Sanidad desoye a sus expertos y rechaza cerrar los locales de ocio nocturno

Melchor Sáiz-Pardo COLPISA / MADRID

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Cataluña ha decidido cerrar del ocio nocturno
Cataluña ha decidido cerrar del ocio nocturno Pau Venteo

El ministerio niega que haya presentado una propuesta a las comunidades con estas medidas, pero el documento se envió con esos puntos a las consejerías de las autonomías

06 jul 2021 . Actualizado a las 20:19 h.

La Ponencia de Alertas que coordina el departamento de Fernando Simón ha emitido una propuesta para cerrar el ocio nocturno y contener la incidencia del covid entre la población joven - la más afectada por esta quinta ola- que horas después ha sido desautorizada por el propio Ministerio. Los técnicos aconsejaban recuperar también el toque de queda, lo que haría necesario un nuevo estado de alarma. En ese documento, que estaba previsto que se presentara en la Comisión de Salud Pública de este martes por la tarde, los expertos aconsejaban a las comunidades el inmediato cierre de todos los locales de ocio nocturno como medida de choque para tratar de contener la creciente ola de contagios entre las franjas de edad más jóvenes y que, por ende, están prácticamente sin inmunizar.

Tras difundirse la propuesta técnica, el Ministerio de Sanidad comunicó que en la reunión de la Comisión de Salud Pública, con representación de todas las comunidades autónomas, no se trasladó ninguna de esas dos medidas, si bien hay constancia de que ese documento sí que se compartió con las comunidades autónomas con los citados puntos. El ministerio insiste en que los directores generales de Sanidad «han intercambiado información sobre la situación epidemiológica de sus territorios y se han revisado las recomendaciones que se recogen en los documentos de Actuación de respuesta coordinada para el control de la transmisión del covid-19».

La Ponencia de Alertas del departamento que dirige Carolina Darias apostaba en su documento por la clausura «urgente» de todos los locales nocturnos con independencia de la incidencia de la zona donde estén ubicados, y también abogaba por recuperar el toque de queda, una medida que obligaría a que el Gobierno central aprobara un nuevo decreto de estado de alarma, ya que el Tribunal Supremo ha dejado claro que no cabe la limitación del derecho a la libertad de movimiento amparándose solo en la actual normativa sanitaria.

Los especialistas del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) insisten en que, al menos, habría que «valorar» la «instauración de limitaciones de horario nocturno para la movilidad», aunque no mencionan expresamente la necesidad de decretar un nuevo estado de alarma similar al que decayó el pasado 9 de mayo y que fue el que permitió a las autonomías prohibir a sus ciudadanos salir a la calle de madrugada.

Recuperar el toque de queda

Este mismo martes, Castilla y León anunció que pedirá al Gobierno de Pedro Sánchez que le permitiera recuperar el toque de queda entre la 1 y la 6 de la madrugada. Sin embargo, poco después, y antes de conocerse la propuesta de la Ponencia, el ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, negó que el Gobierno se estuviera planteando retomar esa figura.

El borrador de los técnicos de Sanidad, al que ha tenido acceso La Voz, se centraba básicamente en medidas de restricción de la hostelería, ya que también abogaba por «limitar el horario nocturno en los interiores de aquellos establecimientos en los que no se puedan garantizar el cumplimiento de las medidas de prevención», tales como bares o restaurantes.

La Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta ponía igualmente el foco en los «eventos multitudinarios» y reclamaba directamente su prohibición «si no se pueden garantizar el cumplimiento de las medidas de prevención».

El documento entregado a las comunidades insistía en la urgencia de poner en marcha estas medidas de restricciones al ocio y los movimientos nocturnos porque aunque la presión hospitalaria todavía se mantiene en niveles asumibles, la virulencia de la esta nueva embestida del virus podría desbordar el sistema por mucho que la gran mayoría de los afectados sean jóvenes.

Pese a que el aumento de incidencia está ocurriendo por ahora sobre todo en población joven, «la velocidad con la que está ocurriendo dicho incremento, su magnitud y la posible afectación de franjas de edad más avanzada, puede tener también un impacto a nivel hospitalario», señala el documento redactado por el equipo de Fernando Simón, quien ya el lunes había abierto la puerta a un endurecimiento de las medidas, aunque no dejó entrever que fuera tan inmediato.

La Ponencia de Alertas quería instar a Sanidad a abrir el debate sobre el toque de queda y el endurecimiento generalizado de las restricciones solo horas después de que gran parte de las autonomías, sobre todo las más afectadas por los fortísimos repuntes de casos entre los más jóvenes, se quejaran al Gobierno central de la falta de «arsenal normativo» sin estado de alarma para tratar de contener la nueva oleada.

Las comunidades echan el freno

Las comunidades más afectadas por los repuntes de lo que parece la quinta ola de la pandemia ya han comenzado a echar el freno a su desescalada mientras el resto de autonomías prometen «contundencia» si los datos no mejoran.

Pero los técnicos autonómicos en diferentes encuentros informales durante los últimos días previos al Consejo Interterritorial de este miércoles ya vienen advirtiendo de que su arsenal normativo para enfrentar esta nueva embestida del virus es «extremadamente limitado» sin la vigencia del estado de alarma que expiró el pasado 9 de mayo.

De hecho, los gobiernos autonómicos solo tienen en su mano dos herramientas: la posibilidad de aumentar las restricciones en los locales o espacios públicos (como puede ser fijar aforos y horarios más estrictos o incluso el cierre de la hostelería, el ocio nocturno o los festivales); o los confinamientos perimetrales quirúrgicos de pequeñas zonas o municipios por tiempo limitado.

