Garzón planea una regulación de las bebidas energéticas ante su elevado consumo en menores

La Voz REDACCIÓN

ACTUALIDAD

ALVARO BALLESTEROS

Uno de cada cuatro niños entre tres y diez años consume este tipo de refrescos

01 jun 2021 . Actualizado a las 08:53 h.

Uno de cada cuatro niños de entre tres y diez años consume bebidas energéticas. La prevalencia entre los adultos es del 30 % y entre los adolescentes aumenta hasta el 62 %. Por ello, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha planteado la regularización de estos productos que pueden suponer un «riesgo» para la salud.

Así lo indicó durante la presentación de una encuesta elaborada por el comité científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) sobre los riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas, que ha experimentado un crecimiento «muy importante». Según el estudio, informa Efe, una persona que tome más de 1,4 miligramos de cafeína por kilo de peso al día puede sufrir insomnio, pero si el consumo aumenta a los 3 miligramos puede conllevar riegos cardiovasculares y hematológicos.

Consumo señala que los envases más habituales de bebidas energéticas contienen 32 miligramos de cafeína por cada 100 mililitros, teniendo en cuenta que los hay también de 300 y 500 mililitros. El ministro ha aportado algunos datos «preocupantes» respecto a la prevalencia de consumo de estas bebidas. En los adultos es del 31 %, un porcentaje «muy elevado. Pero, además, entre los adolescentes de entre 10 y 18 años, la cifra asciende al 62 % y en los niños de entre 3 y 10 años es del 26 %. «Esto quiere decir que uno de cada cuatro niños consume bebidas energéticas, Estamos hablando de edades que no deberían tener acceso a este tipo de productos por su naturaleza y composición», ha advertido Garzón.

«Hablamos de un tipo de consumo que se hace con desconocimiento y se suelen equiparar a un refresco normal», ha dicho el ministro, quien ha aclarado que ambos tipos de productos son diferentes, con lo que hay que explicar los riesgos de un consumo no moderado.

La Administración, ha dicho Garzón, debe ser capaz de saber trasladar eso, «naturalmente en complicidad con todo el ecosistema industrial» y con los productores. Al respecto dijo que tiene la obligación de escuchar a la comunidad científica y aprender de ellos y de la evidencia, de forma que «se pueda poner en marcha junto con otros actores medidas que permitan regular este sector en particular».