La crisis por la devolución de menores en Ceuta alcanza su máximo nivel e implica ya a Díaz y Sánchez en sus vacaciones

La Voz REDACCIÓN | EFE

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Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en el Consejo de Ministros, en una imagen de archivo.
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en el Consejo de Ministros, en una imagen de archivo. Javier Lizon | Efe

La vicepresidenta traslada al jefe del Ejecutivo su malestar por las supuestas faltas de garantías en la operativa dirigida por Marlaska

17 ago 2021 . Actualizado a las 07:40 h.

La nueva crisis abierta en el seno del Gobierno a consecuencia de la devolución de Ceuta a Marruecos de los menores no tutelados alcanza el máximo nivel y tiene implicados ya a los dos más altos representantes de cada una de las principales sensibilidades que sustentan al Gobierno. Si hasta el momento la pugna se mantenía en segundos escalafones del Consejo de Ministros, con Ione Belarra y Marlaska como grandes protagonistas, la disputa por el modo en el que se están efectuando las repatriaciones afecta ahora a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la llamada telefónica de la responsable de Trabajo para trasladar directamente al titular del Ejecutivo su malestar con la operativa organizada desde el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska, reclamando su «intervención» y su «paralización inmediata».

Esta llamada, desvelada este lunes en los micrófonos de RNE por la secretaria de organización de Podemos, Lilith Verstrynge, se registró cuando los dos máximos representantes del PSOE y Unidas Podemos en el Gobierno apuran sus últimos días de vacaciones.

Que el incendio se expandiese hasta la cúpula del Gobierno no significa que cesasen las llamas en los escalafones inmediatamente inferiores. La propia Vestrynge volvió a denunciar este lunes que desde el Ministerio de Derechos Sociales, a cargo de la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, llevan semanas «poniéndose a disposición» de Marlaska para que las devoluciones de los alrededor de 800 menores que se encuentran en Ceuta desde su entrada al país en la crisis migratoria de mayo se realizaran conforme a la legislación, pero que en todo este tiempo no lograron que el Ministerio del Interior «atendiera» a sus reclamaciones.

Por su parte, Marlaska escogió los micrófonos de la Ser para romper su silencio desde que a finales de la semana pasada estalló la polémica por una operativa no solo criticada por Podemos, sino que también fue afeada por distintas oenegés y otras asociaciones, como la Conferencia Episcopal o la Abogacía, y sobre la que la Fiscalía abrió recientemente una investigación. El exmagistrado aseguró que «todos hemos estado correctamente informados». «Nuestros departamentos están conectados. Somos un mismo Gobierno», aseveró. A renglón seguido fue preguntado si había hablado directamente con Belarra. «He tenido comunicación con ella y su departamento de forma continuada», se limitó a responder sobre una operativa a la que se refirió en los siguientes términos: «No es una expulsión, es un retorno asistido», dijo. Marlaska garantizó que estos «retornos» se estaban llevando a cabo conforme a la ley y de la forma «más adecuada». Inmediatamente después un juzgado paralizó la operativa.

Los socios exigen explicaciones

El PSOE no está recibiendo críticas tan solo desde su socio de Gobierno, sino que los palos empiezan a llegar también por parte de sus aliados parlamentarios. ERC, formación decisiva en la investidura, registró una petición de comparecencia en el Congreso del secretario de Estado de Seguridad. Compromís también pidió explicaciones al Gobierno sobre estas polémicas repatriaciones de menores no tutelados.