El repunte de casos obliga al Reino Unido a aplazar el fin del confinamiento

Juan Francisco Alonso LONDRES / LA VOZ

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Las restricciones vigentes se prorrogan cuatro semanas más

15 jun 2021 . Actualizado a las 09:03 h.

El calendario marcará 21 de junio y los británicos no podrán gritar «¡Libertad!». El repunte de casos que la variante Delta del covid-19 está dejando a lo largo y ancho del Reino Unido ha obligado al Gobierno de Boris Johnson a extender, durante cuatro semanas más, la última fase de su «irreversible» plan para poner fin al confinamiento y a las restricciones sociales vigentes.

El premier atribuyó su giro en U, el enésimo desde que estalló esta crisis sanitaria a principios del 2020, al riesgo que representa la cepa aparecida en la India y, por ello, pidió a sus compatriotas «un poco más de tiempo» para darle a la sanidad pública margen para «vacunar a millones más y salvar miles de vidas que, de lo contrario, se perderían».

La noticia de que el fin del confinamiento se posponía hasta el 19 de julio coincidió con los alarmantes datos hechos públicos este lunes por las autoridades sanitarias: 7.742 nuevos contagios, casi tres veces más que el domingo, cuando se contabilizaron 2.803. En la última semana el número de infectados se elevó un 45 % en comparación con la primera semana de junio. Sin embargo, Boris Johnson admitió que hay zonas del país, especialmente en el noroeste, donde el virus se esparce un 61 % a la semana. Y no solo la cifra de nuevas infecciones está creciendo, sino también la de hospitalizados. Así, en los últimos siete días 1.008 personas terminaron ingresadas, un 15 % más que en el período anterior.

La decisión gubernamental implica que los restaurantes, pubs, cines y estadios deportivos no podrán operar a su capacidad normal, y las discotecas y clubes nocturnos seguirán cerrados hasta mediados del próximo mes. La única restricción que sí se levantará es la que afecta a las bodas, que a partir del día 21 podrán celebrarse con más de 30 personas.

Algo previsible

Johnson admitió que las estadísticas no solo eran esperables, sino «inevitables». ¿El motivo? La decisión de permitir, entre finales de abril y mediados de mayo, la reapertura del comercio, bares, restaurantes y centros de ocio, lo que conllevaba el riesgo de que los contagios se multiplicaran. No obstante, defendió su decisión: «No podemos eliminar el covid-19, debemos aprender a vivir con él», zanjó, asegurando que hoy el país está más protegido gracias a que casi el 80 % de la población adulta ha recibido al menos la primera dosis de la vacuna. Precisamente en el plan de inmunización volvió a poner el premier las esperanzas de la anhelada libertad y, acto seguido, impuso las siguientes metas a la sanidad pública: que para el 19 de julio todos los adultos de más de 40 años tengan la pauta completa y que los más jóvenes hayan recibido ya su primera inyección.

El nuevo cambio de planes le ha valido no pocas críticas a Johnson. El presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, consideró «totalmente inaceptable» que el mandatario no sometiera al Parlamento las modificaciones y el líder opositor Keir Stamer atribuyó a la «patética» política fronteriza del Gobierno que al país haya llegado a la variante Delta.