Ione Belarra defiende «dejar atrás» el liderazgo de Pablo Iglesias en Podemos

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO COLPISA | MADRID

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La líder de Podemos, Ione Belarra, tras ser elegida como secretaria general del partido.
La líder de Podemos, Ione Belarra, tras ser elegida como secretaria general del partido. Ricardo Rubio | Europa Press

La ministra de Derechos Sociales es la nueva secretaria general con el 88,6% de los votos pero deberá cohabitar con Yolanda Díaz

13 jun 2021 . Actualizado a las 21:16 h.

Podemos ha pasado página este domingo a siete años de hiperliderazgo de Pablo Iglesias. Por primera vez desde su nacimiento en enero del 2014, el partido estará dirigido por una persona distinta, la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, elegida por el 88,69 % de los votos de la militancia como nueva secretaria general. No se esperaban sorpresas y no las hubo en la cuarta Asamblea Ciudadana, celebrada este fin de semana en Alcorcón (Madrid). Todo el aparato de los morados se había volcado con la navarra desde que esta anunció su candidatura. Su lista, de las tres que se postulaban, acaparó también todos los puestos en el Consejo Ciudadano del partido con los ya familiares nombres de Irene Montero, que se mantiene como número dos; Pablo Echenique, Rafa Mayoral, Isa Serra o Noelia Vera, entre otros.

Más allá que los rostros que se repiten, Belarra quiso aclarar en su programa que era necesario «dejar atrás» el liderazgo de Iglesias, aunque continuando su proyecto político. En su primer discurso como secretaria general de Podemos, tuvo un especial recuerdo al exvicepresidente del Gobierno, el gran ausente en la cita, y reconoció que «sin Pablo, Podemos no existiría».

La nueva líder es consciente del reto que tiene por delante, para reorganizar el partido y frenar la sangría de votos que padece desde las generales del 2015, perdiendo en cuatro años la mitad de sus escaños.

Liderazgo bicéfalo

Belarra defendió que Podemos, pese a su delicada situación con un retroceso en las encuestas. debe ser una fuerza ambiciosa y «tiene que crecer para salir a ganar las generales» porque «no nació para gobernar en minoría». Podemos intenta con el cambio en la dirección sacudirse la etiqueta de partido madrileño y se abre a la periferia para intentar frenar el desapego territorial que castiga a los morados.

También se «feminiza» el liderazgo, que pasa a ser bicéfalo, con la ministra de Derechos Sociales en el partido y con la vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, como interlocutora de la coalición Unidas Podemos (de la que forma parte Podemos, Izquierda Unida, Galicia en Común y En Comú Podem) en el Gobierno y próxima candidata a las elecciones generales. Aunque la gallega aún no ha confirmado si se postulará o no, un silencio que inquieta en el partido.

Una de las primeras tareas de la nueva secretaria general será definir el Consejo de Coordinación, la ejecutiva de Podemos, y en el que tendrán un peso destacado las mujeres, como pronostican fuentes del partido. También deberá elegir a un nuevo secretario de Organización, un cargo de calado que el diputado Alberto Rodríguez, que será juzgado en el Supremo por un delito de agresión a un policía, ya avanzó que no optaba a repetir.

La cuestión de la relación que Belarra quiere mantener con el PSOE es otro de los retos, también el de revaluar o no el programa de coalición en función de los fondos europeos. este domingo, en Alcorcón, citó algunas de las prioridades de Podemos, como adelantar la edad de jubilación, subir las pensiones o mejorar las perspectivas laborales de los jóvenes.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, también se comprometió durante su intervención a llevar al Congreso la ley del 'solo sí es sí' «antes del verano» a pesar de las reticencias socialistas.

Primarias sin rivales

Durante el proceso votaron más de 53.443 inscritos del partido. Un dato que supone aproximadamente el 38,5% del censo fijado para estas primarias, que alcanza casi los 139.000 simpatizantes, e implica un nivel de participación levemente inferior al que se registró en Vistalegre III, cuando votaron cerca 59.000 para reelegir entonces a Iglesias.

Con 45.733 apoyos, la candidatura de Belarra no ha tenido rivales de peso y los otros dos candidatos, el crítico Fernando Barredo y el concejal de El Escorial (Madrid) Esteban Tettamanti, lograron 3.106 y 2.730 votos.

El Frente Polisario, una de las delegaciones más aplaudidas

La cuarta Asamblea Ciudadana de Podemos recibió la visita de varias delegaciones internacionales, entre ellas, la del Frente Polisario en la figura de su delegado en España, Abdulah Arabi. En plena crisis diplomática entre Madrid y Rabat por la soberanía del Sáhara Occidental, el representante saharaui elogió el «compromiso y apoyo» del partido morado con su pueblo. También pidió al Gobierno «responsabilidad con el Sáhara mientras no termine el proceso de colonización con el referendo de autodeterminación».

Una de las intervenciones más aplaudidas de la jornada

Además de la participación, vía presencial y telemática, de los representantes de otras confluencias que forman parte de Unidas Podemos, como la de Alberto Garzón (IU) o la de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (En Comú); también intervino el expresidente de Uruguay, Pepe Mújica, que animó a los dirigentes morados a «desplegar la inteligencia para que España no sea de charanga y pandereta».

En el apartado de mensajes internacionales participó la presidenta del Sinm Féin de Irlanda, Mary Lou Macdonald, que destacó la necesidad de colaboración en el ámbito europeo. O el del exlíder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, que instó a la unidad de todas las formaciones de izquierda para «afrontar los retos globales».

Una psicóloga íntima de Irene Montero que ve en el amor el motor de la política

Ione Belarra Urteaga (Pamplona, 1987) no estuvo en la foto fundacional de Vistalegre en el 2014. Para entonces, esta licenciada en Psicología ya era íntima amiga de Irene Montero. Madre de un hijo, se presentó a diputada por Pamplona en el 2015 y en el 2018 saltó a la primera línea al ser designada portavoz de Unidas Podemos en el Congreso durante la baja de Pablo Iglesias e Irene Montero por el nacimiento de sus gemelos.

En el Gobierno de coalición fue nombrada secretaria de Estado. Su perfil duro le ha llevado a ejercer de ariete contra sus aliados socialistas. Los choques con Margarita Robles causaron una pequeña crisis. Ahora tendrá que hacer olvidar a Iglesias con una curiosa receta. «El amor es el motor de la política», dijo hace meses.