El teleférico de Mottarone, la nueva pesadilla de Italia tras el covid

valentina saini VENECIA / E. LA VOZ

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El accidente en el que murieron 14 personas conmociona a una sociedad herida aún por la pandemia

02 jul 2021 . Actualizado a las 11:30 h.

Justo cuando empezaba a despertar de la pesadilla de la pandemia del covid-19, con la ciudadanía que volvía a salir y a viajar los fines de semana, Italia ha quedado conmocionada por un tremendo accidente. El domingo 23 de mayo la cabina número 3 del teleférico que conecta el pueblo de Stresa, a orillas del famoso lago Maggiore, con la cumbre de la montaña Mottarone, de la que se abre una de las vistas más bellas de los Alpes, se estrelló causando la muerte de 14 personas; familias y parejas jóvenes que querían pasar un domingo al aire libre. Pero el dolor por la pérdida de vidas se ha convertido muy pronto en indignación. Porque en pocas horas las investigaciones sobre el accidente han desvelado que la terrible tragedia no se habría producido si no se hubiera desactivado el sistema de frenos de la cabina.

Esta, de momento, es la única certeza que han aportado los investigadores del siniestro, junto con la dinámica del accidente: la cabina se encontraba a pocos metros de la estación de llegada cuando se rompió uno de los dos cables a los que estaba sujeta, el de tracción. El sistema de freno de emergencia debería asegurar la cabina al otro cable, el de soporte, impidiendo la caída. Pero el sistema estaba bloqueado por una horquilla: la cabina comenzó a deslizarse hacia abajo a lo largo del cable de soporte ganando una velocidad que alcanzó e incluso pudo haber superado los 100 kilómetros por hora: llegó al pilar y fue catapultada hacia el vacío, se estrelló y rodó por la ladera de la montaña hasta que unos árboles frenaron su caída. Los equipos de rescate solo encontraron dos supervivientes: dos niños, de 5 y 9 años, que fueron trasladados inmediatamente a un hospital de Turín. El mayor de ellos falleció poco después. El pequeño, Eitan, abandonó el pasado martes la unidad de cuidados intensivos.

Indignados y conmocionados

Italia lleva desde el día de la tragedia siguiendo las investigaciones con creciente indignación, y ha habido gran conmoción cuando se ha retirado la prisión preventiva para dos de los sospechosos, y el tercero ha sido puesto bajo arresto domiciliario, el sábado pasado. Este último, el jefe de operaciones Gabriele Tadini, ha confesado haber utilizado las horquillas casi habitualmente durante el último mes para bloquear el mecanismo de emergencia. Algo fallaba en el sistema de freno últimamente, se activaba sin razón aparente provocando interrupciones en el funcionamiento del teleférico. Y una acción de control y mantenimiento habría bloqueado la instalación durante semanas. Junto con Luigi Nerini, administrador, y Enrico Perocchio, director técnico, Tadini está siendo investigado bajo la acusación de homicidio negligente múltiple, lesiones y eliminación de herramientas para evitar accidentes de trabajo.

Al parecer, durante un tiempo todavía por determinar, la cabina había estado funcionando con las horquillas bloqueando el sistema de frenado, en la confianza de que la ruptura de un cable de tracción es un evento absolutamente extraordinario.

Se necesitará tiempo para determinar las responsabilidades de unos y otros en el accidente. Mientras, día tras día, afloran noticias que fomentan la indignación y la consternación entre la ciudadanía italiana. Como el vídeo grabado por un aficionado suizo y difundido por un canal alemán que muestra las famosas horquillas rojas en los frenos del teleférico de Mottarone ya en el año 2014.

Las 14 víctimas que se dejaron la vida en la montaña

Querían subir a Mottarone para pasar un día al aire libre, en la montaña, tras más de un año de restricciones Venían de ciudades del norte de Italia, de Roma e Israel. De los 15 ocupantes de la cabina n.3, solo un niño de 5 años ha sobrevivido, protegido por el abrazo de su padre.

Roberta Pistolato estaba celebrando su 40 cumpleaños con su marido Angelo Vito Gasparro. Vivían en Piacenza, él era vigilante de seguridad, ella médico.

A Silvia Malnati y su novio Alessandro Merlo, respectivamente 27 y 29 años, gustaba hacer excursiones en la naturaleza. Ella trabajaba en una tienda de cosméticos en Milán.

Mohammad Reza Shahaisavandi, un estudiante iraní de 23 años, y su novia Serena Cosentino, de 27, se habían conocido en la universidad, en Roma. Ella acababa de ganar una beca de investigación en el CNR, el Consejo nacional de investigación de Italia.

Amit Biran, 30 años, y su mujer Tal Peleg, 26, llevaban en Italia desde 2018. Tenían dos niños: Tom, 2 años, y Eitan, el único sobrevivido. Con ellos estaban también el abuelo de Tal, Itshak Cohen, 82 años, y su pareja Barbara Koniski Cohen, 71.

Vittorio Zorloni, de 54 años, estaba con su pareja Elisabetta Persanini, 38 años, y su hijo Mattia, de 5 años.