Rabat guarda silencio tras la marcha de Gali y España insiste en su posición sobre el Sáhara

Redacción LA VOZ

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El presidente de Argelia, Abdelmayid Tebune, y el jefe del Ejército, el general Said Chengriha, durante su visita al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en el hospital militar de Argel horas después de llegar desde España
El presidente de Argelia, Abdelmayid Tebune, y el jefe del Ejército, el general Said Chengriha, durante su visita al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en el hospital militar de Argel horas después de llegar desde España Presidencia de la República de Argelia

La ministra Belarra admite que no siempre se respetaron los derechos de los menores

03 jun 2021 . Actualizado a las 08:50 h.

El Gobierno de Marruecos guarda silencio horas después de conocerse que el líder del Frente Polisario, Brahim Gali, salió en la madrugada de ayer de España en un avión medicalizado que lo trasladó a Argelia para continuar con su recuperación, una acción sobre la que Rabat fue informado previamente por vías diplomáticas. Y que se produce el mismo día que el dirigente saharaui prestó declaración ante la Audiencia Nacional, que no adoptó medidas cautelares contra él que le impidiesen salir de España.

El reino alauí se había quejado al Gobierno español de la «opacidad» que había envuelto la llegada de Gali a España el 18 de abril para ser tratado de covid-19 en un hospital de Logroño. Su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, había advertido de que, si Gali salía como había entrado, eso significaba que España optaba por «un empeoramiento de las relaciones», recoge Efe.

Días después, Marruecos admitió que la crisis con España tenía de fondo el Sáhara y no la presencia de Gali. Su intención es que el Gobierno español cambie su posición sobre ese territorio después de que lo hiciese Estados Unidos al admitir la soberanía marroquí sobre la excolonia. Pero España, al igual que la Unión Europea, respeta las decisiones de las Naciones Unidas. En ese sentido, la vicepresidenta Carmen Calvo aseguró ayer que España continuará trabajando para recuperar la relación con Marruecos, pero insistió en que la posición del Ejecutivo respecto a la soberanía del Sáhara no ha «cambiado en nada».

Desde que en noviembre, un tuit de Pablo Iglesias reclamando un referendo de autodeterminación en el Sáhara levantase ampollas, los miembros de Unidas Podemos en el Gobierno de coalición mantuvieron la discreción. Ayer, la ministra de Igualdad, Irene Montero, se limitó a decir que España «siempre estará del lado de las Naciones Unidas y de los derechos humanos». 

Devolución de menores

España está dispuesta a devolver a los menores marroquíes que se encuentran en Ceuta una vez se cumplan los requisitos jurídicos para hacerlo. Así lo aseguró Calvo en respuesta a la orden de Mohamed VI de repatriar a todos los menores no acompañados que su país tiene desperdigados por España y por Europa. «Marruecos dijo con total claridad que quería repatriar a sus menores y nosotros tenemos que hacerlo sabiendo qué niño, qué niña y cuál es su familia de manera escrupulosa», aseguró la número dos del Gobierno español.

En la práctica, el trato a estos menores es cumplir con la normativa europea que prohíbe expulsarlos salvo bajo unas estrictas medidas de seguridad para que sean entregados a sus progenitores, lo que supone que sean reclamados por sus familias, primero, y asegurar, después, que los reclamantes sean sus padres. Y si esto no se cumple, España debe asegurar su bienestar.

No son pocos los analistas que consideran que con su orden, el rey marroquí trata de dejar atrás las impopulares imágenes de menores cruzando solos y «engañados» la frontera de El Tarajal.

En cualquiera de los casos, el Gobierno ha admitido algún error por boca de la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, quien reconoció que «no siempre» se ofreció una atención «de acuerdo a los derechos de la infancia» durante la crisis migratoria en Ceuta.

El PP reclama que González Laya dimita por su «nefasta gestión» 

Redacción

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, reclamó ayer la dimisión de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, por su «nefasta gestión» de la crisis diplomática con Marruecos, informa Efe.

El número dos de Pablo Casado criticó, en una entrevista con TVE, el «oscurantismo» en la salida del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, que abandonó España de madrugada a bordo de un avión medicalizado con destino a Argel, tras rechazar la justicia medidas cautelares en su contra.

Considera el Partido Popular que la gestión del Gobierno acerca de Gali ha sido «nefasta», tanto en la entrada en el país para ser hospitalizado en Logroño por coronavirus, como en la salida.

Los populares atribuyen la «crisis, de primer orden» a la falta de una política exterior clara por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez y consideran que tampoco está dando ahora González Laya una respuesta nítida al desencuentro con Marruecos. El PP defiende que «si Pablo Casado hubiese estado gobernando esto no hubiera ocurrido», pero no aclara qué debe hacer España, en su opinión, después de que Marruecos vinculase la crisis diplomática con la posición acerca del Sáhara Occidental, que está alineada con la de la ONU: buscar una solución política mutuamente aceptable al conflicto en la excolonia española.

El Frente Polisario asegura que el Gobierno español no pidió que su líder dejase el país 

El delegado del Frente Polisario para España, Abdulah Arabi, aseguró ayer que el Gobierno español no pidió la salida de Brahim Gali del país y explicó que el líder saharaui se fue por la ausencia de exigencias de medidas cautelares por parte de la Audiencia Nacional tras prestar declaración ante el juez Santiago Pedraz por dos querellas que presentaron contra él.

En una entrevista en RNE, recogida por Europa Press, Arabi señaló que las acusaciones al líder del Frente Polisario forman parte de una «campaña de propaganda y difamación por parte de Marruecos» que busca «deslegitimar la lucha del pueblo saharaui», y negó que Gali entrara en España con un pasaporte falso. «Estamos tranquilos, hemos dejado que la justicia haga su trabajo», remarcó el delegado.

Gali estuvo ingresado en el hospital San Pedro de Logroño para ser tratado de covid-19 tras ser acogido en España por «razones humanitarias», según el Gobierno. Y pidió el martes el alta de forma voluntaria después de declarar telemáticamente ante la Audiencia Nacional.

Preguntado por las declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump que reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, Arabi explicó que esos «movimientos extraños de Marruecos» responden al objetivo de «intentar implicar» a otros países en el «reconocimiento ilegal» sobre el pueblo saharaui. «Con España eso no ha sido posible, con Europa tampoco, a nivel de las Naciones Unidas tampoco, y eso explica su nerviosismo», zanjó Arabi.

Con todo, el delegado del Frente Polisario recordó que España y la Unión Europea han reiterado que el conflicto «debe resolverse» en las Naciones Unidas y subrayó que esto pone de manifiesto que el derecho internacional es contrario a las declaraciones de Trump y a la presencia de Marruecos en el Sáhara Occidental. Por último, puso en valor que España tiene «una responsabilidad» en el conflicto saharaui.