La princesa Leonor se estrena en un acto militar como madrina de un submarino en Cartagena

Antonio Paniagua MADRID / COLPISA

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La princesa Leonor, a la izquierda, estuvo acompañada por los reyes y por su hermana, la infanta Sofía
La princesa Leonor, a la izquierda, estuvo acompañada por los reyes y por su hermana, la infanta Sofía Europa Press.POOL

El Isaac Peral es el primero de los cuatro sumergibles encargados a Navantia de la serie S-80

22 abr 2021 . Actualizado a las 21:41 h.

La princesa de Asturias amadrinó este jueves el nuevo submarino S-81 Isaac Peral en los astilleros de Navantia en Cartagena (Murcia), un evento en el que estuvieron presentes los reyes y la infanta Sofía. Más allá de los desfiles oficiales con motivo de la Fiesta Nacional, es el primer acto con un marcado carácter castrense en el que ha tenido especial protagonismo la heredera de la Corona. Leonor de Borbón se encargó de cortar la cinta con la bandera de España que sujetaba la tradicional botella de vino, especialmente embotellado por la Armada, que se estrelló contra la proa de la nave. Los reyes, la princesa de Asturias y la infanta Sofía se hicieron una fotografía de grupo con la dotación de quilla del submarino.

La primogénita de los reyes, de 15 años, da un paso más en la asunción de mayores responsabilidades institucionales, como ya hizo el 24 de marzo con la visita en solitario a la sede del Instituto Cervantes. Esta vez la princesa estuvo arropada por su padre, vestido con uniforme de capitán general de la Armada. Con este acto, Leonor de Borbón forja su primer vínculo con las Fuerzas Armadas, cuyo mando supremo está asociado a la Jefatura del Estado.

Una vez superadas las complicaciones del diseño del S-81, en cuya fabricación se han invertido 18 años, Navantia confía vender el sumergible a otros países, ya que se trata del submarino más sofisticado de los convencionales existentes en el mercado, si se exceptúan los nucleares. Es el mayor hito en años de la industria militar.

Para llegar a este momento se han tenido que sortear varios escollos. «Hemos pasado momentos complicados», reconoció el propio presidente de Navantia, Ricardo Domínguez. Entre las dificultades que se han sorteado para su construcción destacaba un exceso de peso de 125 toneladas, circunstancia que obligó a alargar su eslora 10 metros para reequilibrarlo.