Yolanda Díaz escenifica en el Congreso su toma del mando de Podemos

Miguel Ángel Alfonso MADRID / COLPISA

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Los ministros Irene Montero, Ione Belarra, Yolanda Díaz, Manuel Castells y Alberto Garzón en el Congreso para reunirse con el Grupo Parlamentario de Unidas Podemos
Los ministros Irene Montero, Ione Belarra, Yolanda Díaz, Manuel Castells y Alberto Garzón en el Congreso para reunirse con el Grupo Parlamentario de Unidas Podemos Alejandro Martínez Vélez

La vicepresidenta reúne a los ministros y a los diputados morados para fijar el nuevo rumbo de la coalición

13 may 2021 . Actualizado a las 20:42 h.

La vicepresidenta tercera del Gobierno, Yolanda Díaz, llenó este jueves el vacío de poder que existía en la coalición de Unidas Podemos (espacio en el que conviven Podemos, Izquierda Unida, Galicia En Común y En Comú Podem) desde el adiós de Pablo Iglesias el pasado 4 de mayo, tras las elecciones madrileñas.

Su toma del mando se escenificó en un acto celebrado en el Congreso en el que, arropada por los otros cuatro ministros de la formación morada (Irene Montero, Ione Belarra, Alberto Garzón y Manuel Castells) y sus secretarios de Estado, reunió a los 35 diputados del grupo parlamentario para fijar un nuevo rumbo. «Tenemos que redoblar todas nuestras energías porque vamos a por todas y vamos a seguir haciendo historia, que no es fácil», afirmó durante una arenga de casi una hora en la que también animó a los parlamentarios a «no tener miedo porque Iglesias nos acompañará durante todo el camino».

Señalada por este como próxima candidata de la coalición a las generales y «futura primera presidenta de España», Díaz había declinado mostrar signos de aceptar el encargo y siempre respondía alegando estar centrada en su labor de ministra. Este jueves, sin embargo, empezó a marcar su nuevo estilo de liderazgo. Dentro de sus líneas maestras, este pasa por aunar la acción del partido y del Gobierno en una misma dirección y abandonar el binomio Ejecutivo-Congreso en el que se había asentado parte de la estrategia de oposición de los morados cada vez que interpretaban que el PSOE no estaba cumpliendo el pacto de coalición. Su primera propuesta fue precisamente mantener regularmente encuentros como el de este jueves y fijar la bandera blanca en el pabellón.

La también ministra de Trabajo, que no tiene carné de Podemos (está afiliada al PCE), insinuó su rechazo a la «política de Twitter». Una definición que encaja con la que hasta ahora vienen practicando algunos dirigentes de Unidas Podemos —sin ir más lejos, el propio Iglesias durante la campaña madrileña—. «Tenemos que generar sosiego y tranquilidad. Es lo que hacen los dirigentes grandes. Las redes sociales están pendientes de los grandes titulares, de los ombligos, eso es muy masculino. Hemos de preocuparnos de la vida cotidiana», afirmó ante sus compañeros.

El último bastión de la anterior etapa, el hiperliderazgo que ejerció Iglesias desde la fundación del partido en el 2014, también queda en suspenso y será sustituido por uno más coral que encabezará, al menos hasta las generales, la propia Díaz como principal rostro de Unidas Podemos e interlocutora con Pedro Sánchez. Una labor que estará centrada en engrasar la coalición gubernamental y nutrir los vínculos con sus aliados parlamentarios. Hace unos días, por ejemplo, se reunió con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, y en su agenda tiene previstos más encuentros con otros portavoces.

Bicefalia en marcha

La segunda cabeza de esta bicefalia será la del nuevo secretario general de Podemos, cuyo nombre saldrá de los votos de los afiliados y se conocerá el 13 de junio, día en el que culminará la asamblea ciudadana, la cuarta en la historia del partido. Salvo sorpresa mayúscula, se espera que este cargo lo ocupe la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, que ya sustituyó a Iglesias al frente de la cartera en marzo, cuando este abandonó el Gobierno para disputar la Comunidad de Madrid a Isabel Díaz Ayuso.

Belarra cuenta con tanto respaldo por parte de la dirección que algunos dirigentes de la coalición morada ya la dan por elegida, como fue el caso este jueves del presidente del grupo parlamentario y diputado de los comunes, Jaume Asens. «Ione y Yolanda, son dos liderazgos femeninos que vienen de la periferia y de los que estamos orgullosos. Si algo describe a España es el carácter plurinacional de sus pueblos. Muchas gracias a las dos por el paso que han dado al frente», defendió.

Reinicio de legislatura

En su discurso ante los suyos, Díaz diseccionó su visión de la oportunidad que supone para Unidas Podemos el final de la pandemia. Desde el inicio de la crisis sanitaria, los morados sienten que sus propuestas han quedado relegadas a parchear la crisis, por eso la vicepresidenta tercera defiende que, ahora que avanza el proceso de vacunación y retrocede la pandemia, «la legislatura se está reiniciando» y toca ir «a por todas».

Díaz llamó a recuperar «los valores del 15M», recordando el décimo aniversario del movimiento que inspiró el nacimiento de Podemos. Esto pasa, en su opinión, por cerrar «la enorme distancia que existe entre los políticos y los ciudadanos» y aboga por escribir un «nuevo contrato social a varias manos» y con el «paradigma del trabajo decente en el centro» en el que la economía «esté al servicio de la gente». Tras recalcar que otro de los retos es la transición tecnológica, advirtió que toda transformación implica «un importante impacto social» y deben asegurar que se acometen «con la gente dentro» y el interés colectivo.

En esta línea, adelantó que una normativa clave de cara al año que viene será una ley sobre los usos del tiempo que abanderarán desde los ministros de Trabajo, Igualdad y otros muchos dado que será una regulación «transversal».

Renuncia de Alberto Rodríguez

Por otra parte, el secretario de organización de Podemos, Alberto Rodríguez, anunció este jueves que dejará su cargo en la asamblea ciudadana de junio.

El número tres de los morados lo comunicó en un vídeo difundido en redes sociales, en el que insistió en que su determinación «no tiene nada que ver con la injusta persecución» que, según él, sufre. Se refiere a la reciente petición de la Fiscalía del Tribunal Supremo de seis meses de prisión e inhabilitación por propinar una patada a un policía durante una manifestación en enero del 2014 contra la Ley Wert en la localidad tinerfeña de La Laguna. «Esta decisión estaba ya tomada antes de la última comunicación judicial», reiteró Rodríguez.

Lo que no va a hacer el también diputado de UP es renunciar a su escaño en el Congreso. «El pueblo canario es el que me puso aquí y a ellos me debo», apuntó en el vídeo.