Sánchez fía definitivamente la legislatura al avance en la negociación con la Generalitat

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, este miércoles, a su llegada al pleno del Congreso.
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, este miércoles, a su llegada al pleno del Congreso. EMILIO NARANJO

Los indultos y la mesa de diálogo pactada con Pere Aragonés cierran la puerta a la geometría variable y dejan la gobernabilidad en manos de ERC

01 jul 2021 . Actualizado a las 09:32 h.

La decisión de Pedro Sánchez de conceder el indulto a los presos del procés, su posterior reunión en la Moncloa con el presidente catalán, Pere Aragonés, y el debate de este miércoles en el Congreso consolidan definitivamente su apuesta de fiar su mayoría parlamentaria al mantenimiento del apoyo de ERC. Un paso arriesgado que supone condicionar la estabilidad de la legislatura a los avances en la mesa de negociación con la Generalitat a partir de septiembre. Avances que no dependen solo de ERC, sino también de JxCat e incluso de la CUP. Pero que, si se saldan con acuerdo, afianzarán la mayoría de la investidura.

FIn de la geometría

No hay mayoría alternativa. Los indultos y la reactivación de la mesa de negociación bilateral cierran definitivamente la puerta a la geometría variable en el Congreso por la que había apostado Sánchez y que puso en práctica en momentos puntuales como la quinta prórroga del estado de alarma, aprobada gracias a la suma de los votos de Ciudadanos y del PNV, junto a los partidos pequeños, y sin contar con el apoyo de ERC. Reunió entonces 177 votos a favor, uno por encima de la mayoría absoluta. Pero esa vía está ahora cegada.

ERC hace valer sus votos

Las advertencias de Rufián. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, dejó claro a Sánchez que a partir de ahora depende para todo de su partido. En el Gobierno cayó como un jarro de agua fría que tras los indultos Rufián le dijera a Sánchez que no los concedía por «valentía» sino por «necesidad». Este miércoles, ese desafío fue incluso más claro. Dijo que era cuestión de «matemáticas» y, frente a la negativa de Sánchez a cualquier referendo que implique la independencia, indicó que ya le han forzado a aprobar los indultos y es cuestión de «tiempo» que le obliguen a cambiar de opinión sobre la consulta si no quiere quedar en minoría.

El reto del presupuesto

Pendientes de los avances en las mesas. El avance en los dos foros, la comisión bilateral para pactar mayores inversiones del Estado en Cataluña, y la mesa de negociación sobre «el conflicto», serán claves para que la legislatura no entre en vía muerta. En septiembre, coincidiendo con la reapertura de la mesa, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, presentará unos nuevos Presupuestos. Sánchez necesitará ofrecer algo concreto a ERC en esa mesa, lo que no hizo con Aragonés este martes en la Moncloa, para poder sacarlos adelante. Pero también el PNV encarecerá su imprescindible apoyo presentando una reforma del Estatuto vasco. En este caso, se trata de reforzar su papel decisivo para Euskadi frente a EH Bildu. El PNV tiene seis escaños, y los de Otegi, cinco. Ambos apoyaron las pasadas cuentas. Pero con uno de ellos le bastaría a Sánchez si mantiene el respaldo de ERC. Si los republicanos se apartan, Sánchez podrá seguir, pero prorrogando los Presupuestos del 2021.

Cambios en el Gobierno

Iceta apunta a vicepresidente. Tras el desgaste que han supuesto los indultos, Sánchez prepara una remodelación de su Gobierno. Si no es inmediata, se dejaría ya para septiembre, porque hacer cambios y diluir su efecto con las vacaciones no tendría sentido. El alcance de esa remodelación dará también pistas sobre el grado de convicción de Sánchez a la hora de lograr acuerdos con la Generalitat. Si, como se prevé, el catalán Miquel Iceta sube en el escalafón, sin descartar incluso que sea nombrado vicepresidente, será una apuesta clara por un acuerdo con la Generalitat que derive en algún tipo de referendo en Cataluña a medio plazo. No de independencia, pero sí sobre una amplia reforma del Estatuto y sobre un nuevo encaje de Cataluña en España. Algo que ataría la alianza con los independentistas no solo para esta legislatura, sino también de cara al futuro, porque obviamente el PP no respaldaría el posible acuerdo que se alcance.

Cohesión en el Ejecutivo

A la espera de Belarra. El mantenimiento de la cohesión en el Gobierno de coalición es todavía una incógnita. Yolanda Díaz la ha mejorado respecto a los tiempos de Pablo Iglesias. Pero, a medida que Ione Belarra se consolide como líder de Podemos, tratará de marcar perfil propio, empujando en aras de un referendo pactado en Cataluña y presionando a Sánchez para que cumpla con la agenda social del pacto de Gobierno. Y lo hará en un momento en el que Sánchez necesita aplicar reformas estructurales para cumplir con los compromisos asumidos para recibir los fondos europeos.