Así aprende el cerebro del niño: «A veces los propios padres con nuestra forma de educar coartamos sus posibilidades»

Marta Otero Torres
marta otero LA VOZ

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XULIO REY

M.J. Miguéns desvela en su libro cómo la sociedad, la escuela e incluso la propia familia se encargan de poner freno al potencial de los más pequeños

25 jul 2021 . Actualizado a las 10:50 h.

Todos llevamos un genio dentro, aunque sacarlo requiere a veces de grandes dosis de paciencia, de tropezar, levantarse y, sobre todo, de un ambiente de reconocimiento, libertad y algo de disciplina. 

—¿La conclusión, después de leer su libro es que desconocemos realmente las posibilidades de nuestro cerebro?

—Nos conformamos con realizar bien las funciones básicas pero desconocemos todo nuestro potencial. Podemos optimizar el funcionamiento de nuestro cerebro, rendir más e incluso ser más felices. Basta con aprender a gestionarlo mejor.

—Todos los niños nacen siendo genios, ¿es la escuela actual la que se encarga de echar por tierra en cierto modo todo ese talento?

—La escuela y la sociedad en general. Nos incomoda lo diferente y por ello intentamos que todos los niños piensen y actúen de la misma forma. A veces somos los mismos padres con nuestra forma de educar los que coartamos las posibilidades que ofrece el cerebro al niño.

—¿Qué podemos hacer los padres para ayudar a nuestros hijos a que saquen lo mejor de sí mismos?

—En primer lugar respetar y potenciar sus intereses. Es en aquello que aman donde más cómodos y felices se van a sentir. En segundo lugar ayudarles a creer en ellos y en sus capacidades. Quizás no todos seamos buenos en matemáticas pero igual somos excelentes como oradores, escritores o diseñadores. Por último, ayudarles a adquirir disciplina pues no hay éxito sin esfuerzo.

—¿Hay que desterrar la idea de que la inteligencia está unida a las altas calificaciones el éxito?

—Sí, la inteligencia se manifiesta de muchas maneras y la escuela es parca en el reconocimiento de otras inteligencias que no estén relacionadas con el razonamiento lógico o la fluidez verbal. asimismo. las buenas calificaciones escolares se obtienen cuando se dan varios factores simultáneamente, y un nivel alto de inteligencia no es un requerimiento imprescindible.

—¿Lo peor para un niño es hacerle creer que no puede?

—Exacto, la sociedad nos compara constantemente y nos dice lo que podemos y lo que debemos hacer sin atender los intereses de forma individualizada. Al niño debemos hacerle creer que es posible y que al menos debe intentarlo. A priori no sabemos si será o no capaz, pero de no conseguirlo habrá adquirido experiencia y realizado un entrenamiento importantísimo para cualquier proyecto futuro. Reconozcámosle sus logros, por pequeños que sean, le animará a seguir intentándolo.

—¿La inteligencia emocional es la gran asignatura pendiente?

—Sí, es una asignatura pendiente en la escuela y en la familia. Constantemente oímos hablar sobre niños con cuadros de ansiedad, estrés o depresión, consecuencias de una deficiente gestión emocional. Dentro de esta tarea resaltaría la necesidad de trabajar con ellos la resistencia a la frustración: las cosas no se consiguen sin esfuerzo, levantando la mano o a golpe de click sino que requieren esfuerzo y disciplina.

—Se puede aprender toda la vida, ¿eso quiere decir que los adultos también estamos dejando de cultivar talentos que desconocíamos?

—Quiere decir que estamos dejando de cultivar talentos, es posible que los conozcamos pero damos por hecho que no vamos a poder desarrollarlos ya. Pero sí podremos aprender aquello que nos apasiona y que, al igual que cuando éramos jóvenes, ensayamos con ahínco.