«Soy la primera madre con baja de paternidad»

Carme D. Prol / S.F.

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MIGUEL VILLAR

Es pionera en España. Después de tener a su hija mediante un proceso de fecundación in vitro, Adriana consiguió disfrutar del mismo tiempo con ella que las familias biparentales, gracias a una sentencia en el juzgado de Ourense

11 jul 2021 . Actualizado a las 21:17 h.

Adriana es madre soltera, su hija nació en septiembre del 2020 y desde que la tuvo en brazos supo que quería pasar con ella todo el tiempo posible. Adriana es profesora de educación infantil en un colegio de Ourense, así que, como cualquier madre trabajadora, se planteó pedir la baja de maternidad que le correspondía: 16 semanas. Sin embargo, el hecho de afrontar la maternidad en soledad le hizo darse cuenta de que estaba en desventaja con respecto a las familias biparentales, en las que los hijos pueden estar atendidos por sus progenitores durante el doble de tiempo. Esta situación la llevó a iniciar un proceso ante los tribunales con el fin de que se reconociese el derecho de las familias monoparentales a disponer de la misma baja de maternidad y paternidad que cualquier otra familia. «Gané la sentencia en primera instancia para que mi hija pudiera disfrutar de las semanas de cuidado el mismo tiempo que lo disfrutan las hijas de familias biparentales y de este modo he podido sumar cuatro meses más en casa para atenderla», cuenta Adriana mientras apura los últimos días de permiso.

Para ella todo este proceso fue «una traba tras otra». «En familias con dos progenitores se pueden repartir las semanas de baja o se pueden compaginar para cuidar al bebé. Yo ya había intentado juntar lo máximo: 16 semanas, el mes de vacaciones, las horas que me correspondían por lactancia, pero aun contando con este tiempo, me tenía que incorporar cuando mi hija tenía tan solo cinco meses y medio», indica. «En ese momento empecé a trabajar de nuevo, pero al cabo de un mes conocí la resolución de la sentencia que me daba la razón y pude volver a atender a mi hija», apunta Adriana. «Es increíble, en Galicia, con la escasísima natalidad que tenemos, no hacen nada para facilitar que compaginemos la vida laboral con la crianza. En mi opinión, esta falta de niños está relacionada directamente con la poca implicación de los Gobiernos. Las madres estamos siempre en una lucha constante y sometidas a una precarización», denuncia.

Adriana es la primera mujer en España que ha conseguido disfrutar completamente de la baja de paternidad, pero no es la única que lo ha reclamado. Hay más de cien madres que han denunciado esta situación en distintos juzgados de todo el país, con el apoyo de la asociación Madres Solteras por Elección.

La primera sentencia sobre este tema fue resuelta en el País Vasco en el 2020, aunque no llegó a tiempo porque la hija de esta madre ya tenía más de un año de vida cuando se resolvió. Ahora, Adriana y otras madres esperan la última palabra del Tribunal Supremo con la esperanza de un resultado favorable para todas las que están en esta misma situación. «Contamos con que nos dé la razón, en realidad lo que pedimos no es más que los derechos de nuestros hijos y, por el momento, tenemos confianza porque la mayoría de sentencias que están saliendo en España están siendo estimadas», dice Adriana. Sin embargo, el objetivo de todas es que las futuras madres no tengan que pasar por la vía judicial, como le ha sucedido a esta ourensana: «Lo que buscamos es un cambio legislativo».

La lucha de Adriana por su maternidad comenzó hace cinco años, cuando decidió iniciar un proceso de reproducción asistida. Ella tenía 29 años -ahora ya ha cumplido los 34- y acudió a la sanidad pública, ya que en Galicia es posible acceder a tratamientos de reproducción como la inseminación o la fecundación in vitro sin necesidad de tener pareja. «Fue un proceso largo, en total cinco años, lo que se hace más tedioso es sobre todo la espera», ya que pueden pasar años desde que entras en la lista de espera hasta que consigues el embarazo.

Un camino de obstáculos

Sobre la estigmatización o los prejuicios a los que se enfrentan las madres solteras, Adriana señala que las cosas evolucionan pero hay muchos comentarios desafortunados que aún tuvo que aguantar, tanto en el ámbito sanitario como en el privado. En la clínica nunca le preguntaron sobre su decisión pero sí le recalcaban el riesgo de que tuviese un embarazo múltiple, «me preguntaban si era consciente del trabajo que podía suponer eso», señala. En los años que duró este proceso, Adriana se encontró con comentarios sobre «por qué no esperaba un poco más a ver si encontraba a otra persona» o «si había decidido retrasar el amor por malas experiencias». En la vida personal, «tienes relaciones con hombres y se ofrecen independientemente de las consecuencias. Esta es una decisión muy meditada que yo he tomado y quiero iniciar el proceso sola, no es que aparezcas tú en el camino y me vengas a salvar cual príncipe. Mi familia no va a estar desestructurada por no tener una figura masculina».

Adriana destaca que es una decisión totalmente personal y «muy meditada que no se toma a la ligera por no creer en el amor, como dice la gente».

Ahora, ella y su hija disfrutan de los meses de verano, después de haber conseguido una sentencia que, a la espera del resultado final definitivo, abrirá el camino a futuras madres solteras.