Cummings se venga de Boris Johnson y lo describe como un inepto al que solo le interesa el poder

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Dominic Cummings, durante la comparecencia en el Parlamento
Dominic Cummings, durante la comparecencia en el Parlamento UK PARLIAMENTARY RECORDING UNIT | Efe

El exasesor del «premier» arremete contra la gestión del Gobierno en los primeros días de la pandemia del covid

27 may 2021 . Actualizado a las 09:38 h.

Dominic Cummings no defraudó y convirtió su esperada comparecencia ante las comisiones que indagan sobre cómo se gestionó la crisis del covid en un paredón en el que fusiló sin piedad al primer ministro Boris Johnson. El que fuera asesor principal del premier describió al líder conservador como un político inepto, distraído, desinformado, temeroso y voluble, al extremo «de cambiar diez veces de opinión al día», pero con unas ansias de poder que le hacen preferir «el caos» a delegar potestades para resolver crisis como la de la pandemia. Johnson «no es apto para su trabajo», sentenció.

 «El caos no es malo, porque todos estarán obligados a dirigirse a quién está al mando [del país]». Así dice Cummings que le respondió Johnson en los peores días de la pandemia, cuando este le pidió más poder para tomar decisiones como contratar más personal.

Durante siete horas, el exasesor hizo un demoledor retrato de la mala gestión del Gobierno ante los diputados de dos comisiones de la Cámara de los Comunes. Cummings comparó la actuación del Ejecutivo en el inicio de la crisis sanitaria con la de un «carrito de la compra que sale despedido sin control en un supermercado y comienza a chocar contra los estantes».

Para corroborar sus palabras reveló que el 12 de marzo del 2020, cuando el premier, sus ministros y asesores científicos debían decidir si ante el avance del covid-19 cambiaban de estrategia e imponían restricciones como otros países, Johnson estaba más interesado en decidir si se sumaba a los bombardeos aéreos que el entonces presidente Donald Trump planeaba sobre objetivos iraníes o en lidiar con las quejas de su pareja, Carrie Symonds, por un artículo de prensa que no le gustó. 

Esa sensación de desorganización en el Ejecutivo tuvo su clímax, según el asesor, cuando el premier contrajo el virus y pasó casi tres semanas en el hospital, a principios de abril del 2020. «Todo el núcleo del Gobierno se derrumbó», dijo. 

Sin brújula

El cerebro de la campaña del brexit atribuyó la lenta respuesta gubernamental a que Johnson no veía un riesgo en el covid, que llegó a comparar con «otra gripe aviar» que «solo mata a personas de 80 años». «No hay de qué preocuparse. Voy a pedir que me inyecten el coronavirus en directo, en la televisión, para que la gente se dé cuenta que no hay nada que temer», habría llegado a decir el primer ministro, según quien fuera su asesor durante su primer año en Downing Street. 

Tras admitir que los errores de la estrategia del Gobierno a principios del 2020 desembocaron en «decenas de miles de muertes evitables», Cummings responsabilizó a Johnson. Reiteró la negativa del primer ministro a cerrar las fronteras a China, para no ser acusado de «racista», o a imponer nuevos confinamientos por su impacto en la economía. Esto, a pesar de los rebrotes y de que él mismo estuvo al «borde de la muerte».

Sin embargo, Cummings atribuyó el grueso de los errores al ministro de Salud, Matt Hancock, de quien dijo que es «un mentiroso que debería haber sido despedido ya al menos en 15 o 20 ocasiones». Le responsabiliza de propagar el virus en las residencias al trasladar a geriátricos a ancianos que estaban en los hospitales, sin examinarlos antes. Pese a los intentos de Downing Street de ignorar las acusaciones, estas no solo han dado numerosos titulares a la prensa, sino munición a la oposición.