El documental que cambiará tu visión sobre la crisis del agua

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El documental muestra algunas familias afectadas por fenómenos extremos como inundaciones
El documental muestra algunas familias afectadas por fenómenos extremos como inundaciones PBS

La serie «La importancia del agua» retrata la influencia de la molécula más importante que existe y la grave situación a la que se enfrenta

24 jul 2021 . Actualizado a las 09:55 h.

Hay una característica que convierte a la Tierra en el planeta más valioso del universo conocido: el agua líquida. En otros mundos existe en estado gaseoso y sólido, pero solo aquí se presenta en forma de océanos, ríos y mares. No existe una sustancia más importante en la naturaleza. La serie H2O: la importancia del agua (Movistar +) resume en tres episodios la historia y la influencia que ha tenido en el desarrollo de los seres vivos y las civilizaciones. También advierte sobre cómo la crisis climática amenaza la seguridad de este recurso vital para la humanidad.

El capítulo Vida narra la estrecha relación que existe entre la molécula y la aparición de los seres vivos en un planeta que en sus inicios era literalmente un infierno. Hace unos 4.300 millones de años la atmósfera estaba compuesta por dióxido de carbono. En algún momento, las rocas y los minerales liberaron vapor de agua que se enfrió, formando nubes y originando las primeras lluvias que se acumularon formando los océanos e iniciando el ciclo natural más relevante de la Tierra. Apareció en el momento decisivo ya que las altas temperaturas amenazaban con evaporarla por completo. Además, la naturaleza contaba de repente con una sustancia muy disolvente, algo que provocó que los mares primigenios produjesen lo que lo ciencia llama «sopa de elementos químicos» dispuestos a interactuar. Fue la molécula de agua la encargada de convertir la química en biología, creando la vida.

El episodio Civilizaciones se centra en la historia sobre cómo el ser humano evolucionó a orillas de los ríos y fuentes de agua dulce, que representa únicamente el 1 % de toda la que hay disponible en el mundo. Desde las especies que se convirtieron en bípedos vadeando por la selva del Congo hace unos 6 millones de años, hasta los pueblos que crearon la agricultura aprovechando las crecidas de los ríos, como la civilización egipcia y el Nilo.

El último capítulo se llama Crisis y relata cómo el ser humano ha alterado el ciclo natural del agua, provocando que se manifieste de manera más extrema, ya sea por abundancia o por ausencia. También ofrece algunos datos reveladores que anticipan el mundo que está por llegar con una población mundial que no deja de aumentar. Se estima que en 10 años se necesitará un 40 % más de agua dulce disponible para cubrir las necesidades de la civilización moderna. Sin duda la ciencia está llamada a hacer posible que así sea, creando tecnologías que permitan ahorrar cada gota y transformar el agua salada en dulce. Pero si el ser humano no es capaz de gestionar la crisis del agua, nos espera un futuro inestable y violento. Tal y como se menciona en esta maravillosa serie documental ya se han dado algunos casos que evidencias las consecuencias de un mundo sin agua dulce.

Uno de los ejemplos fue la grave situación que vivió Sudáfrica en el año 2018, cuando la población tuvo que reducir al máximo el consumo de agua debido a una potente sequía para evitar que el gobierno tuviese que declarar el llamado Día Cero, cuando los habitantes se quedarían sin suministro. El ahorro y el compromiso de los ciudadanos evitó el desastre hasta que las lluvias regresaron para volver a llenar los embalses. Fue una llamada de atención para el resto del mundo.

Otro relato sobre la influencia del agua se encuentra en el origen de la guerra de Siria, que suma ya una década en conflicto. Una sequía que se registró entre el 2007 y el 2010, la más intensa de los últimos 900 años. En los años siguientes se perdió el 60 % de la agricultura y el 80 % del ganado. La única posibilidad para los trabajadores del campo era emigrar. En ciudades como Damasco la población creció notablemente, aumentando la presión sobre los núcleos urbanos y generando un clima de descontento que acabó estallando.

Si hay algo en lo que la comunidad internacional no puede fallar en su pronóstico y gestión es en la crisis del agua. La vida de miles de millones de personas dependen de ello.