El empresario que se reunió en Ribadeo con el Pequeño Nicolás confirma que se presentó como enlace entre el Gobierno y la Casa Real

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Francisco Nicolás G. I., conocido popularmente en los medios de comunicación como Pequeño Nicolás, en una imagen de archivo a su llegada a la Audiencia Provincial de Madrid
Francisco Nicolás G. I., conocido popularmente en los medios de comunicación como Pequeño Nicolás, en una imagen de archivo a su llegada a la Audiencia Provincial de Madrid Isabel Infantes

Participantes en la comitiva apuntan a que uno de los policías acusados aportó material oficial para los vehículos

12 may 2021 . Actualizado a las 19:29 h.

El presidente de Alsa, Jorge Cosmen, ha asegurado ante el tribunal que juzga al Pequeño Nicolás que este se le presentó como enlace entre el Gobierno y la Casa Real durante la reunión que mantuvieron en Ribadeo (Lugo) en agosto del 2014.

Cosmen ha declarado este miércoles como testigo en el juicio que sienta en el banquillo de la Audiencia Provincial de Madrid a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, acusado de hacerse pasar por un cargo relacionado con la Vicepresidencia del Ejecutivo y con la Casa Real para organizar el encuentro con este empresario. Está acusado de delitos de usurpación de funciones públicas, falsedad en documento oficial y cohecho pasivo, por los que la Fiscalía pide siete años de prisión para él. Ayer, declaró que no pretendía hacerse pasar por una autoridad, sino que solo fingió ser una persona importante para sentirse «poderoso».

Sin embargo, el presidente de Alsa ha dejado claro que el joven sí se hizo pasar por el enlace entre el Ejecutivo y la Corona, hasta el punto de que recibió una llamada durante la comida a la que contestó diciendo «vicepresidenta», en una presunta referencia a Soraya Sáenz de Santamaría, que por aquel entonces ocupaba ese cargo en el gabinete de Mariano Rajoy.

«En Ribadeo, Gómez Iglesias menciona el cargo de enlace entre Vicepresidencia y Casa Real. Su conversación era grandilocuente, hablaba de muchos temas, pero no tenían conexión. Me habló de la política de Obama, del caso catalán, del ébola…», ha testificado Cosmen. «Todo muy rimbombante», «sin fundamento», ha dicho, aunque ha reconocido que el joven no le pidió nada y tampoco le mostró ningún informe ni documento que simulara un carácter oficial.

Como la situación le pareció «un sinsentido», el empresario intentó confirmar, con los medios a su alcance, quién era Francisco Nicolás. Así, se puso en contacto con el Gobierno y con la Casa Real para saber si ese enlace existía. La respuesta fue negativa, y también negaron conocer al joven. «Me enfadé, me indigné bastante», ha admitido. Hasta el punto de enviar al Pequeño Nicolás un mensaje en el que decía: «Mucho ruido y pocas nueces».

El empresario ha explicado que dio «la voz de alarma» porque le llamó la atención el gran despliegue que se había realizado para recibir a Gómez Iglesias en Ribadeo. Hasta el alcalde se desplazó al restaurante creyendo que acudiría algún miembro de Casa Real o alguna autoridad gubernamental. En relación a la comitiva de escoltas y coches de apariencia oficial que acompañaban al Pequeño Nicolás, ha señalado que le pareció «un circo», ya que «esas caravanas no se ven ni en Madrid cuando viene un jefe de Estado».

Según el relato de Cosmen, conoció a Francisco Nicolás unos días antes del encuentro por medio de «un amigo». Posteriormente, Gómez Iglesias se puso en contacto con él para invitarle a comer en Ribadeo, una propuesta que no le apetecía pero que aceptó por no ser «descortés» con la persona que les había presentado. «No me vio muy convencido de asistir a la comida y me llamó para decirme que vendría alguien muy importante de la Casa Real», ha relatado el testigo.

Al empresario le sorprendió esta afirmación, pero al llamar al restaurante del Club Náutico en el que comieron le confirmaron que existía una reserva para «un miembro muy importante de Casa Real», por lo que le creyó.

Material de la policía para la comitiva a Ribadeo

Durante la sesión de este miércoles también han declarado trabajadores de las empresas de alquiler de coches y los conductores que participaron en el viaje a Ribadeo. Un empleado de una de las compañías ha manifestado que Francisco Nicolás se presentaba como «un conseguidor, una persona que tenía muchos contactos, que conocía a Soraya Sáenz de Santamaría, pero no con un cargo concreto».

Otros testigos, en cambio, han precisado que habló como «agente del CNI» o alguien relacionado con el Gobierno. Uno de los conductores ha especificado que durante el trayecto por carretera Francisco Nicolás dijo que «era de Presidencia o algo así, pero sin sueldo, que lo hacía porque tenía una fortuna personal». «Yo siempre entendí que era enlace de Casa Real», ha añadido el «mayordomo» encargado del mantenimiento de la casa del Viso que usaba Gómez Iglesias.

El interrogatorio a estos testigos ha girado en torno a los dos policías que habrían ayudado a Gómez Iglesias con este montaje y que están siendo juzgados por delitos de usurpación de funciones públicas y cohecho pasivo. El Ministerio Público reclama para ellos cinco años y medio de cárcel y una multa de quince meses con una cuota diaria de diez euros.

Uno de los conductores ha asegurado que al menos el agente González, miembro de la Policía Municipal de Madrid, se identificó como tal, si bien los demás chóferes han matizado que fue más bien una impresión. «Se comentaba que eran policías», ha expuesto un conductor, aclarando que en su caso se convenció cuando les vio salir del Ayuntamiento madrileño con una bolsa negra cargada de «material policial», como rotativos luminosos, transmisores y pinganillos.

Los conductores han coincidido al referirse a González como quien repartió las luces y los comunicadores, y quien les guio durante el viaje dándoles instrucciones sobre lo que debían hacer en cada punto. Algunos han asegurado que iba armado.

Estas declaraciones contradicen en parte lo expresado el martes por el propio González, que contó que no hizo el trabajo en calidad de policía sino de «amigo» del Pequeño Nicolás. Afirmó también que se llevó un «macuto» con cosas personales del Ayuntamiento de Madrid, donde trabajaba como jefe de seguridad, pero que no contenía efectos policiales. Los transmisores, unos «pequeños» como los usados para senderismo, eran suyos, dijo. El otro agente denunció que le «engañaron» para formar parte del viaje.

Los chóferes que han testificado han contado también que en los coches se colocaron los carteles indicativos, «coche uno, coche dos, coche tres». Solo un conductor ha declarado que vio «algo así» como un logotipo del Gobierno. El «mayordomo», que hizo de escolta en este viaje, ha añadido que en la casa sí vio carteles con membretes oficiales, pero que en la aventura de Ribadeo no se usaron.