Yolanda Díaz no descarta «en absoluto» hacer cambios en las carteras de Podemos

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / MADRID

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La nueva vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en el acto de toma de posesión del nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.
La nueva vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en el acto de toma de posesión del nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. BALLESTEROS

La nueva vicepresidenta segunda del Gobierno afirma que «cada una de las partes» del Ejecutivo debe manejar sus «tiempos»

13 jul 2021 . Actualizado a las 09:18 h.

La amplia remodelación del Gobierno ejecutada por Pedro Sánchez ha dejado intacta la parcela de Unidas Podemos, que conserva a sus cinco ministros en la coalición, sin ceder carteras y sin cambiar ningún nombre. La formación morada ha preferido mantener su autonomía en el Ejecutivo acogiéndose a lo reflejado en el pacto de Gobierno firmado con el PSOE, antes que abordar una reorganización de su sector acompasada a la de Sánchez. Pero eso no quiere decir que Unidas Podemos descarte hacer también cambios en sus ministerios. «En absoluto», respondió este lunes la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, al ser preguntada al respecto.

Unidas Podemos prefiere marcar sus tiempos políticos para abordar los relevos porque, entre otras cuestiones, la formación está pendiente de recuperar la estabilidad y de asentarse tras el giro total que supuso el abandono de la vicepresidencia segunda del Gobierno y de la secretaría general de Podemos por parte de Pablo Iglesias. Díaz, que no milita en la formación morada, sustituyó al fundador como referencia de Unidas Podemos en el Ejecutivo, mientras que Ione Belarra asumió el liderazgo del partido y el ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 que llevaba el propio Iglesias. Un modelo complejo de bicefalia que puede complicarse aún más por el hecho de que el deseo manifestado por el exsecretario general de Podemos es que Yolanda Díaz sea la candidata de Unidas Podemos a la presidencia del Gobierno.

«La política es dialéctica y siempre hay que dar nuevas respuestas. Nosotros acabamos de remodelar en un cincuenta por ciento nuestra representación en el Ejecutivo y ya veremos lo que pasa de aquí en adelante», señaló ayer Díaz, en referencia a los «cambos relevantes» que supusieron, a su juicio, su ascenso desde el Ministerio de Trabajo a la vicepresidencia del Gobierno -primero tercera y ahora segunda- y la entrada de Belarra en el organigrama de Moncloa.

 No habla de la posible reducción

«Manejemos los tiempos cada una de las partes», planteó Díaz, para dejar clara la plena autonomía de su formación. «Han de entender que nosotros la parte de Unidas Podemos la remodelamos en la mitad de su composición hace cuatro meses», insistió. La número tres del Gobierno, a la que Sánchez comunicó su remodelación antes de hacerla pública, no quiso desvelar si el presidente del Ejecutivo le había ofrecido reducir el número de ministerios de su formación en el marco de un adelgazamiento general de la cifra total de carteras en el Gabinete, que finalmente no se ha producido.

La autonomía de Podemos en el Gobierno ya quedó clara cuando Iglesias decidió unilateralmente salir del Ejecutivo y propuso a Sánchez tanto el ascenso de Díaz como la entrada de Belarra. La posibilidad de que Díaz aborde a medio plazo una remodelación en su parcela de ministros reforzaría su imagen de autoridad e independencia, aunque formalmente los cambios deberían ser decididos por Sánchez.

Iglesias sigue mudo y Pablo Echenique reaparece como el ala dura del partido morado

Lo que opina Pablo Iglesias sobre la remodelación del Gobierno llevada a cabo por Pedro Sánchez es una incógnita. El exvicepresidente segundo del Ejecutivo mantiene un silencio público absoluto desde que decidió abandonar la política tras el batacazo electoral sufrido en las elecciones madrileñas, en las que fue el candidato de Unidas Podemos y dejó a su partido como quinta fuerza de la Comunidad, con 10 escaños, ampliamente doblado por Más Madrid, la formación de su antiguo número dos, Íñigo Errejón, que logró 24.

El hermetismo de Iglesias llega al punto de que en su cuenta de Twitter, en la siempre fue muy activo, los dos últimos mensajes son del 4 de mayo, día de las elecciones madrileñas. Uno de ellos con la anacrónica afirmación de que «la gente ha entendido la importancia de estas elecciones y que nos jugamos pararle los pies a la mentira y al odio de la extrema derecha. Hoy va a haber una enorme lección democrática».

Otro que había rebajado mucho su grado de exposición pública a través de las redes desde la salida de Iglesias era el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique. Este lunbes, el que fue secretario de organización del partido reapareció sin embargo para representar la línea dura de la formación en la coalición del Gobierno frente a la posición de Yolanda Díaz, que elude cualquier confrontación pública con el PSOE y prefiere dirimir cualquier discrepancia en privado hablando personalmente con Pedro Sánchez.

Aunque dijo querer ser «prudente» y «respetuoso» con el socio de coalición a la hora de valorar los cambios en el Ejecutivo, que enmarcó en el proceso congresual que los socialistas abordarán en octubre, Echenique afirmó que, a pesar de los relevos en el Gobierno, en el seno de la coalición seguirá habiendo «debate» y negociaciones «difíciles». Su explicación sobre por qué Unidas Podemos no ha querido hacer cambios en sus carteras aprovechando la crisis abierta por Sánchez coincidió sin embargo con la de la vicepresidenta segunda.

 «Diferencias» con Calvo

Según Echenique, hace poco hubo ya una remodelación «profunda» con la salida de Pablo Iglesias tras siete años de liderazgo al frente de su espacio político, aunque en realidad su dimisión como vicepresidente segundo solo generó un cambio mínimo en el Gobierno con la entrada de Ione Belarra.

Sobre la salida de Carmen Calvo de la vicepresidencia primera, señaló que la tiene aprecio aunque sus «diferencias políticas» eran «públicas». Lo que no ha sentado bien en la formación morada, aunque Echenique no dijo nada al respecto, es la salida de Iván Redondo, que era su interlocutor cada vez que surgía un conflicto.