el asesinato de George Floyd
Juicio por el asesinato de George Floyd JANE ROSENBERG | REUTERS

Varios expertos policiales han testificado durante la última sesión del juicio contra Derek Chauvin

07 abr 2021 . Actualizado a las 08:08 h.

El instructor de uso de la fuerza de la Policía de Mineápolis, Johnny Mercil, ha asegurado este martes que la forma en la que el expolicía Derek Chauvin inmovilizó a George Floyd, arrodillándose sobre su cuello, no es una acción entrenada y no está autorizada.

Así lo ha expresado Mercil en la séptima jornada del juicio contra Chauvin, acusado de la muerte del afroamericano George Floyd, que este martes ha acogido los testimonios de expertos policiales en capacitación del uso de la fuerza. Frente a una pregunta de los fiscales de si la inmovilización por el cuello es «adecuada» según la formación en el uso de la fuerza, el instructor ha respondido que «no».

«No entrenamos sujeciones de piernas y cuello con los agentes en servicio, y, hasta donde yo sé, nunca lo hemos hecho», ha señalado el instructor, quien ha precisado que si bien se pueden permitir inmovilizaciones de cuello en los sospechosos que se resisten activamente, no se deben hacer con la rodilla y no se autorizan en un sospechoso que esté ya esposado y bajo control.

Sin embargo, ha referido que la posición utilizada por Chauvin podría considerarse «usar el peso corporal para controlar», una acción en la que los agentes ponen una rodillas en los omóplatos de un sospechoso boca abajo para esposarlo. «No obstante, agregaré que les decimos a los oficiales que se mantengan alejados del cuello cuando sea posible, y si van a usar el peso del cuerpo para sujetarlos, que se lo pongan en el hombro y tengan en cuenta la posición», ha matizado Mercil, para apuntar a que las personas retenidas ya esposadas pueden tener dificultades para respirar, por lo que los agentes están entrenados para mover a los sospechosos a una posición de recuperación «cuanto antes».

El testimonio del instructor se contrapone al argumento de la defensa de Derek Chauvin que señala a que el exagente «hizo exactamente lo que había sido entrenado para hacer», informa CNN.

Por otro lado, el agente de la Policía de Los Ángeles Jody Stiger, también experto en el uso de la fuerza, ha justificado el uso de esta cuando Floyd se resistió activamente a la detención, pero ha aseverado que «una vez que lo colocaron en una posición boca abajo en el suelo, lentamente cesó la resistencia y, en ese momento, los agentes deberían haber disminuido o detenido su fuerza».

Stiger ha indicado que su valoración se basaba en el estándar de lo que haría un oficial «objetivamente razonable» y ha lamentado que los expolicías «continuaron con la fuerza que estaban utilizando desde el primer momento en que lo pusieron (a Floyd) en el suelo», cuando «deberían haber reducido» su acción. El testimonio de Stiger continuará este miércoles.

El coordinador de capacitación del programa de intervención en crisis del Departamento de Policía de Mineápolis, Ker Yang, ha apuntado, por su parte, que se debe reconocer cuando un detenido está en crisis y calmar la situación, «reducir la fuerza».

Se acusa a Chauvin de homicidio en segundo grado, homicidio involuntario en segundo grado y asesinato en tercer grado. Si el jurado, compuesto por doce personas, le declara culpable en el juicio, Chauvin podría enfrentarse a una pena máxima de 40 años de prisión por asesinato en segundo grado, 25 años por asesinato en tercer grado y diez por homicidio involuntario.

Floyd, ciudadano de raza negra de 46 años, murió el 25 de mayo de 2020 tras quejarse de que no podía respirar por tener la rodilla de Chauvin en su cuello, una secuencia que fue grabada en vídeo. La respuesta policial se originó porque Floyd realizó un pago con un billete falso de 20 dólares.

Chauvin fue expulsado del Cuerpo de Policía poco después y puesto en libertad bajo fianza una vez imputado por asesinato y malos tratos. Otros tres agentes se enfrentan a cargos de complicidad a la hora de cometer el supuesto crimen. Todos ellos serán juzgados en agosto. El suceso desató en 2020 una ola de protestas contra la violencia policial y el racismo en todo Estados Unidos.