Y no hay nada más. Si el Ejecutivo central no declara un nuevo estado de alarma, algo que descartan de manera tajante en Moncloa (al menos por ahora), los gobiernos autonómicos no pueden imponer otras medidas para tratar de atajar el principal problema de estas dos últimas semanas: el crecimiento exponencial de los contagios entre los más jóvenes. Armas como el toque de queda aunque fuera solo en las localidades más afectadas o la limitación de las reuniones sociales están vetadas desde principio de junio por el Tribunal Supremo, que dictaminó que sin una legislación de excepción no cabe una restricción de derechos fundamentales de este calibre.

Cierres perimetrales

El Supremo sí que ha dado luz verde a los confinamientos perimetrales reducidos, siempre que estén muy motivados y sean por tiempo muy limitado. Esta herramienta por el momento solo Extremadura ha decidido usarla para aislar las localidades de Malpartida de Plasencia y Torrejoncillo.

El resto de las comunidades, con problemas de incidencia no localizados en pequeños núcleos confiables, están apuntando exclusivamente a la hostelería como hoy mismo ha hecho Cataluña, que ha decretado el cierre del ocio nocturno en espacios cerrados desde el viernes y durante dos semanas.

Navarra, con los Sanfermines suspendidos por segundo año consecutivo, ya ha adelantado entre el 7 y el 20 de julio el cierre del ocio nocturno a la 1 de la madrugada. El Govern Balear, probablemente uno de los más favorables a las restricciones durante toda la pandemia, se ha tenido que limitar a fijar aforos máximos en locales de ocio y restauración en algunas zonas: 100 personas en el interior y 200 en el exterior. Además ha fijado la ocupación máxima de las mesas de 6 personas en el interior y 10 en el exterior.

Cantabria, con incidencias que superan ampliamente el millar de casos entre 100.000 habitantes entre los grupos de jóvenes, solo ha podido actuar contra el ocio nocturno, cerrando desde el pasado viernes los establecimientos en 16 localidades, entre ellas Santander y Torrelavega durante 14 días, pero sin poder impedir las reuniones sociales de jóvenes y adolescentes en domicilios privados o en espacios públicos siempre que no se consuma alcohol.

En Valencia, Ximo Puig, ha prometido «contundencia, como siempre» si se desbocan los datos, pero no ha especificado qué medidas podría implementar más allá de las limitaciones de aforo y horarios a la hostelería o los cierres quirúrgicos de barrios o municipios, siempre sometidos al aval de los tribunales.

En términos muy similares se ha manifestado el presidente de Murcia, Fernando López Miras, que ha dicho que ahora mismo «está encima de la mesa cualquier posibilidad» en el caso de que los contagios «se descontrolen», aunque sus propios técnicos son los que desde mayo vienen advirtiendo de que sin estado de alarma hay muy poco margen de actuación.

Euskadi, Andalucía o Castilla y León están también en el grupo de autonomías que han anunciado que estudian medidas para tratar de atajar los repuntes, pero las recetas que están poniendo encima de la mesa sus especialistas son casi idénticas a las ya implementadas por otras comunidades. Hoy Castilla y León elevó una propuesta al comité de crisis para cerrar el ocio nocturno hasta las 2, al tiempo que anunció que pedirá al Gobierno central un nuevo estado de alarma para imponer el toque de queda de 1 a 6 de la madrugada.

Vacunas

 Con esta limitación del arsenal normativo, las autonomías echan el resto en la vacunación. Por un lado, tratando de rellenar todos los huecos de las agendas para llegar cuanto antes a inocular a los grupos más jóvenes. Hoy mismo Madrid y Euskadi anunciaron la inminente citación hasta los 16 años, una táctica que otras autonomías ya han activado o esperan poder comenzar en breve.

Por otro lado, recortando los plazos para la inoculación de las segunda dosis de AstraZeneca a los sexagenarios, que se han convertido en el grupo más vulnerable por la espera de las 12 semanas entre los dos pinchazos de esta fórmula. Nueve comunidades -Madrid, Cataluña, Navarra, Galicia, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Baleares, Comunidad Valenciana y Andalucía- ya han optado por adelantar el segundo pinchazo.

 Las propuestas del documento

  • Cerrar los locales de ocio nocturno.
  • Limitar el horario nocturno en los interiores de aquellos establecimientos en los que no se puedan garantizar el cumplimiento de las medidas de prevención.
  • Suprimir la celebración de los eventos multitudinarios si no se pueden garantizar el cumplimiento de las medidas de prevención. La organización de estos eventos deberá estar sujeta a las recomendaciones incluidas en el documento de Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de COVID-19.
  • Garantizar la disponibilidad de hoteles u otros recintos para la correcta realización de cuarentenas y aislamientos cuando no se pueda garantizar la realización de manera adecuada en su domicilio
  • Valorar la realización de cribados en grupos de población de interés tras una valoración del riesgo desde Salud Pública según la situación de cada territorio. Algunos ámbitos a valorar podrían ser grupos de edad definidos (jóvenes) aprovechando el momento de la vacunación o de forma estratégica ante determinados brotes o en determinados ámbitos.
  • Valorar la instauración de limitaciones de horario nocturno para la movilidad
  • Reforzar los equipos implicados en las actuaciones de prevención y control de la transmisión, especialmente de Salud Pública y atención primaria, incluido el apoyo del ejército para tareas relacionadas con la gestión de contactos.