La Casa Blanca pasa a la acción contra la restricción al voto de los republicanos

esperanza balaguer NUEVA YORK / E. LA VOZ

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Donald Trump, durante el mitin en Carolina del Norte
Donald Trump, durante el mitin en Carolina del Norte JONATHAN DRAKE | Reuters

La vicepresidenta se encargará de impulsar una reforma electoral federal

07 jun 2021 . Actualizado a las 08:40 h.

El Partido Republicano ha contraatacado con un número récord de leyes destinadas a restringir el acceso al voto tras su derrota en las elecciones presidenciales con la participación más alta en 120 años. Una tras otra, hasta un total de 22, han sido aprobadas en 14 estados en los primeros cinco meses del 2021, según un recuento del Centro Brennan para la Justicia de la Universidad de Nueva York. Pero la ofensiva conservadora se ha encontrado ahora con la primera embestida de la Casa Blanca.

El presidente Joe Biden aprovechó el martes el centenario de la masacre racista en la localidad de Tulsa (Oklahoma) para pedir al Congreso una ley que proteja el derecho al voto en todo el país y prometió que junio será un «mes de acción» en el Capitolio. «No nos rendiremos», declaró Biden, sobre lo que calificó como «un asalto a la democracia sin precedentes».

Al frente de la respuesta ha puesto a la vicepresidenta Kamala Harris, que se encargará a partir de ahora de liderar las conversaciones con los legisladores, el sector privado y los activistas para reunir apoyos contra el ataque al acceso a las urnas. También para evitar que se aprueben los cerca de 340 proyectos de ley con disposiciones restrictivas pendientes de tramitación en 47 de los 50 estados del país.

Los republicanos alegan que solo tratan de prevenir el fraude electoral, en defensa de la falsa teoría de Donald Trump, con los ojos puestos en las legislativas del 2022, donde aspiran a arrebatar la ajustada mayoría demócrata en la Cámara de Representantes y el Senado. Para la oposición, el objetivo de estas iniciativas es socavar la participación de las minorías que auparon a Biden a la Casa Blanca.

Maniobra en Texas

El golpe en la mesa dado por el presidente venía respaldado por la inesperada acción tomada por los demócratas de Texas tres días antes. Los legisladores progresistas abandonaron poco a poco la Cámara estatal para bloquear la votación de uno de los proyectos de ley más restrictivos presentados en el país. Un gesto sin precedentes, que el gobernador republicano Greg Abbott ha prometido invalidar con la convocatoria de una sesión especial para aprobar las restricciones. De hacerse efectivas, se reducirán las horas matutinas de votación, se endurecerán los requisitos de identificación para el voto por correo, se eliminarán los buzones callejeros y la posibilidad de depositar la papeleta desde el coche, lo que supone eliminar las facilidades que fueron claves para la alta participación de noviembre en plena pandemia.

Sin organismo electoral

EE.UU. carece de una entidad independiente que regule las elecciones en todo el país; la tarea recae en los políticos de cada estado. Del Senado depende ahora dar el visto bueno a la que sería la reforma de la ley electoral de mayor alcance en una generación propuesta por Biden.

La mayoría demócrata en la Cámara Baja aprobó en el mes de marzo el primer trámite de la legislación. Pero el presidente no cuenta con el apoyo de los senadores demócratas Joe Manchin y Kyrsten Sinema, quienes insisten en mantener una regla obstruccionista que permite a los republicanos vetar casi todas las iniciativas legislativas, como han hecho con el plan de infraestructuras o la reforma de la policía. Mientras los republicanos siembran de minas el mapa electoral, con restricciones ya aprobadas en los estados clave de Georgia y Florida, entre otros -sobre todo contra el sufragio por correo, que alcanzó la cifra histórica de más de 100 millones en las pasadas elecciones de noviembre-, en Washington crece la frustración por la incapacidad de acción de gobierno debido al empate en el Senado.

Trump reaparece en un mitin y mantiene el suspense sobre su candidatura para el 2024

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump, reiteró el pasado sábado sus críticas a su sucesor, el demócrata Joe Biden, de quien aseguró que está «destruyendo» al país, y exigió a China una «compensación» económica de 10 billones de dólares por su responsabilidad en la pandemia de covid-19.

En su primer discurso político en tres meses, ante la convención del partido republicano en Carolina del Norte, Trump avivó el suspense sobre si se presentará como candidato a las elecciones presidenciales del 2024.

«Nuestro movimiento está lejos de haber terminado. De hecho, acaba solo de comenzar (...) Nuestro país está siendo destruido ante nuestros propios ojos», declaró el exmandatario en su intervención en la noche del sábado en la ciudad de Greenville. «No soy quien está tratando de socavar la democracia. Soy quien la está tratando de salvar», afirmó el republicano, según recoge la agencia Efe.

Donald Trump, cuyas cuentas en redes sociales como Facebook y Twitter continúan suspendidas a consecuencia del asalto de una turba de sus seguidores al Congreso estadounidense el pasado 6 de enero, continúa con una importante influencia en el partido conservador, con reuniones constantes con líderes republicanos y el respaldo activo de aspirantes a cargos electos.

En su intervención, de más de una hora, el magnate inmobiliario neoyorquino cargó de nuevo contra China a quien considera responsable de la expansión de la pandemia de coronavirus.

A su juicio, apuntó, «ha llegado el momento de que Estados Unidos y el mundo exijan compensaciones económicas al Partido Comunista de China» y se debería «declarar con una sola voz que China debe pagar», agregó. En concreto, cifró estas compensaciones en 10 billones de dólares y llamó a la imposición de aranceles del 100% a las importaciones chinas.

Investigación sobre el virus

El presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró a finales de mayo que ha pedido a los servicios de inteligencia de Estados Unidos que «redoblen sus esfuerzos» para averiguar el origen de la pandemia de covid-19, después de que la teoría de que surgió en un laboratorio de Wuhan (China) ha ganado enteros en las últimas semanas.

Biden aseguró que Estados Unidos y sus socios presionarán a China para que participe en una investigación internacional «completa, transparente y basada en pruebas» y para proporcionar acceso a todos los datos y pruebas relevantes.