¿Es posible combinar vacunas distintas?

Melissa Healy LOS ÁNGELES TIMES

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María Pedreda

La mezcla, de forma accidental o premeditada, es inevitable, según los expertos

11 abr 2021 . Actualizado a las 13:48 h.

Durante la pandemia, muchos de nosotros nos vimos con algún tipo de combinación extraña de ropa —con una chaqueta y pantalones de pijama, por ejemplo— y no hemos visto por ello peores resultados. Imagine que fuera posible hacer lo mismo con las vacunas contra el covid-19, tal vez combinar una primera dosis de AstraZeneca con una segunda de Novavax. ¿Podría esa combinación tener algún tipo de consecuencia grave? No se trata de una pregunta sin sentido. Ya sea por accidente o por diseño, la mezcla de dosis es, según los expertos, inevitable.

En Estados Unidos se administran dos tipos de vacunas, con una tercera que se sumará esta semana, y dos más que llegarán en los próximos meses. Excepto por una de ellas, todas fueron diseñadas para administrarse en dos dosis. En todo el mundo, otras 69 vacunas se encuentran en la etapa de desarrollo clínico, y casi dos tercios de ellas requieren de dos o más dosis.

Pero asegurarse de que las personas reciban la vacuna correcta en el momento correcto ha resultado ser un reto logístico más difícil de lo que se esperaba.

Los sanitarios en el Reino Unido propusieron una solución radical: retrasar las segundas dosis hasta 12 semanas, para que más personas pudieran recibir al menos alguna protección. Más tarde, el gobierno reconoció que, en circunstancias excepcionales, podría haberse dado una dosis de una vacuna equivocada a quienes llegaban para obtener su segunda inyección, ya que descubrieron que la vacuna que se había puesto en un principio ya no estaba disponible.

Parecía ridículo, especialmente considerando que ninguno de estos protocolos fue evaluado en ensayos clínicos. Si estas combinaciones no funcionan, la valiosa vacuna se habrá desperdiciado en un momento en el que precisamente no hay dosis de sobra.

Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU. aseguró que «no cree que se deban combinar sin resultados que demuestren que es muy eficaz y seguro». Ahora, los investigadores británicos trabajan en eso.

En febrero, un equipo de expertos en vacunas de la Universidad de Oxford comenzó a reclutar a 800 personas de 50 años o más para determinar si la combinación de vacunas realmente podría funcionar. Mediante un ensayo clínico probarán varias combinaciones e intervalos de las dos vacunas que se dispensan actualmente en el Reino Unido: Pfizer y BioNTech y Oxford y AstraZeneca.

Al anunciar el ensayo de la vacuna combinada, el doctor Matthew Snape citó experimentos en ratones en los que las combinaciones de las vacunas Pfizer y AstraZeneca aumentaron la inmunidad con un mejor resultado que el obtenido con dos dosis de cualquiera de ellas por sí sola. Quizá también funcione en humanos.

Ambas vacunas preparan al sistema inmunológico para atacar la proteína de espiga del coronavirus. Pero se dirigen a diferentes partes de la proteína y actúan por dos medios muy diferentes. La de AstraZeneca utiliza una versión modificada del virus de la gripe para presentar la proteína de espiga al sistema inmunológico, mientras que la de Pfizer le da instrucciones genéticas para fabricar esa proteína y depende de las células humanas para producirla.

Otras vacunas contra el covid-19, como las de Novavax y Johnson & Johnson, también se enfocan en las proteínas de espiga de la superficie del virus, y los investigadores esperan incorporarlas al ensayo.

La vacuna de Johnson & Johnson está diseñada para administrarse en una sola dosis, pero la compañía está probando si un segundo refuerzo, administrado 57 días después, proporcionaría un nivel mayor de inmunidad. Los resultados se esperan para junio.

El estudio en ratones citado por Snape ha animado a los científicos a creer que la combinación de vacunas impulsará una mayor respuesta del sistema inmunológico. Al incentivarlo por diferentes medios y entrenarlo para que reconozca partes nuevas y diferentes del virus, las combinaciones no solo podrían generar anticuerpos neutralizantes, sino también impulsar la producción de una clase especializada de células inmunes llamadas células T CD8 +.

Los anticuerpos neutralizadores que se producen en respuesta a la mayoría de las vacunas se especializan en cazar y eliminar las partículas del virus mientras circulan por el torrente sanguíneo. El despliegue de un ejército de células T CD8 + también permitiría al sistema inmunológico encontrar y matar células ya infectadas y convertidas en una fábrica de copias del virus. Esto permitiría terminar con la infección de una manera mucho más rápida y completa.

Estas células tienen una memoria específica y a largo plazo de cómo se ve el virus. Eso significa que la inmunidad puede durar más cuando estas células inmunitarias se desarrollan con mayor fortaleza.

Un beneficio potencial de administrar vacunas diferentes en la primera y segunda dosis es que si cada inyección apunta a diferentes conjuntos de proteínas en la superficie del virus, el sistema inmunológico estará preparado para enfrentar una variedad más amplia de amenazas.

El reto de las nuevas variantes

La aparición de una nueva cepa en Sudáfrica marcó un punto de inflexión. Después de que la evidencia mostrara que la nueva variante era menos susceptible a la vacuna de AstraZeneca, Moderna comenzó a trabajar en una inyección modificada específicamente para proteger contra esa variante. Las dosis de la vacuna de refuerzo se enviaron a los Institutos Nacionales de Salud para su análisis, y un nuevo ensayo clínico explorará si aumenta la inmunidad de las personas que ya han sido vacunadas contra el covid-19.

Las dos dosis de la vacuna rusa, la Sputnik V, utilizan dos tipos diferentes de virus para transportar las instrucciones genéticas que le dicen al sistema inmunológico qué proteínas de la superficie del coronavirus debe buscar. El primero es un virus inofensivo del resfriado. Para la segunda inyección, que llega 21 días después, los científicos diseñaron otro virus inocuo del resfriado para transportar la carga. Así no hay posibilidad de que el sistema inmunológico ataque inadvertidamente al primer virus cuando llegue el momento de la segunda dosis.

Las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna utilizan la misma «plataforma» de ARNm para impulsar a las células a construir proteínas de espiga inofensivas. Sin embargo, encapsulan sus instrucciones en paquetes muy diferentes.

A finales de enero, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. dieron luz verde a los sanitarios para ofrecer una segunda dosis de vacuna de ARNm no coincidente «en situaciones excepcionales en las que no se pueda determinar cuál fue la primera dosis de vacuna o si ya no estuviera disponible».

El problema de probar la seguridad y eficacia de las combinaciones de vacunas se agrava por la complejidad del sistema inmunológico. El ensayo británico medirá la cantidad de anticuerpos en el torrente sanguíneo, pero la inmunidad real es más compleja que eso.

En una pandemia, es probable que se produzcan problemas en la producción y distribución de vacunas, lo que pondrá en peligro el acceso garantizado a tiempo a una segunda dosis que coincida con la primera. Por lo que un experimento de mezcla y combinación de dosis puede ser inevitable.

© 2021 Los Angeles Times. Distribuido por Tribune Content. Traducción, Lorena Maya.