La confesión del detenido permite hallar el cuerpo de Wafaa, la joven desaparecida en Valencia en el 2019

J. Martínez, A. Talavera VALENCIA / COLPISA

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Agentes de la Guardia Civil trasladan a David S.O., de 30 años, detenido en relación con la desaparición, en noviembre de 2019, de la joven de 21 años Wafaa Sebbahe
Agentes de la Guardia Civil trasladan a David S.O., de 30 años, detenido en relación con la desaparición, en noviembre de 2019, de la joven de 21 años Wafaa Sebbahe Biel Aliño

El asesino admitió que la arrojó a un pozo en una finca familiar

18 jun 2021 . Actualizado a las 10:24 h.

Casi dos años después, la desaparición de Wafaa Sebbah, la joven argelina de 17 años que se esfumó en La Pobla Llarga (Valencia), ha terminado en tragedia. Los gritos desgarrados de una madre, rota tras meses velando por dar con su hija, recorrían este jueves la calle Carlos Roda de este municipio situado a 60 kilómetros de Valencia y epicentro del dolor. La Guardia Civil localizó a mediodía su cadáver en un pozo tras la confesión del autor del crimen, David D., quien indicó a los investigadores el lugar donde arrojó el cuerpo de la joven tras matarla hace un año y medio.

Los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil de Valencia rescataron los restos en presencia del juez de guardia y del hombre detenido por la desaparición y muerte de la chica.

Este jueves, su búsqueda comenzó en una finca del abuelo del arrestado. El posicionamiento del móvil del sospechoso apuntaba a ese lugar como uno de los posibles de la ubicación del cuerpo de la víctima. Un grupo numeroso de agentes de la Comandancia de Valencia y de la Unidad Central Operativa (UCO) inspeccionaron el terreno con un georradar y perros adiestrados en la detección de restos cadavéricos.

El acusado no colaboró en primera instancia con los agentes. Esquivo, lo negaba todo. Los investigadores trasladaron al sospechoso a primera hora de la mañana, desde el cuartel de la Guardia Civil, a la parcela situada en la urbanización Puig Gros. Aunque el presunto homicida no habló el miércoles, cuando fue interrogado por la desaparición de la joven argelina, los agentes sospecharon desde el primer momento que David había matado a Wafaa y enterrado su cadáver en la parcela familiar. De hecho, examinaron este jueves varios campos, buscando lugares con tierra removida donde el sospechoso podría haber enterrado el cuerpo.

Las sospechas no iban desencaminadas. Los especialistas usaron varias estrategias para ablandar al sujeto. Trabajaron su psicología hasta derrumbar su armazón. Le dejaron ver a su madre. Después de ese encuentro, el detenido confesó. «No estáis buscando en el sitio bueno. Os diré dónde está la chica», pronunció. Y llevó a los investigadores hasta una parcela de la familia materna. Allí, David señaló un pozo. En su oscuridad, los restos de Wafaa.

El mismo día de la desaparición

La Guardia Civil cree que el crimen tuvo lugar el mismo día que desapareció la joven: el 17 de noviembre del 2019. El detenido tiene antecedentes por violencia de género y había acosado a Wafaa, presuntamente, para mantener relaciones sexuales con la chica, pero ella no accedía a las pretensiones de David. Un equipo conjunto formado por agentes de la UCO y del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia asumió el caso desde el principio. Los especialistas comprobaron que el móvil de la joven comenzó a funcionar varios días después de su desaparición, al conectarse a una zona wifi de un centro comercial de Carcaixent, un pueblo al sur de Valencia y cercano a la Pobla Llarga. La pista no arrojó luz sobre el paradero de la chica, pero sí sirvió para que los investigadores pudieran descartar a un sospechoso que había vendido el teléfono.

La Guardia Civil siguió realizando indagaciones hasta obtener pruebas que colocaron el foco sobre David, con las primeras hipótesis en torno a sus mensajes de acoso. Y la triangulación GPS de su teléfono lo situó muy cerca del último lugar donde dejó de funcionar el móvil de Wafaa, concretamente la estación de tren de Xàtiva. Los agentes sumaron los mensajes de acoso. El hilo de la madeja criminal se fue desenredando con una investigación lenta pero concienzuda, hasta dar con los huesos de Wafaa en el fondo del pozo. La Justicia espera ahora a su homicida.