Estados Unidos entrega su principal base en Afganistán tras dos décadas de guerra

BABER KHAN SAHEL KABUL / EFE

ACTUALIDAD

La fortificada base Bagram fue el centro de los ataques aéreos contra los talibanes.
La fortificada base Bagram fue el centro de los ataques aéreos contra los talibanes. MOHAMMAD ISMAIL | Reuters

El Ejército local toma el control del aeródromo en plena escalada de la violencia

02 jul 2021 . Actualizado a las 21:13 h.

Estados Unidos dejó este viernes la base aérea de Bagram, su principal instalación militar en Afganistán, en manos de las fuerzas afganas, un paso crucial en la fase final de la retirada de las fuerzas internacionales, mientras crece la violencia en el país. La fortificada base Bagram, símbolo del poder militar de Estados Unidos en Afganistán desde el principio de la invasión militar en el 2001, ha sido clave en la estrategia de Washington durante dos décadas de conflicto como centro de los ataques aéreos contra los talibanes.

«Todas las fuerzas de la coalición ya salieron de Bagram», confirmó a Efe un alto oficial de las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán. Washington no se ha pronunciado oficialmente sobre la retirada. Un portavoz del Ministerio de Defensa afgano indicó que «las tropas de la coalición y las estadounidenses partieron de la Base Aérea de Bagram» dejando la instalación militar en manos de las Fuerzas de Seguridad y Defensa Nacional afganas (ANDSF).

La toma del mando de la base aérea, ubicada a unos 70 kilómetros al norte de Kabul, forma parte del proceso de transferencia acordado con Estados Unidos para la retirada total de las tropas internacionales del país. Aunque el proceso de evacuación de las tropas prevé completarse en septiembre, la salida de los estadounidenses del aeródromo de Bagram marca un momento histórico para el fin de una era.

Evacuación de las tropas

Según lo planeado, las fuerzas estadounidenses y de la OTAN entregarían a Afganistán todo el equipo e instalaciones militares «transferibles» antes de la evacuación total de sus soldados, iniciada el pasado 1 de mayo. Las fuerzas occidentales han ido entregando gradualmente todas sus bases en Afganistán, conservando para el final sus principales fuertes, la base de Bagram, entregada ayer y, aún pendiente, la base de Kabul, que ha servido hasta ahora como base de la OTAN. La reducción de las tropas de la Coalición ha coincidido con un aumento de las ofensivas de los talibanes y su avance sobre los territorios. Desde el comienzo de la retirada, los insurgentes han capturado casi 80 de los 407 distritos a las fuerzas gubernamentales.

El paso dado por EE.UU.. fue celebrado ayer por los talibanes, que calificaron la salida como «un buen paso» para la paz en el país. «Creemos que es un buen paso para todos los afganos y allana el camino para instaurar y mantener la paz. La salida de todas las fuerzas extranjeras del país es beneficiosa tanto para Estados Unidos como para los afganos», dijo el principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid.

La guerra de Afganistán, la más larga de la historia de Estados Unidos, comenzó en octubre del 2001 con la misión de dar caza al líder de Al Qaida Osama Bin Laden, el «cerebro» de los atentados terroristas del 11 de septiembre de ese año, que murió en una operación militar norteamericana en Pakistán en el 2011.